Fútbol

Fermín "da la talla" ante Japón y lleva a España hasta la lucha por las medallas

La vigente subcampeona olímpica, se mete en semis gracias a dos zapatazos del jugador del Barça y otro de Abel

Los de Santi Denia se medirán el próximo lunes a las 18.00 a Marruecos, que goleó a EEUU en el otro duelo de cuartos

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Llegaba el momento de la verdad, y en ese las selecciones de fútbol españolas se mueven como pocas. Liderada por un Fermín López imperial, la olímpica apretó el botón del 'on' en el momento más oportuno y demostró que, en un torneo atípico como es el de fútbol en los Juegos Olímpicos, con equipos que se forman con una mezcla de jugadores jóvenes y otros mayores de 23 años solo para la ocasión, lo importante en la fase de grupos es sobrevivir y llegar entero a las eliminatorias.

Y ahí acelerar, como hicieron los de Santi Denia este viernes ante Japón (0-3) para volver, tres años después de la plata de Tokio, a la lucha por las medallas. Jugando mejor o peor, con más o menos inspiración, brillando o fajándose... De la forma que sea, pero compitiendo, al fin y al cabo, España tendrá, por tanto, dos opciones para luchar por los metales. La primera llegará el próximo lunes a las 18.00 en las semifinales ante Marruecos, que goleó a Estados Unidos en el otro duelo de cuartos liderada por Achraf.

"Vamos a estar a la altura”, proclamaban los jugadores y técnicos de la selección tras el batacazo ante Egipto, en una derrota que les abocó a cruzarse con Japón en cuartos al perder el liderato del grupo. Y no iban de farol. Cumplieron con creces, protagonzando el mejor partido partido de lo que va de torneo en el momento oportuno, dominando por momentos y sabiendo sufrir en otros tramos del partido más importantes de estas citas olímpicas: el que da acceso a semifinales y, por tanto, asegura dos 'finales' de medalla.

En un calendario con tres días entre partido y partido, para Denia era una prioridad absoluta que su equipo de gala llegase descansado a la ronda eliminatoria, aunque eso costase el primer puesto del grupo. Tras los rotaciones ante Egipto, recuperó en el estreno en las eliminatorias a su once de gala, plagado de mediapuntas y con solo Pablo Barrios en la medular como mediocentro puro. Y la apuesta, que el pasado martes parecía perdedora, se tornó en ganadora este viernes.

La inspiración de Fermín

Se demostró en el arranque del choque, ese tramo de los partidos que a España se le había atragantado durante los tres partidos de la fase de grupos. Inició el partido valiente la selección, y solo tuvo que esperar 11 minutos para encontrar el premio y adelantarse en el marcador. Una presión alta de Barrios aturulló al mediocentro Fujita, que se lio y cedió la posesión del balón a Fermín, que no se lo pensó ni un segundo y sacó a relucir su fusil desde fuera del área.

El gol dio paso a los mejores minutos de España en el torneo, en los que todo giraba alrededor de un inspirádisimo Fermín, confirmado en el duelo ante Japón como la gran estrella de esta selección. En torno a él y a su energía crece el equipo de Denia, que aunque no tuvo toda la continuidad que se presupone, si encontró gracias al mediapunta del Baça los chispazos necesarios para seguir avanzando, y supo sufrir y ponerse las botas de trabajo cuando tocó.

Así ocurrió en el tramo final de la primera parte, en la que Japón arrinconó a los de Denia, que supieron fajarse dentro de su área. Y también, por qué no decirlo, se aliaron con la fortuna y con el VAR, que invalidó por un fuera de juego milimétrico de Hosoya, que había batido a Tenas tras hacerle el lío a un Cubarsí que estuvo demasiado blando. Y con el poste, que en la última jugada antes del pitido final evitó el gol tras un remate de cabeza de Ohata en el segundo palo.

Sustos que, en este caso, reactivaron a los españoles, que salieron muy firmes a la segunda parte tras pasar por vestuarios. Con las ideas muy claras, y aprovechando el desparpajo de Fermín, presente en todas las jugadas de ataque, fueron ganando peso en el control del juego. Y cuando podían llegar los nervios, al acercarse al último cuarto de hora con la mínima ventaja, mordieron de nuevo. Una jugada de pizarra que Fermín convirtió en inmejorable con un zapatazo desde la frontal que se comió Kokubo y poner el 2-0, firmando su doblete particular. 

Un gol que fue un elixir, y que acabó con las esperanzas de un Japón que hasta ese momento seguía vivo pese a no dar señales de vida durante toda la segunda mitad. El tercero del jugador del Barça en los Juegos, en el día que firmó su mejor partido, todo un recital al que se sumó, a última hora, Abel Ruíz. El nueve, otra buena noticia, vio puerta por primera vez en el torneo para terminar de matar el partido tras remachar dentro del área pequeña un balón muerto tras una salida en falso del portero japonés.