Pacientes de larga duración

El hospital Sagrat Cor de Martorell impulsa una unidad pionera para tratar a adultos con trastornos de la conducta alimentaria

Según la Encuesta de Salud de Catalunya, más de 85.000 catalanes declaran tener un TCA

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Instalaciones del Hospital Sagrat Cor de Martorell

Instalaciones del Hospital Sagrat Cor de Martorell / Ayuntamiento de Martorell

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El Departament de Salut ha impulsado la primera unidad para tratar a adultos con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) de alta complejidad y larga duración. Esta se puso en marcha en diciembre en el Hospital Sagrat Cor de Germanes Hospitalàries de Martorell. Ofrece un modelo de atención a la cronicidad y se enmarca en el plan de choque para mejorar la atención, la detección, el diagnóstico y la prevención de los TCA. Estos trastornos se han visto agraviados especialmente a raíz de la pandemia.

La unidad mujer servicio en toda Catalunya y está gestionada conjuntamente por el mencionado hospital y el Universitario de Bellvitge, que es el responsable de la dirección asistencial y científica. Los pacientes hacen una hospitalización media de tres a cuatro meses.

Estos pacientes sufren el trastorno desde hace más de diez años y han agotado otras unidades o dispositivos previos. El jefe de la Unidad, el doctor Fernando Fernández-Aranda, ha explicado que de este modo se ofrece "una nueva esperanza de recuperación a personas que prácticamente ya la habían perdido del todo".

La cooperación entre la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario de Bellvitge y los servicios de salud mental del Hospital del Sagrat Cor se formalizó en 2019 con un convenio estratégico. La finalidad es que el nuevo dispositivo sea un centro de referencia en tratamiento, docencia e investigación de TCA de larga evolución y gravedad.

Especial atención a los factores psicosociales

Además de un abordaje intensivo, se trata la patología nuclear y los factores psicosociales asociados. La doctora Nuria Jaurrieta-Guarner, coordinadora de la unidad, destaca que el tratamiento incluye diferentes áreas de la persona, más allá de los aspectos de alimentación y peso.

Así, además de la recuperación de peso, se trabaja el vínculo terapéutico y la motivación en el cambio. En este sentido, se establecen objetivos y se crea un plan personalizado, con técnicas de empoderamiento personal, terapia familiar, grupos de 'mindfulness', regulación emocional, imagen corporal, rehabilitación cognitiva, habilidades sociales, autoconocimiento personal y ocio, entre otros.

Según la Encuesta de Salud de Catalunya, más de 85.000 catalanes declaran tener un TCA. Desde el fin del confinamiento por la pandemia, se ha detectado un aumento muy significativo de los casos diagnosticados, hasta el punto que en 2022 fueron atendidas en los centros de salud mental de Catalunya 5.050 personas (4.702 mujeres y 348 hombres) con diagnóstico principal de TCA, un 82,4% más que en el 2018. Este aumento ha sido más acusado en mujeres adolescentes y jóvenes, según el Departament de Salut.

En términos generales, la anorexia nerviosa tiene una mortalidad del 5%, hecho que la convierte en el trastorno mental con más mortalidad. Fernández-Aranda ha destacado que cuatro de cada diez personas con anorexia nerviosa no se recuperan o solo lo hacen de manera parcial, por lo cual se produce una tendencia a la cronificación de la enfermedad en estos casos.

Actualmente, en las unidades de adultos de TCA hay un 15% de personas que tienen más de 40 años, algunas de las cuales tienen la enfermedad desde la etapa infantojuvenil. Un 25% de los pacientes presenta una duración del trastorno de más de diez años.