LA DESESPERACIÓN DE UN FAVORITO

Viñales: "Mi cabeza está loca, no entiendo nada"

El catalán Maverick Viñales (Yamaha), pensativo en su box de Barcelona.

El catalán Maverick Viñales (Yamaha), pensativo en su box de Barcelona. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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No hace mucho, la pasada semana, Marc Márquez (Honda), el campeonísimo de MotoGP, el gran ausente de este Mundial-2020 exprés, reconocía, en una amplia entrevista ofrecida por el equipo Repsol Honda, que parecía que nadie quería este título, que todos los que pretendían heredar su trono se asustaban o fallaban. Y llegó a decir que varios pilotos le habían decepcionado, es decir, que esperaba más de ellos. MM93 pronunció el nombre del joven francés Fabio Quartararo (Yamaha), pero también estaba pensando, sin duda, en el catalán Maverick Viñales, que, en teoría, es, o debería ser, el primer espada de la poderosa factoría Yamaha, que goza de una oportunidad única para arrebatarle el título mundial de MotoGP, no solo al joven de Cervera sino, incluso, a la no menos invencible Honda.

Reconocimiento de Fabio

Pocos minutos después de ganar su tercer gran premio de esta temporada, el ‘Diablo’ no tuvo reparos en reconocer que Márquez “tenía razón, sí, sí, yo también esperaba mucho más de mí este año, sobre todo después de haber dominado y ganado las dos primeras carreras de la temporada, pero ya estoy de regreso y espero poder seguir peleando por el podio en cada carrera”. ‘MVK’ no se dio por aludido pero, el pasado domingo, en casa, en Montmeló, en el Circuit, en Barcelona, volvió a protagonizar una desastrosa carrera y ya van un montón: 14º en Brno, 10 en Austria, 6º en San Marino y 9º en Barcelona.

Ni siquiera el triunfo en el GP de la Emilia Romana parece consolar, centrar y motivar a Viñales, que, en Estiria, se tuvo que tirar de su moto, a 220 kms/h., al quedarse sin frenos. Viñales reconoce estar desesperado. Ni él, ni su técnico Esteban García, ni los ingenieros de Yamaha saben qué ocurre con su moto, su puesta a punto y, sobre todo, su rendimiento en carrera. En entrenamientos suele ser siempre el más rápido. Ya no digamos en invierno y/o en los test donde ha recibido el sobrenombre de ‘campeón de invierno’ porque, sean donde sean, los entrenamientos, siempre acaba primero.

"Esta moto no da más de sí; cuando pones quinta y sexta, no corre. Incluso con rebufo, las motos que tienes delante corren más"

Maverick Viñales

— Piloto del equipo oficial Yamaha Monster

Lo del domingo fue esperpéntico, increíble, impensable en un piloto que, como ocurre con todos los demás jabatos, tiene este año, en ausencia del dominador Márquez, la mejor oportunidad de su vida para conquistar el título. No es que protagonizase una mala salida (partía desde la quinta posición, en el centro de la segunda fila), es que fue ¡horrible!, pues, en 700 metros, de la línea de salida a la primera curva, le pasaron ¡diez pilotos: Joan Mir, Alex Rins, Pol Espargaró, Danilo Petrucci, Aleix Espargaró, ‘Pecco’ Bagnaia, Takaaki Nakagami, Miguel Oliveira, Alex Márquez, que arrancaba desde el 18º puesto, y Brand Binder.

“Nada va cómo lo planeamos, nada”, comentó Viñales al término de la carrera de Montmeló. “Pierdo muchas plazas en la salida; sobre todo en la segunda parte de la arrancada. Y a eso se suma que, cuando voy detrás de cualquier otro piloto, me es imposible adelantarle. Hemos probado muchas cosas en la moto, tal vez demasiadas. Llegamos a la carrera sin saber qué elegir. Cuando no haces bien tu trabajo, éste es el resultado”.

Viñales (tercero, con 90 puntos) sigue siendo, a falta de seis grandes premios y 150 puntos en juego, uno de los principales favoritos al título, ahora por detrás de Quartararo (108) y del portentoso Joan Mir (100). “Paso de ganar a hacer este desastre de carrera”, siguió explicando el piloto catalán. “Esto me deja la cabeza loca, no entiendo nada. Es muy difícil de digerir esto. Es complicado asumir que, por arrancar el cuarto o el quinto, ya no servirá nada de lo que hagas en carrera”.

Sin solución posible

La desesperación de Viñales, que, en San Marino, reconoció haber variado el modo de aproximación al domingo, es decir, “trabajamos viernes y sábado pensando más en la carrera que en los tiempos y salió todo redondo”, es que, ”haciendo lo mismo que el día que gané, el resultado ha sido desastroso”. “En Barcelona, me vi en un embudo y no me lo creía. Cuando puse la cuarta marcha, me pasó Mir como un avión. Lo hice todo igual que la semana pasada, igual”.

Viñales sigue culpando a la moto de todo, o casi todo, de lo que le pasa pero, claro, la M1, su moto, ha ganado ya la mitad de los grandes premios que se han disputado en manos de Quartararo (3 victorias) y Franco Morbidelli. “Esta moto no da más de sí; cuando pones quinta y sexta, no corre. Incluso con rebufo, las motos que van delante corren más. Otra cosa es cuando vas solo o te escapas, ahí puedes aspirar a ganar”, señaló el joven de Roses. “En el box, me dicen que todo está bien, pero no, no está bien. En Montmeló, donde no habíamos rodado, comenzamos con la configuración de Misano. Luego intentamos cambiar cosas para mejorar y perdimos el camino”.

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