¿Qué debes hacer si te encuentras un décimo de Navidad?

Los décimos del Sorteo de la Lotería de Navidad llevan a la venta desde el verano, y quien más quien menos ya ha adquirido al menos uno para optar a ese premio Gordo que servirá para "tapar agujeros", como se suele decir habitualmente.

A veces se opta por compartir ese décimo con familiares, amigos o compañeros de trabajo. En esos casos, conviene seguir una serie de consejos para no ser víctima de un fraude.

Pero, aunque no se desee, puede haber situaciones en las que se pierden o extravían décimos. Y, si se pierden, puede que alguien los encuentre.

No nominativos

Como en el caso del dinero, los décimos de lotería son bienes tangibles no nominativos, y todo el mundo tiene o puede tener en su poder. Es decir, que no sería raro (y nadie preguntaría nada) si te encuentras un décimo por la calle y te lo quedas. Igual que si te encuentras un billete de 20 euros.

Hace unos años, un estudio aseguró que más de la mitad de los españoles se quedaría y cobraría un décimo que se hubiese encontrado en la calle. En concreto, un 53,8% de los ciudadanos encuestados afirmó sin ningún pudor su intención de aprovechar la coyuntura de cobrar el premio de un décimo que no le correspondía.

Para evitar este tipo de situaciones, hay una serie de recomendaciones que conviene seguir al pie de la letra. En primer lugar, cabe destacar que actualmente, al comprar décimos de lotería online, estos quedan descargados en los dispositivos móviles. Por ello, su pérdida resulta más complicada.

Denuncia

No obstante, si aún eres de los que acude a comprarlos presencialmente a una administración, lo que debes hacer para evitar problemas es acudir a denunciar la pérdida o robo lo antes posible. Y dar cuanta más información mejor.

Finalmente, cabe recordar que adueñarse del décimo comprado por un familiar o amigo puede considerarse desde un delito leve de hurto, en cuyo caso la pena de 6 a 18 meses de prisión se aplicaría siempre que el valor supere los 400 euros, hasta un robo, castigado con penas de cárcel de entre uno y tres años. En caso de emplear la violencia, esta sanción ascendería a un rango de entre dos y cinco años entre rejas.