Pactos post-28M
El PSC lanza a los Comuns el órdago de un tripartito con Junts y allana el terreno a la sociovergencia en Mataró
Aunque el tripartito no convence ni a Junts ni a En Comú Podem, ambos partidos aseguran que las negociaciones con el PSC continúan adelante
El 'pactómetro' de Mataró: posibles alianzas tras las elecciones municipales 2023
Gerardo Santos
Periodista de información local. Durante diez años trabajé como redactor freelance para diversas publicaciones y para medios como los diarios Línia, centrado en el Barcelonès Nord.
El PSC de Mataró ha apostado por proponer un tripartito con Junts y En Comú Podem (ECP) para gobernar la capital del Maresme. Así lo acordó la asamblea local de los socialistas, que se celebró este lunes 13 de junio.
Ese potencial escenario permitiría a los socialistas (con 11 concejales) gobernar desde la tranquilidad de la mayoría absoluta (reunirían 16 ediles, dos más de los 14 que dan la mayoría en un Pleno de 27), pero tendrían que mantener un complejo equilibrio con dos socios antitéticos: el espacio postconvergente liderado por Alfons Canela (que pasó de dos a tres ediles en las elecciones) y el espacio de los 'comuns' liderado por Sergi Morales, que mantuvo sus dos ediles en los comicios del 28M.
Consultados por EL PERIÓDICO, ni Canela ni Morales descartan ningún escenario. Tampoco establecen vetos cruzados entre ellos, y sostienen que las negociaciones siguen abiertas: "La entrada de ECP en el gobierno en sí misma no es ninguna línea roja para Junts", asegura Alfons Canela. "De momento, no hemos fijado líneas rojas", replica Morales. Sin embargo, ambas formaciones asumen la posible vuelta de la 'sociovergencia' (PSC y Junts) a Mataró después de cuatro años de gobierno de PSC y Comuns.
De hecho, en respuesta a la propuesta de gobierno tripartito, la formación morada ha incidido en el "pacto de izquierdas" entre PSC, Comuns, ERC y CUP que llevan defendiendo desde el inicio de la campaña del 28M, un escenario altamente improbable debido a la incompatibilidad entre socialistas y republicanos.
La 'sociovergencia', así, se abre paso en Mataró, después de que los socialistas lancen a los 'comuns' una propuesta que, a modo de órdago, sabían que como mínimo no iba a ser aceptada de primeras y que, a su vez, pone a los de Morales en la tesitura del compromiso, sin que igualmente sean determinantes porque socialistas y neoconvergentes ya suman mayoría absoluta.
El escollo, el programa político
Tanto Junts como ECP abogan por consensuar un programa político que permita una coalición, y no a la inversa. Canela advierte que los problemas de compartir gobierno con ECP vendrían "en el momento de hablar de temas como la vivienda, la colaboración público-privada, las ocupaciones o la fiscalidad... aquí sí que probablemente surgirían líneas rojas".
El miércoles 7 de junio, Junts presentó un documento con las condiciones necesarias para entrar en un posible gobierno de coalición. Entre otras, la contratación de un gerente de seguridad, la entrada de los colegios profesionales para ocuparse de la tramitación de licencias, la revisión profunda de la red de carriles bici (la 'Anella Ciclista') o conseguir un patrocinador para la fiesta de Les Santes.
Por su parte, Morales informa que la formación analizará la propuesta durante los próximos días, para discernir de qué manera pueden ser más útiles para la ciudadanía, "y poder continuar con las políticas para garantizar el acceso a la vivienda, combatir el cambio climático, avanzar en movilidad sostenible, en cohesión ciudadana y crear un muro de contención a los discursos de odio".
Ases en la manga
La aritmética postelectoral en Mataró abre muchas posibilidades para que el actual alcalde, David Bote, revalide su alcaldía. Atendiendo a las grandes diferencias políticas entre Junts y ECP, el tripartito propuesto por los socialistas se presume poco probable. Además, ambas formaciones locales deberían justificar ante las direcciones nacionales de sus respectivos partidos una entente tan chocante, que sería aún más difícil de digerir con el horizonte político fijado en las elecciones generales del 23 de julio.
Otra ventaja para Bote: el resto de partidos que obtuvieron representación el 28M (ERC, VOX, PP y CUP) no puede articular una mayoría absoluta alternativa. De esta manera, el alcalde en funciones podría empezar el mandato gobernando en solitario con sus once ediles. La entrada en el gobierno de otra formación siempre sería posible y, de nuevo, más sencilla una vez queden atrás las elecciones generales.
En todo caso, la pieza clave para gobernar en mayoría absoluta para los once concejales de los socialistas son los tres ediles de Junts, con los que sumaría los 14 regidores necesarios. Con los dos ediles de ECP, a diferencia de 2019, ya no salen las cuentas. La sociovergencia no es un escenario extraño para Mataró. Si en el mandato que ahora acaba Bote ha gobernado en coalición junto a los 'comuns', en el anterior lo hizo con Junts (hasta que el Procés se llevó por delante el acuerdo).
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