Estos son los Juegos Olímpicos más caros de la historia

París ha dado este viernes el pistoletazo oficial de salida a los Juegos Olímpicos con una impresionante ceremonia de inauguración por el río Sena. Desde el 26 de julio y hasta el 11 de agosto, los mejores atletas del mundo se reúnen en la capital francesa para alcanzar la gloria.

Este ansiado evento deportivo ha costado 8015,4 millones de euros para adaptar y mejorar la ciudad ante este momento histórico, una cifra que les ha llevado a ocupar el quinto lugar del ránking, ya que otras ciudades han invertido mucho más dinero para acoger este evento. Estas son las cuatro olimpiadas más caras de la historia, una lista en la que ha entrado Barcelona 1992.

Río de Janeiro 2016

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro figuran como los más caros de la historia con una inversión de 21.745,3 millones de euros. Brasil se encargó de remodelar el transporte público de esta importante ciudad para poder hacer accesibles los juegos y acabó gastando casi un 300% más de su presupuesto inicial.

Londres 2012

La ciudad de Londres protagonizó los segundos juegos más costosos. Con un gasto de 15.479,3 millones de euros, la capital inglesa se centró en la sostenibilidad: creó 10 nuevas líneas ferroviarias, y mejoró las vías ciclistas y peatonales, dando vida de nuevo a barrios como Stratford.

Tokio 2021

Los Juegos Olímpicos de Tokio supusieron una inversión de 12.310 millones de euros, una cifra que se disparó del presupuesto inicial que habían anunciado los organizadores por la irrupción de la pandemia. Para que pudieran llevarse a cabo, los atletas, equipo técnico e incluso periodistas tuvieron que vivir las semanas antes en una especie de burbuja para poder participar en estos juegos.

Barcelona 1992

32 años después, los Juegos Olímpicos de Barcelona siguen considerándose los más transformadores de la historia. Con un coste de 10.689 millones de euros, ocupan el cuarto lugar del ránking. La ciudad condal protagonizó una renovación urbana masiva que conllevó acciones como la ampliación del aeropuerto o una red ferroviaria de alta velocidad y supuso el relanzamiento de Barcelona como uno de los destinos más turísticos de Europa.