Rebaño antiincendios

El rebaño de 220 vacas que frenó las llamas del incendio de Portbou

¿Qué hay que hacer ahora con los terrenos quemados por el incendio de Portbou?

Los agentes rurales y el conseller Elena sospechan que el factor humano fue la causa del fuego de Portbou

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0e247570 5148 4b5d 8e10 b6034b18f2c8 / El Periódico

Guillem Costa

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Si el incendio de Portbou (Alt Empordà) no quemó más hectáreas fue, en cierta medida, porque unos pastos frenaron las llamas. Esta semana, con el incendio ya definitivamente extinguido, los dueños de algunas de las 220 vacas que pacen en la zona se muestran más orgullosos que nunca de sus reses, que han servido para evitar que el incendio fuera peor.

Maria Soledat Tubau y Robert Martí están instalados en Colera desde los años 80. "Hemos tenido ganado desde siempre. Cuando se abandonaron los viñedos y los olivos, que protegían al pueblo de los incendios, empezamos a aprovechar el terreno para alimentar a las vacas", explica Martí en conversación con EL PERIÓDICO.

Él nació en Queralbs (Ripollès). Y, de hecho, sus vacas pasan el verano ahí, donde encuentran "hierba verde y fresca". "Pero en invierno, las trasladamos en camiones hasta el Empordà porque los pastos montañosos quedan cubiertos de nieve. Aquí, en cambio, encuentran comida con proteínas", detalla satisfecho. Es la transhumancia de toda la vida, pero con camiones. También hace lo mismo Ramon Carbonell, que es de Ribes de Freser y traslada unas 150 vacas a Colera cada año.

Vocación

El viernes por la noche, cuando los bomberos aseguraron que los pastos estaban siendo de gran utilidad para luchar contra el incendio, una sensación agradable invadió a Martí y a Tubau: "Estuvimos muy contentos de poder ayudar. Este ha sido un año duro, con muchos problemas para sacar adelante el ganado, sobre todo por la sequía, y esto nos dio una gran alegría".

Lo que echan en falta es un poco más de apoyo por parte de la Administración. "A ver si nos podemos coordinar mejor con la 'conselleria' para evitar incendios graves de forma más habitual". propone Martí. Considera que muchas zonas cercanas a Colera también podrían ser útiles para alimentar a sus 220 vacas: "Hay pastos ricos en proteína, y está demostrado que, cuando los animales pasan por ahí, el fuego quema pero con menos violencia".

Por esto exigen ser escuchados: "La gente tiene que saber que esto lo hacemos más por vocación que otra cosa". También se encargan del colmado del pueblo. Varios vecinos de Colera destacan la calidad de la carne que ha ayudado a apagar el incendio.