Aves y murciélagos para salvar la dehesa extremeña, infestada de insectos comedores de madera

Colocan más de 1.800 cajas nido 750 refugios para quirópteros para hacer frente a las plagas

Encina afectada por insectos xilófagos.

Encina afectada por insectos xilófagos. / SEO/BirdLife

Ramón Díaz

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Las dehesas de Extremadura están en peligro. En las encinas y alcornoques que las pueblan se desarrollan y cobijan una serie de insectos y otros seres vivos, que en muchos casos, suponen el primer eslabón de la cadena trófica y sirven de alimento a distintas especies de aves, murciélagos, reptiles, etcétera. Durante mucho tiempo ese ecosistema ha vivido en perfecto estado y en equilibrio biológico.

Pero en los últimos decenios se ha venido produciendo un preocupante desequilibrio y muchas de esas poblaciones, en especial las aves y los murciélagos, han ido desapareciendo o reduciéndose hasta niveles preocupantes, mientras que ha aumentado desproporcionadamente el número de insectos.

Para afrontar este problema e intentar revertirlo, SEO/BirdLife, a través de los proyectos ‘Biodehesa’ está colocando más de 1.800 cajas nido de aves insectívoras y 750 refugios para murciélagos forestales. El objetivo, hacer frente a las plagas de insectos xilófagos o comedores de madera que están dañando encinas y alcornoques en las reservas de la biosfera de Monfragüe, Tajo Internacional y Siberia.

Galerías realizadas por insectos xilófagos o comedores de madera.

Galerías realizadas por insectos xilófagos o comedores de madera. / SEO/BirdLife

Estudios preliminares de la Junta de Extremadura habían mostrado que las dehesas cuentan con niveles muy altos de insectos xilófagos, que si bien son parte de la biodiversidad natural de los bosques, cuando los árboles están envejecidos, deteriorados y enfermos, o el ecosistema está desequilibrado, pueden convertirse en plagas que afectan de manera crítica al arbolado.

La ONG ha presentado a la Junta de Extremadura tres proyectos, uno cada una de las tres reservas de la biosfera citadas, que plantean restaurar las dehesas recuperando elementos de la biodiversidad que mejoran su resistencia y regeneración.

Las propuestas de SEO/BirdLife son medidas de "resistencia biológica", que propugnan reforzar las poblaciones de depredadores de los insectos comedores de madera para recuperar el equilibrio del ecosistema por medios naturales.

Nivel de infestación muy grave

"Es una alternativa lenta, pero eficaz, ya que no existen tratamientos químicos eficientes contra este tipo de insectos por las peculiaridades de sus ciclos de vida, que se desarrollan en el interior del tronco de los árboles afectados", explica Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO/BirdLife en Extremadura.

Toros en una dehesa de Cáceres.

Toros en una dehesa de Cáceres. / Ministerio de Cultura

La "única solución viable" es "potenciar la presencia de aves y murciélagos, que son los depredadores naturales de estas plagas", añade. 

Los proyectos ‘Biodehesa’ en las Reservas de la Biosfera de Monfragüe, Tajo Internacional y Siberia incluyen un diagnóstico previo sobre unas 1.500 hectáreas de actuación en encinares y alcornocales, evaluando el grado de afección del arbolado por estos insectos.

Los resultados son "alarmantes", ya que señalan que entre el 78% y el 100% de los árboles analizados presentan "un nivel de infestación muy grave, con daños generalizados muy severos e incluso ejemplares ya muertos o moribundos con daños derivados de la actuación de los insectos xilófagos", alerta la ONG.

La colocación de 1.800 cajas nido de aves insectívoras y 750 refugios para colonias de quirópteros forestales persigue reforzar las poblaciones de los depredadores naturales de los insectos xilófagos. También se están impartiendo jornadas de capacitación a los propietarios y trabajadores de las fincas afectadas, para que adopten y gestionen las medidas de resistencia biológica.

Cerdos ibéricos en una dehesa extremeña.

Cerdos ibéricos en una dehesa extremeña. / El Periódico

"Esta solución natural debería acompañarse de actuaciones ambiciosas, como las podas sanitarias o el fortalecimiento de la dehesa, reduciendo otros impactos negativos como la simplificación del hábitat o la sobreexplotación ganadera, que empeoran la calidad del ecosistema y potencian la aparición de estas plagas", señala Cardalliaguet.

Los proyectos ‘Biodehesa’ de las reservas de la biosfera de Monfragüe, Tajo Internacional y Siberia han sido financiados por la Junta de Extremadura a través de los fondos NextGeneration de la Unión Europea.

Más de 5.000 "cajas de biodiversidad"

Medidas similares a las que se aplican en Extremadura se aplican también en dehesas de Andalucía, Portugal, Ciudad Real y Salamanca: se han colocado en total más de 5.000 "cajas de biodiversidad" para aves y murciélagos en fincas del proyecto europeo LIFE ‘Biodehesa’, con resultados muy positivos.

Cajas nido para aves en una dehesa de Andalucía.

Cajas nido para aves en una dehesa de Andalucía. / Junta de Andalucía

Un informe realizado en Andalucía revela que las dehesas padecen problemáticas "muy complejas". Entre ellas, falta de rentabilidad de las explotaciones; avance del fenómeno de la "seca"; aumento de las plagas y enfermedades en el arbolado; aumento de predadores como el meloncillo, córvidos, ratas, zorros, etcétera; desaparición casi total del conejo de monte (eslabón principal en la cadena trófica de los ecosistemas mediterráneos); y, en algunos casos, el manejo incorrecto.

La consecuencia de todo ello es la pérdida de biodiversidad y del propio ecosistema en sí. De ahí que la solución propuesta sea la misma: fortalecer las especies predadoras de insectos comedores de madera: herrerillos común y capuchino, carbonero común, chochín, trepador azul, agateador común y las avispas amarillas, como "especialistas" en el control diurno de los insectos xilófagos.

El control de la actividad nocturna de los insectos corre a cargo de los murciélagos y las arañas. Otras especies importantes para mantener el equilibrio biológico en la dehesa son: el pinzote, el picapinos, el torcecuellos, el pito real, las lavanderas, el papamoscas, el colirrojo tizón, el petirrojo y el mosquitero común, pero también los lagartos, los erizos, las culebras y el mochuelo.

Dehesa de Los Pedroches, en Córdiba, la mayor del mundo con más de 360.000 hectáreas de extensión.

Dehesa de Los Pedroches, en Córdoba, la mayor del mundo con más de 360.000 hectáreas de extensión. / cortijosydehesa.com

Otras medidas aplicadas son: puntos de agua y de comida limpios y protegidos para el apoyo alimenticio; reintroducción del conejo de monte; control del meloncillo y los córvidos; colocar majanos (montones de cantos sueltos) para proteger a especies como culebras, lagartos y sapos; y favorecer la presencia de pequeñas manchas de monte (jaras, jaguarzos, aulagas, cardos, etcétera) para favorecer la nidificación de arañas, aves, reptiles y anfibios.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es