Las claves del nuevo sistema de limpieza de Barcelona

Desde el pasado 4 de marzo, los distritos barceloneses de Ciutat Vella, Eixample, Gràcia, Sant Andreu, Sant Martí y las playas de la ciudad cuentan con un servicio de limpieza y recogida selectiva reforzado. Hace prácticamente un año, el Ajuntament de Barcelona anunció la nueva adjudicación del contrato de limpieza, que, con una inversión de 300 millones de euros, representará el 10% del presupuesto anual del consistorio, siendo así la partida municipal más importante. Barrios más limpios y menos contaminados. Este es el objetivo de la nueva contrata de limpieza, que tiene una duración de ocho años, más dos prorrogables. A partir del mes de septiembre se implementará en el resto de la ciudad: los distritos de Sants-Montjuïc, Les Corts, Sarrià–Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris. El despliegue del nuevo contrato de limpieza se enmarca un plan de mantenimiento integral del espacio público. A través de la nueva contrata se busca conseguir una ciudad más limpia y con mayor mantenimiento integral y afrontar la limpieza del millón de metros cuadrados nuevos que se ganará al asfalto en el 2023. 

Adecuación

Así, el gobierno municipal prevé desplegar un sistema de limpieza viaria adaptada a las características y necesidades de cada territorio, teniendo en cuenta factores como los núcleos antiguos, las zonas comerciales o de montaña, la densidad de personas que transitan por la zona y las nuevas fórmulas urbanísticas como las Superillas de Barcelona. En otras palabras, no se puede desplegar el mismo servicio de limpieza en un núcleo antiguo que en una gran avenida. Y es que, en los últimos años, la capital catalana está viviendo una transformación urbanística basada en la vialización del espacio y la mitigación del tráfico apostando por los ejes verdes y las superillas. Así, el nuevo plan flexibilizará el servicio de limpieza para hacer un uso más eficiente de los recursos públicos basado en la intensidad de uso del espacio público y, a la vez, reforzará la limpieza en los puntos críticos de los diferentes distritos. 

El servicio de saneamiento se reforzará en espacios urbanos de uso intensivo, en zonas verdes y en plazas. Así, se implementarán dos nuevos métodos de limpieza: un servicio continuo y un nuevo servicio de respuesta rápida. Por otro lado, se amplían las horas de servicio (ahora fines de semana y festivos en activo), se alarga la temporada alta de mayo a octubre y se asume la higienización de los parques y los jardines de la ciudad, hasta ahora dependientes del Insitut Municipal de Parcs i Jardins de Barcelona. 

Para ello, la nueva partida del ayuntamiento de la capital catalana prevé la incorporación de nueva maquinaria adaptada a los espacios, como los carriles bici, y la contratación de 400 nuevos operarios, de los que 225 se incorporarán a los equipos de limpieza vial. Además, la administración hará hincapié en la promoción de puestos para mujeres en sectores más masculinizados, como las conductoras, y en la integración progresiva de personas con dificultades de inserción en el mercado laboral, con el objetivo de alcanzar el 10% del personal.  

La nueva contrata también prevé la renovación de la flota con el objetivo de alcanzar la eficiencia energética, reducir las emisiones de CO₂ y mitigar la contaminación acústica y ambiental. Si hasta ahora se contaba con el 20% de los vehículos eléctricos, el nuevo plan prevé que la flota eléctrica alcance el 66% y solo el 7% de los vehículos sigan consumiendo biodiésel. Además, la limpieza con agua, que se intensificará con el nuevo contrato, se adaptará a las nuevas necesidades climáticas utilizando aguas freáticas. 

La recogida de residuos es otro de los puntos que el consistorio barcelonés quiere mejorar. Concretamente, a través del nuevo contrato, el contenedor amarillo pasará a denominarse ‘reciclables’ y en él se podrán verter cualquier tipo de plástico, metales y tetrabrick. Por su parte, el contenedor orgánico se desplazará al lado de las fracciones selectivas. Así, se implementará un nuevo modelo de distribución de los contenedores de residuos para agrupar todas las fracciones, siempre que sea posible, en una única ubicación. Esta nueva distribución permitirá incrementar en un 25% el número de contenedores de recogida selectiva y rebajar el número de contenedores de la fracción resto. Y es que, según la administración está demostrado que, de esta manera, la ciudadanía separa más y los índices de reciclaje aumentan. Al mismo tiempo, se renovarán todos los contenedores de la ciudad y se redistribuirán para liberar el espacio público y mejorar su accesibilidad y la movilidad urbana. El nuevo diseño de los contenedores permitirá mejorar la visibilidad y, prevé diferentes tamaños para adaptarse a las necesidades de cada barrio. Asimismo, se introducirán elementos tecnológicos en su interior para poder aumentar y sistematizar los datos de uso e incentivar la recogida selectiva. El objetivo es recoger los datos necesarios para poder avanzar hacia una fiscalidad por generación, un sistema basado en incentivos económicos para promover la recogida selectiva. 

Comunicación

En esta línea, el ayuntamiento de la capital catalana utilizará las nuevas tecnologías para promover la corresponsabildad ciudadana y mejorar las comunicaciones vecinales. Para ello, se pondrá en marcha una aplicación móvil que ofrecerá toda la información respectiva a la limpieza de cada distrito. Al mismo tiempo, la ciudadanía podrá aportar su feedback para que, de este modo, la administración esté en todo momento actualizada sobre el funcionamiento de los equipos de limpieza de los barrios. Por otro parte, se reforzarán las comisiones de seguimiento de limpieza, a través de paseos con la ciudadanía, en las que se abordarán las carencias en limpieza de cada barrio y se dará respuesta localizada a cada una de las problemáticas que se detecten.