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El sainete de las monjas clarisas de Belorado: de las trufas a las sábanas de seda

En cuestión de meses, las monjas atrincheradas han pasado de rezar y vender sus trufas a mostrar su vida en redes, redactar comunicados, hablar en directo con Ana Rosa, romper con un gurú sectario y entrar y salir de los juzgados, acusadas de no pagar facturas por valor de 42.000 euros

Varias de las monjas clarisas de Belorado, en una fotografía tomada en el convento de Belorado poco después de anunciar que se iban de la Iglesia.

Varias de las monjas clarisas de Belorado, en una fotografía tomada en el convento de Belorado poco después de anunciar que se iban de la Iglesia. / INSTAGRAM @TEHAGOLUZ

Olga Pereda

Olga Pereda

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Si el sainete de las clarisas de Belorado (Burgos) fuera una película, el guion y la dirección correría a cargo de Luis García Berlanga, el cineasta que mejor ha sabido capturar la esencia de un país. El director valenciano hubiera tirado de sarcasmo para reflejar la rocambolesca historia de un grupo de monjas que elaboran trufas y pasteles y que están lideradas por una madre abadesa con mano de hierro y aferrada al poder. A mitad de película aparecería un gurú, un excéntrico hombre excomulgado por la Iglesia católica y fundador de la organización (¿secta?) Pía Unión de San Pablo.

También protagonizarían la película un falso cura con pasado de barman y el arzobispo de Burgos. La trama incluiría una sustanciosa operación inmobiliaria para vender dos monasterios en Euskadi: el de Derio y el de Orduña.

Las monjas -que ahora han roto con su gurú espiritual- están excomulgadas oficialmente y siguen atrincheradas en Belorado. El arzobispo les acusa de tener unas deudas de 42.000 euros. Ellas niegan la mayor y le llaman “usurpador ilegítimo”. En su perfil de Instragram, piden ayuda económica ("donativos") y ponen un número de cuenta "no usurpada".

En cuestión de meses, las clarisas (al principio había 15 pero ahora quedan 10 tras la marcha de algunas) han pasado de rezar y vender sus trufas (11 euros la bolsa de diez) a mostrar su vida en redes, redactar comunicados, hablar en directo con Ana Rosa, y entrar y salir de los juzgados. Esta es su historia, capítulo a capítulo.

El whatsapp de la discordia

El whatsapp de la discordia

El pasado 13 de mayo, las Clarisas de Belorado mandaron por WhatsApp dos documentos al arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Uno de ellos tenía 70 páginas y era una retahíla de críticas al Vaticano. En el otro, de cuatro folios, anunciaban su ruptura oficial con la Iglesia católica.

Enviados a las 5.30 horas de la mañana, los textos llevaban la firma de la madre abadesa del convento, Laura García de Viedma, de 68 años, una mujer de hierro que iba para abogada pero que abandonó la carrera de Derecho y entró, con 19 años, en un convento de Lerma (Burgos), donde recibió el nombre de sor Isabel de la Trinidad. Una vez en Belorado, García de Viedma se aferró al poder, se postuló como abadesa y venció. Ya va por su cuarto mandato.

La ruptura con Roma y el nuevo gurú

La ruptura con Roma y el nuevo gurú

¿Por qué rompieron repentinamente las monjas con el Vaticano? En opinión de la madre abadesa, el Papa Francisco “no lleva la vida de los santos” y el obispo de Bilbao es “un hereje”. Desengañada del catolicismo oficial, García de Viedma no estaba sola en su lucha, contaba con el apoyo de Pablo Rojas, su nuevo ‘pastor’ espiritual, un personaje anclado en la antigüedad. Nacido en Jaén, es vecino de Bilbao, donde reside en un piso de 300 metros cuadrados inundado por objetos antiguos y dorados y atendido por una doncella con cofia.

En 2005, el excéntrico Pablo de Rojas fundó una organización bautizada como Pía Unión de san Pablo y en 2021 fue excomulgado. Su hombre fuerte -que ha actuado como portavoz de las clarisas- es otro falso cura, José Ceacero, especialista en cócteles y expresidente de la asociación que reúne a los barman de Bizkaia.

La secta

La secta

El teólogo Luis Santamaría, uno de los mayores expertos en sectas de España, considera que Pía Unión de San Pablo es una de las 99 sectas de origen cristiano que hay actualmente en España. En su opinión, las clarisas han sufrido “abuso emocional, espiritual y psicológico”, igual que los adeptos a los grupos coercitivos.

“Por lo que muchas personas están comentando, la forma de ejercer la autoridad de la abadesa incluiría abuso de poder. Escuchándola me pregunto hasta qué punto el detonante ha sido la influencia de Rojas o la propia personalidad de la monja, que ha querido servirse de la secta para dar el portazo a la Iglesia católica y arrastrar con ella a toda la comunidad, que tiene voto de obediencia”, explicaba en mayo a este diario.

Portazo al gurú

Portazo al gurú

La pasión -mejor dicho, la persuasión- duró poco. El 1 de julio, las monjas anunciaron que rompían con Pablo de Rojas. En una entrevista con 'El Correo', el gurú aseguró que el portazo se había dado de “mutuo acuerdo”. “La ruptura es irreversible, no volveremos”, añadió.

La Iglesia católica, incapaz de resolver el conflicto con las clarisas, anunció la excomunión de las monjas, que ahora son mujeres laicas pero siguen vistiendo sus hábitos. En su perfil de Instagram (bautizado con el sugerente nombre de Te Hago Luz), han dejado de llamarse “comunidad”. Ahora son una “asociación”.

La operación inmobiliaria

La operación inmobiliaria

El objetivo de las monjas atrincheradas era vender el convento en Derio (Bizkaia) y comprar el de Orduña (también en Bizkaia), propiedad de otras clarisas, las que residen en Vitoria y que siguen siendo fieles al Vaticano. Ambas congregaciones llegaron hace tiempo a un acuerdo. Las clarisas burgalesas se comprometieron a entregar a las alavesas 1,2 millones de euros por el inmueble de Orduña, que llevaba varias décadas sin actividad. Las monjas entregaron un primer pago de 100.000 euros y se comprometieron a realizar entregas semestrales de 75.000. El primer pago debía tener lugar en noviembre de 2022, pero no se llevó a cabo.

Las deudas

Las deudas

El impago de las cuotas no es el único embrollo económico de las monjas. El arzobispado de Burgos ha emitido un comunicado en el que asegura que, solo en facturas (algunas tiene dos años de antigüedad), acumulan deudas por valor de 42.000 euros.

Según 'El Diario de Burgos', las facturas no abonadas son de suministros básicos (incluidos los de su obrador de dulces caseros) pero también de productos de lujo, como juegos de sábanas de seda y nórdicos de una marca exclusiva. El arzobispado ha tramitado cinco requerimientos (el primero, el 6 de junio y el último, el 8 de julio) para conocer la verdadera contabilidad de las monjas. En nombre de la asociación (que no comunidad religiosa), la abadesa contestó el comunicado de los prelados con otro en el que acusaba al arzobispado de "usurpación ilegítima" y subrayaba que siempre han cumplido con puntualidad con sus obligaciones financieras. En redes, las religiosas atrincheradas han puesto un número de cuenta -la titular es la abadesa- "no usurpada" en la que aceptan donativos. 

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