Así fue el gigantesco alud submarino que arrasó el norte de Canarias

Investigadores británicos reconstruyen cómo se produjo la avalancha, que acabó arrasando 2.000 kilómetros a lo largo del fondo marino

Ubicación del cañon de Agadir, donde tuvo lugar la avalancha submarina

Ubicación del cañon de Agadir, donde tuvo lugar la avalancha submarina / Science Advances

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

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Hace 60.000 años, una gigantesca avalancha submarina arrasó el fondo del Atlántico al norte de Canarias y dejó a su paso un rastro de destrucción de 2.000 kilómetros, según ha desvelado un estudio publicado por un grupo de científicos británicos. Los aludes submarinos son fenómenos muy difíciles de estudiar, pero el ocurrido en la costa noroeste de África ha podido ser perfectamente reconstruido, mostrando la violencia que pueden tener estos eventos.

La investigación realizada por la Universidad de Liverpool (Reino Unido) ha revelado que esta antigua avalancha submarina multiplicó más de 100 veces su tamaño desde que se originó hasta que alcanzó sus máximas dimensiones.

El estudio publicado en la revista Science Advances, permite comprobar la escala, la fuerza y el impacto de uno de los fenómenos más misteriosos de la naturaleza: las avalanchas submarinas.

Trayectoria que siguió el alud a lo largo del cañón

Trayectoria que siguió el alud a lo largo del cañón / Christoph Bottner, Aarhus University

Chris Stevenson, sedimentólogo de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Liverpool, codirigió el equipo que, por primera vez, ha cartografiado de principio a fin un alud submarino gigante, que tuvo lugar hace casi 60.000 años en el Cañón de Agadir.

2.000 kilómetros arrasados en total

El evento, que comenzó como un pequeño deslizamiento de tierras en el fondo marino y que apenas ocupaba 1,5 km3 de volumen, fue creciendo hasta más de 100 veces y arrastró rocas, grava, arena y barro a medida que avanzaba por uno de los cañones submarinos más grandes del mundo, antes de recorrer otros 1.600 kms a través del fondo marino del Atlántico.

La avalancha fue tan poderosa que erosionó los 400 kms de longitud del cañón y varios cientos de metros por los lados (unos 4.500 km2 en total).

A diferencia de un deslizamiento de tierra o un alud de nieve, las avalanchas submarinas son imposibles de ver y extremadamente difíciles de medir. Sin embargo, son el principal mecanismo que permite mover material como sedimentos, nutrientes (y contaminantes) a través de la superficie de la tierra y presentan un riesgo geológico significativo para las infraestructuras ubicadas en el fondo marino, como los cables de Internet.

El grupo de científicos analizó más de 300 muestras en la zona tomadas por buques de investigación en los últimos 40 años. Esta información, junto con datos sísmicos y batimétricos, les permitió cartografiar esta avalancha gigante.

Agadir, en el noroeste de África

Agadir, en el noroeste de África / Agencias

"Esta es la primera vez que alguien ha logrado cartografiar una avalancha submarina individual completa de este tamaño y calcular su factor de crecimiento”, afirmó Stevenson.

"Lo que es interesante es cómo este evento creció desde un comienzo relativamente pequeño hasta una avalancha enorme y devastadora que alcanzó alturas de 200 metros mientras se movía a una velocidad de aproximadamente 15 m/s, arrancando el fondo marino y arrasando todo lo que encontraba a su paso”, añadió.

Para hacerse una idea de las dimensiones, el profesor explicó: “Se trata de una avalancha del tamaño de un rascacielos, que se mueve a más de 40 metros por hora desde Liverpool a Londres y excava una zanja de 30 metros de profundidad y 15 kilómetros de ancho, destruyendo todo a su paso. Luego acaba ocupando un área más grande que el Reino Unido, enterrándola bajo aproximadamente un metro de arena y barro".

Los aludes de nieve solo crecen hasta 8 veces

Christoph Bottner, investigador Marie-Curie de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y uno de los líderes del equipo, afirmó: “Calculamos que el factor de crecimiento es al menos de 100, lo que es mucho mayor en comparación con las avalanchas de nieve o los flujos de escombros, que solo crecen entre 4 y 8 veces. También hemos visto este crecimiento extremo en avalanchas submarinas más pequeñas medidas en otros lugares, por lo que creemos que podría tratarse de un comportamiento específico asociado a las avalanchas submarinas y es algo que pensamos investigar más a fondo”.

En la parte inferior, área que resultó afectada por el alud

En la parte inferior, área que resultó afectada por el alud / Science Advances

El profesor Sebastian Krastel, jefe de Geofísica Marina en la Universidad de Kiel y científico jefe a bordo de los barcos que cartografiaron el cañón, añadió: “Nuestro descubrimiento desafía fundamentalmente la forma en que vemos estos eventos. Antes de este estudio, pensábamos que las grandes avalanchas solo se producían a partir de grandes derrumbes de laderas. Pero ahora sabemos que pueden comenzar siendo pequeñas y convertirse en eventos gigantes extremadamente poderosos y extensos”.

“Estos hallazgos son de enorme importancia para evaluar el riesgo potencial de peligro geológico para las infraestructuras del fondo marino, como los cables que transportan casi todo el tráfico mundial de Internet, fundamentales para todos los aspectos de nuestras sociedades modernas”, agregó.

Estudio de referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adp2584

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