Así se ‘resucita’ un río: el ejemplo de Kantauribai en el Cantábrico

La lucha por recuperar los ríos españoles es una tarea ardua y compleja. A lo largo de décadas, se han ido llenando de obstáculos (presas, azudes, diques, rampas…) que interrumpen el curso natural del agua y bloquean el ciclo vital de los peces y otras especies acuáticas. En consecuencia, otros animales y plantas se ven afectados. Uno de los proyectos que se llevan a cabo en España para recuperar el curso natural de los ríos es Life Kantauribai, financiado por la UE y otras administraciones, y que ya está logrando importantes resultados.

El objetivo del programa es tanto la conservación de las especies como de los hábitats relacionados con todo el ecosistema fluvial de los ríos y afluentes que desembocan en el Golfo de Bizkaia, en cuencas que afectan a España y Francia: Oria y Urumea (compartidos por Navarra y Gipuzkoa), La Nive y La Nivelle (compartidos por Navarra y Aquitania) y Bidasoa (compartido por las 3 regiones).

Todos estos ríos comparten los mismos problemas, principalmente la fragmentación de sus cauces, debido a la presencia de obstáculos artificiales, así como la mortalidad de especies clave, causada por obras públicas o especies exóticas invasoras (EEI).

Especies que se quieren recuperar

Entre las especies que se busca preservar o recuperar se encuentran los peces diádromos (salmón, lamprea, sábalo y anguila), la margueritifera, el desmán de los Pirineos, el visón europeo y la tortuga mora. El principal hábitat que es objetivo del programa son los bosques aluviales con Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior.

Una de las principales actuaciones consiste en la demolición de 25 obstáculos artificiales (sobre todo, diques y azudes) que interrumpen el paso de la fauna acuática. En los casos en que no es posible eliminar estas obras, por haber concesiones públicas aún vigentes o ser elementos patrimoniales, se opta por crear estructuras que favorezcan la continuidad natural del río, como pasos de peces o rampas que permitan a las especies remontar el curso fluvial. Así se ha optado en siete casos diferentes, según ha explicado Aitziber Urquijo, responsabe de la Agencia Vasca de Infraestructuras Hídricas.

Además, se realizan seguimientos constantes de las poblaciones de peces y otra fauna para comprobar la evolución que siguen conformen vayan realizándose los diferentes trabajos previstos.

Otro de los frentes de actuación consiste en el control y erradicación de las especies exóticas invasoras que están perjudicando la fauna autóctona de estos ríos. No solo son peces, pues también hay mamíferos que amenazan la biodiversidad nativa. Es el caso del visón americano y el coipú, una especie introducida en Europa a mediados del siglo XIX para la industria peletera (igual que el visón americano) y que, desde entonces, ha ido colonizando el medio natural, arrinconando a los mamíferos autóctonos, con los que compiten por alimento y territorio.

Josu Elso, de Gestión Ambiental de Navarra, explica que la degradación que sufren los ríos “viene por el mal uso que hemos hecho los humanos de ellos. Durante décadas hemos usado sus recursos sin pensar en la biodiversidad, lo que ha llevado a construir muchas presas y a extraer mucha agua, provocando que las especies estén en la situación que están”.

El presupuesto total de Kantauribai es de casi 11 millones de euros, de los que la UE aporta el 60%. El plazo de ejecución finaliza en 2027. Esta es una de las iniciativas que están desarrollándose en toda España, bajo un programa u otro, con el fin de erradicar obstáculos artificiales y devolver la condición natural a los ríos.

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