Tenis

El Alcaraz más maduro derrota a Paul y ya está en semifinales

El español arrasa primero, sabe sufrir después y remata al final frente a Tommy Paul (6-3 y 7-6) para quedarse a un partido de la medalla

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Supo arrasar, supo sufrir, supo esperar, supo rematar. Supo Carlos Alcaraz cómo jugar y ganar el partido de cuartos de final que le coloca a un solo triunfo de garantizarse una medalla olímpica. Supo gestionar e interpretar las señales que le enviaban tanto su cuerpo como el de Tommy Paul para firmar el partido más redondo y maduro (6-3 y 7-6) de cuantos ha disputado esta semana en los Juegos Olímpicos. Una victoria de quilates que vale un billete para las semifinales del cuadro individual.

Tenía enfrente al rival de mayor entidad de cuantos se habían puesto en su camino hasta ahora, un Paul que fue cambiando de máscara durante el encuentro disputado en la Philippe Chatrier, por momentos calamitoso, por momentos imparable. Y Alcaraz, cuya juventud a veces le conduce a no hacer una correcta lectura emocional de los 'minipartidos' que se suceden durante los partidos, dio, esta vez sí, un clínic de cómo gestionar la adversidad y cómo aprovechar la ola buena.

Contra Ruud o Auger-Aliassime

Un primer set sin complicaciones y un segundo sufridísimo tuvo que ganar Alcaraz para citarse, este mismo viernes, contra su último obstáculo para la final del domingo, el ganador del partido entre Casper Ruud y Félix Auger-Aliassime que se disputa en el turno vespertino de este jueves. En caso de derrota, siempre le quedaría el comodín de pelear por el bronce, en un partido previsto para el sábado.

"Vamos a intentar descansar, hacerlo todo rápido para dormir unas horas decentes y dar lo mejor", decía el murciano el miércoles tras el palo de caer eliminado en el dobles junto a Nadal. Y a eso de las 11.00 horas, cuando después de entrenar en la Philippe Chatrier pasó brevemente por la sala de prensa del recinto, ya se podía intuir que así había sido.

Saludando a algún conocido, rodeado por parte de su equipo y acompañado por una cámara que graba material para el documental que Netflix prepara sobre él, Alcaraz exhibía esa sonrisa suya tan inmensa, tan llena de dientes, tan pícara, con la que parecía recitar los versos de la victoria que iba a poner negro sobre blanco unas horas después.

La reina Letizia, en la pista

En presencia de la reina Letizia, que acudió al partido acompañada por el presidente del COE, Alejandro Blanco, Alcaraz completó un primer set impecable. Se intercambiaron los servicios sin apenas debate hasta que Alcaraz se apropió al 'break' del sexto juego. Sólido con su saque, buscando la red bastante más que en partidos anteriores, el murciano ofreció un gran tenis sin dar opción al estadounidense de recuperar la ventaja perdida.

La reina Letizia y Alejandro Blanco asistieron al partido de Carlos Alcaraz.

La reina Letizia y Alejandro Blanco asistieron al partido de Carlos Alcaraz. / AFP7 vía Europa Press

Paul, en esos momentos, jugaba con el codo encogido, pero aprovechó el cambio de manga para sacarle la carbonilla a su tenis. Cambió el chip y comenzó a jugar un gran tenis, intimidando a ratos a un Alcaraz que dejó de subir a la red y sacando brillo a sus derechas cruzadas. Perdió el español su primer servicio y en ese momento entendió que tenía que abandonar las precipitaciones, aguantar con entereza el chaparrón que le estaba cayendo y esperar su oportunidad.

Dos bolas de 0-4

Fue crítico el cuarto juego en el que, con 0-3 abajo, Alcaraz salvó dos bolas de ruptura que le habrían puesto el set casi imposible. Superada esa crisis, encontró al final el resquicio para recuperar el terreno perdido en la última oportunidad, la del noveno juego. Con un 'passing' paralelo de ovación, Alcaraz le rompió el servicio a Paul y cambió el discurso del partido.

Todo quedó para el 'tie break', en el que Paul salvó una bola de partido y Alcaraz hizo lo propio con una de set a favor de su oponente. Finalmente, el murciano decidió que hasta ahí habían llegado y cerró una victoria con la que olvidar el mal sabor de boca del doble y colocarse a un solo partido de engordar el medallero español.