La cultura deportiva francesa y el récord de medallas

El viernes a eso de las 20.45 horas sucedió algo insólito en todo el territorio francés y especialmente en un repleto Stade de France. De repente, los espectadores empezaron a enloquecer, gritando cada vez más un habitual cántico, pero modificado.

El Rey Sol Léon Marchand deslumbra y conquista los Juegos con su cuarto oro

No gritaban "Allez les bleus" sino algo muy parecido. Alguien en la zona de prensa entendió que el mensaje era "Allez Leon" y de inmediato se aclaró lo que sucedía. Leon Marchand, uno de los ídolos del deporte francés, se disponía a nadar la final de 200 metros estilos para consagrarse como el gran icono de París 2024 con su cuarto oro tras ganar también los 400 estilos, los 200 braza y los 200 mariposa.

Incluso tuvo que aplazarse un minuto largo la salida de una de las series de 400 metros del decatlón. Fue el mejor resumen de la vasta cultura deportiva francesa, donde por supuesto el futbolista Kylian Mbappé es una figura imperial en un Olimpo en el que caben muchos más deportes que en España sin ir más lejos.

A la salida del estadio Prensa Ibérica conversó con bastantes aficionados y todos coincidían en un mensaje: "A ver, aunque aquí estaba la gente a la que le gustan los Juegos, en Francia hay referentes en muchos deportes y en este caso Leon es un pionero que ha puesto la natación en lo más alto".

Sin cambiar de deporte y a diferentes niveles, antes estuvieron Camille Lacourt, Alain Bernard, Yannick Agnel, Frédérick Bousquet, Stéphan Caron, Hugues Duboscq, Maxime Grousset, Jérémy Stravius o los hermanos Laura y Florent Manaudou. ¿Seguimos?

No es el único ejemplo. El rugbier Anthony Dupont es otro héroe nacional que ha decidido cambiar el rugby a 15 en el que es una celebridad para comandar al 'VII del Gallo' al oro en París.

O el judoca Teddy Riner, recién proclamado campeón olímpico por cuartos Juegos seguidos y protagonista en la Inauguración al encender el pebetero junto a Maria José Perec, otro mito atlético como en su día Muriel Hurtis, Eunice Barber, Ladji Doucouré, Stéphane Caristan, Thierry Vigneron, Philippe Collet o más recientemente el pertiguista Renaud Lavillenie.

La portada de L'Equipe apelando al objetivo de las 75 medallas cuando el Tokio se quedaron en 33 habla por sí sola de la cultura deportiva de un país que también admira al ausente atleta Kevin Mayer (recordman mundial de decatlón), al balonmanista exazulgrana Nikola Karabatic que colgará las zapatillas tras los Juegos como en el pasado a Jeróme Fernandez, a la figura del baloncesto Victor Wenbanyama, a la estrella de la selección femenina de balonmano Estelle Nze Minko o a la judoca Clarisse Agbegnenou pese a que esta vez ha tenido que conformarse con el bronce.

El caso es que Francia ya suma 38 medallas (cinco más que en la pasada edición) y 11 oros por los 10 logrados en la capital nipona que la sitúan tercera en el medallero a un oro de Australia y a tres de China a la espera de que Estados Unidos inicie su escalada con el atletismo.