Ley de Costas

En peligro de extinción: prohibido coger este molusco en la playa

Una especie de caracola extensamente utilizada como decoración se enfrenta al peligro de desaparecer de las costas españolas

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Caracolas decomisionadas por la Guardia Civil en el 2018

Caracolas decomisionadas por la Guardia Civil en el 2018 / Ministerio de Transición Ecológica

David Sánchez Marín

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Tener una concha de molusco expuesta en el hogar es un rasgo característico en muchas localidades costeras de España. El caparazón nos recuerda anécdotas vividas en la playa, pero quedarse el exoesqueleto de estos animales está resultando ser una práctica muy perniciosa. Además, ecologistas gallegos denuncian que son animales protegidos y que tanto la recogida como la comercialización de estos caparazones está prohibida por la Ley de Costas de 2017.

La caracola 'Charonia Lampas'

El molusco en cuestión es una caracola marina que se puede encontrar alrededor del Mediterráneo occidental y en el Atlántico nororiental. Se llama 'Charonia Lampas' y se puede encontrar desde el Canal de la Mancha hasta las Islas Canarias, como también en todo el Mediterráneo. Pese a que su hábitat es extenso, la pesca intensiva para comercializar su concha como decoración ha empujado al molusco hasta el riesgo de extinción.

Según Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia: "Tiene unas poblaciones muy pequeñas y están en declive desde hace unos años por lo que está catalogada como especie vulnerable", asegura en declaraciones para 'La Sexta'. Pese a la prohibición de su recogida y comercialización, aún se siguen vendiendo en las lonjas de pescado gallegas y muchos turistas siguen coleccionándolas.

Por su parte, Rogelio Santos, marinero gallego, ha denunciado en redes sociales la continuada venda de este animal protegido: "Señores, estos caracoles no se pueden vender en ningún lugar de Galicia, España o Canarias, ni se pueden llevar a casa para comer si vienen en redes, trampas o cualquier aparejo de pesca, o por la bonita concha". Muchas veces estas caracolas se quedan enredadas en las redes de los pescadores y su captura es accidental. Pero siempre, y siguiendo con la ley, se deberían de volver a soltar en el mar.