Curso político en París

Los primeros pasos de Michel Barnier: consultas y un proyecto de Ministerio de Inmigración

El aspirante a primer ministro de Francia arranca las consultas para formar su Gobierno mientras la ultraderecha le advierte que le vigila y que no descarta unirse a una eventual moción de censura contra él

Barnier promete que su política "no será sólo de derechas" y que habrá compromisos

Barnier promete que su política "no será sólo de derechas" y que habrá compromisos

Leticia Fuentes

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Dos meses ha tardado Francia en encontrar al candidato perfecto para el puesto de primer ministro: Michel Barnier. Ahora, tras dos meses de bloqueo político todos los ojos están puestos en este antiguo comisario europeo y principal negociador del Brexit, que deberá asumir importantes retos, en una Francia sin mayorías claras en la Asamblea Nacional y con un déficit público que supera el 5%.

Precisamente, la economía es una de las principales preocupaciones para este nuevo primer ministro, quien ya ha recibido la bendición del ministro de Economía en funciones, Bruno Le Maire: "nuestra situación de las finanzas públicas, (...) es el primer desafío que el gobierno de Michel Barnier tendrá que retomarse. Éste es el desafío más urgente. Este es el desafío más difícil. El más político. Este es el desafío del que todo depende. Porque nada es posible sin unas finanzas públicas bien cuidadas", afirmó. 

Este lunes, su llegada al Palacio de Matignon ha estado cargada de reuniones. Un almuerzo con el presidente Emmanuel Macron y una reunión con el grupo LIOT, que cuenta con 22 escaños en la Asamblea. Unas consultas para encontrar el equilibrio perfecto y formar un nuevo gobierno que permita al presidente acabar con la legislatura sin más sobresaltos. “No hemos venido a participar ni a dar nombres a un gobierno. Vinimos a decirle cuáles eran, para nosotros, las prioridades sobre las cuales los franceses querían que hubiera respuestas rápidas”, afirmó Stéphane Lenormand, presidente del hetereogéneo grupo LIOT (Libertad Independientes, Ultramar y Territorios) ntes del encuentro.

Tras la reunión, Barnier manifestó su deseo de “cambiar la política” y el método, “con más trabajo y menos comunicación”, pero el nuevo inquilino de Matignon sabe que si no encuentra los apoyos necesarios, su contrato puede ser temporal y acabar antes de los cinco años establecidos. Nada extraño en Francia, donde los primeros ministros no suelen durar más de dos años y medio

Este martes está previsto que Michael Barnier continúe con las consultas y tenga un primer encuentro con los diputados del grupo macronista, 'Ensemble pour la Republique', y según fuentes cercanas a Matignon, a lo largo de esta semana podría recibir a distintos representantes de la izquierda, con quienes ya ha hablado por teléfono, según informaciones de FranceTV. 

Barnier “bajo vigilancia”

Michel Barnier está “bajo vigilancia”, así lo dejó claro Marine Le Pen nada más conocerse su nombre como primer ministro. Reagrupamiento Nacional no está dispuesto a seguir la corriente a Barnier, y no descarta unirse a otros grupos y votar a favor de una moción de censura contra su futuro Gobierno, si no resuelve los principales problemas de Francia. "Si con el paso de las semanas los franceses volvieran a ser olvidados o maltratados, no dudaremos en censurar al gobierno", afirmó Le Pen. 

Barnier depende de los votos de los 126 diputados de Reagrupamiento Nacional, y aunque nada la extrema derecha descarta, por el momento, unirse a la moción de censura de la unión de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, en la primera sesión parlamentaria, el primer ministro sigue en el punto de mira, especialmente para la izquierda, que tildó de “escandaloso” el nombramiento de Barnier. 

Una moción de censura fallida en el primer día de Asamblea Nacional ayudaría a Barnier a ganar tiempo para formar un Gobierno sólido y trabajar en una agenda que aporte “estabilidad al país”, requisito fundamental para el presidente Macron. 

Precisamente, para que Le Pen no se una a esa censura, el primer ministro deberá empezar a trabajar en los temas más calientes para Francia; el poder adquisitivo, la polémica reforma de las pensiones, y la inmigración. 

Un ministerio de inmigración

Durante su intervención en la cadena pública TF1, el nuevo primer ministro afirmó que quería “controlar la inmigración de manera rigurosa y humanista”, y para ello ha rescatado el proyecto de Ministerio de Inmigración creado por Nicolas Sarkozy en 2007, y eliminado posteriormente en 2010. Aunque, el entorno cercano a Barnier afirma que no se ha tomado ninguna decisión al respecto. 

"Quiero que encontremos las soluciones adecuadas a los problemas que preocupan a los franceses y esto es parte de ello", afirmó Barnier el pasado viernes, quien es conocido por sus ideas de limitar y controlar la inmigración, particularmente “frenando las regularizaciones masivas”.  Además, el ex comisario europeo también propuso un referéndum sobre la inmigración, el establecimiento de cuotas anuales de visados, el endurecimiento del acceso a la asistencia social

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