Juegos Olímpicos de París

Solo Nadia Erostarbe sobrevive a la "ola asesina" en la inolvidable aventura del surf olímpico

La española es candidata a medalla en Teahupo'o (Tahití), a 10.000 kilómetros de París, donde los surfistas, que viven en una villa olímpica flotante, están disfrutando de los JJOO

La surfista española Nadia Erostarbe, durante su competencia en los JJOO de París 2024 en Tehaupo'o, la Polinesia Francesa.

La surfista española Nadia Erostarbe, durante su competencia en los JJOO de París 2024 en Tehaupo'o, la Polinesia Francesa. / GREGORY BULL / AP

Denís Iglesias

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Los JJOO de París 2024 se disputan también en la Francia de Ultramar. Teahupo'o, en Tahití, a 10.000 kilómetros de París, acoge la competición de surf en una experiencia que los deportistas reconocen como "inolvidable". Porque ante ellos tienen el reto de domar a la "ola asesina" o "muro de las Calaveras", donde cinco surfistas perdieron la vida desde el 2000. La modalidad afronta a partir del martes día 30 los cuartos en los que espera estar Nadia Erostarbe, la única de los tres competidores españoles que sigue en el concurso.

Erostarbe, la mejor de la primera ronda

La surfista vasca, de 24 años, logró la nota más alta de su serie para acceder a la tercera ronda, donde, a partir 2:12 en la madrugada del lunes al martes, buscará derrotar a la japonesa Shino Matsuda. Erostarbe, hija de surfistas, está decidida a luchar por las medallas en su primera participación en unos JJOO en una disciplina que se estrenó en Tokio 2020. No podrán hacerlo Janire González Etxabarri, de 19 años, quien cayó contra la israelí Anat Lelior; y Andy Criere, de 28, incapaz de sellar su pase a la tercera ronda tras caer frente al mexicano Alan Cleland.

Para ellos, lo que se vive estos días en la sede más alejada del epicentro de unos JJOO es algo que llevarán grabado. La ola de Teahupo'o está a la altura de otras como la Pipeline de Hawaii, un fenómeno indomable que la delegación española tuvo que visitar antes para acostumbrarse. La conocida popularmente como "ola asesina", por su complejo historial, mueve gran cantidad de agua y es muy impredecible, según han reconocido los surfistas. Sin embargo, esto es precisamente lo que les está haciendo disfrutar a 10.000 kilómetros de París 2024.

Entre Tahití y la Francia continental hay 12 horas de diferencia. Los surfistas van por delante del resto de deportistas olímpicos, como se demostró en la ceremonia de inauguración. Mientras en la capital gala caía la noche, los planos en los que se enfocaron a los surfistas mostraban un soleado entorno. Un paraíso, en apariencia, pero que está poniendo al límite la capacidad de unos deportistas que viven sus propios JJOO. Tal y como ha ido narrando Erostarbe en sus redes sociales, para llegar a la zona de la ola hay que tomar diferentes medios de transporte que van desde barcos hasta motos de agua.

Una villa olímpica flotante

Los deportistas viven en una villa olímpica que se ha instalado en un crucero, el Aranui 5, que se utiliza para viajes turísticos entre Tahití, las Islas Marquesas y Bora Bora. Esta deslocalización y ubicación en complejos propios es por la que pasan otros deportes como la vela, que se disputa en Marsella.

Si hay algo que quiere vivir un deportista en los JJOO es la convivencia con representantes de todo el mundo y modalidades. Sin embargo, solo los surfistas podrán decir que afrontaron su competición desde una villa olímpica flotante, el recurso ideado por la organización debido a la escasez de alojamiento en territorios cercanos a la ola de Teahupo'o. Aunque es cierto que delegaciones de grandes recursos como EEUU o Australia optaron por llevar a sus deportistas a casas privadas.

Por la complicación de acceso a la zona de competición, no hay público, tan solo un par de lanchas de 15 o 20 pasajeros que permiten ver la competencia a miembros técnicos, siempre a una distancia de 200 o 300 metros. La ola de Teahupo'o es una experiencia radicalmente diferente a la vivida en los JJOO de Tokio 2020, que llevaron el surf a la paradisíaca playa de Tsurigasaki, a 100 kilómetros de la capital nipona. Un arenal paradisiaco donde se montó un festival solo para los deportistas, que, como el resto, vivieron la situación de excepcionalidad de la pandemia.

La ola de Teahupo'o tiene su expresión más violenta en invierno, cuando sufre la influencia de los vientos que soplan desde la Antártida, rumbo a las islas de la Polinesia Francesa. En total, 48 surfistas de 21 nacionalidades dan lo mejor de sí en una disciplina que está dejando imágenes y vídeos impresionantes. La cultura audiovisual de este deporte es muy amplia y su realización está siendo exquisita. Las eliminatorias de surf, como en la que competirá Nadia Erostarbe a partir de las 2:12 de la próxima madrugada, pueden seguirse por Eurosport.

La surfista vasca es uno de los nombres conocidos del circuito femenino. Nacida en Zarautz, uno de los templos del surf estatal, fue campeona de Europa juvenil en 2018. Como reconocía en la previa a los JJOO, llegaba en el mejor momento de forma posible que le permitió firmar en la primera ronda una puntuación total de 13.83 puntos, con una mejor ola de 8.33. De este modo accedió directamente a tercera ronda sin pasar por la repesca, donde cayeron sus dos compañeros de delegación.

Sistema de puntuación y favoritos

Nadia Erostarbe se encuadra en la categoría 'goofy foot', que es cuando el surfista pone el pie izquierdo en la parte trasera de la tabla y el derecho en la delantera. La otra categoría es 'regular foot', cuando se hace lo opuesto. Tras una ronda preliminar en la que se fijaron rondas de tres surfistas, el resto discurrirá con enfrentamientos cara a cara. Los atletas tienen aproximadamente media hora para montar todas las olas que puedan y son calificados por cinco jueces.

¿Qué se tiene en cuenta? La dificultad, innovación, variedad, velocidad y fluidez, es decir, la forma en la que el surfista enlaza sus movimientos. El punto fuerte de Nadia Erostarbe es el 'surfing' de espaldas, uno de los más destacados del panorama femenino, pero sobre todo la sobriedad con la que afronta cada manga. Un talento que le otorga su vida encima de una tabla, a la que se subió por primera vez cuando tenía tres años.

En los JJOO de Tokio, la estadounidense Carissa Moore se alzó con el oro en categoría femenina, seguida de Bianca Buitendag (Sudáfrica) y Amuro Tsuzuki (Japón). La campeona olímpica vuelve a estar entre las favoritas, aunque las casas de apuestas sitúan como líder a Vahine Fierro, campeona del mundo juvenil en 2017 y, sobre todo, nacida en Polinesia. Si alguien que conoce el insólito paraje donde se disputan el surf en los JJOO es ella. Erostarbe no quiere ser menos e intentará cumplir su particular sueño de estar el 31 de julio en la lucha por la medalla de bronce (2:12) o el oro olímpico (3:34).