ELECCIONES EEUU

Debate a muerte política: Harris busca su momento viral contra Trump

Biden cayó por una mala actuación en la primera contienda dialéctica. Su sustituta llega al encuentro con el impulso inicial en las encuestas consumido y la necesidad de mostrar personalidad propia

Kamala Harris y Donald Trump, candidatos a la presidencia de Estados Unidos.

Kamala Harris y Donald Trump, candidatos a la presidencia de Estados Unidos. / Associated Press/LaPresse

Mario Saavedra

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Philippe Reines es un asesor demócrata especializado en hacer de Donald Trump en los ensayos de debate. Lo hizo para entrenar a Hilary Clinton en 2016, y lo repite ahora con Kamala Harris. Él, la candidata y su equipo más cercano están encerrados en un hotel de la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania) preparando la cita de este martes contra el republicano. Reines trata de imitar al expresidente en casi todo: vestimenta, ideas y, también, modales. Se está concienciando a la demócrata de que Trump puede jugar sucio, incluso insultarla, para desestabilizarla. En concreto, planifican cómo debe reaccionar si la llama “bruja” [ la traducción más sobria de bitch ], siquiera entre dientes, según le han contado a la cadena NBC miembros del equipo de la vicepresidenta. 

El asunto no es menor. En los estados bisagra del cinturón del óxido (Pensilvania, Michigan y Wisconsin) o del cinturón del sol (Arizona o Georgia), será clave a quién voten unas pocas decenas de miles de hombres blancos de mediana edad. Hilary Clinton ya sufrió allí por la antipatía que les producía a algunos de ellos una mujer progresista altamente preparada. Sintonizan mejor con el estilo directo y cáustico de Trump.

La propia Kamala ha hablado sobre el dilema al que se ha enfrentado como mujer poderosa (fue fiscal general de California). “Como mujer, hay que mantener un equilibrio entre ser dura, y ser una bruja [being a bitch]”, dijo en una ocasión, poco antes de irrumpir en una de sus largas y características carcajadas.

Pero Harris deberá proyectar en su debate contra Donald Trump (90 minutos desde las tres de la madrugada, hora española, en la cadena de televisión ABC) una imagen de control. No arredrarse. Aguantar el tipo ante los ataques de su rival. 

“Parafraseando a Bill Clinton: los votantes prefieren a alguien fuerte pero equivocado que a alguien débil que lleve razón. Si Harris es efectiva y muestra una imagen de mujer fuerte que no se deja intimidar, puede hacer daño a Trump en los votantes que aprecian su teatro de masculinidad que representa el republicano”, opina Roger Senserrich, politólogo autor de '¿Por qué se rompió Estados Unidos? Populismo y polarización en la era Trump'. 

Su equipo asegura que están buscando un momento “viral” porque son conscientes de que la mayor parte de los votantes verán el debate en forma de clips en redes sociales. Buscan un instante televisivo similar al que tuvo en su debate de 2020 contra el vicepresidente Mike Pence, según Business Insider. Cuando este trataba de interrumpirla, ella cambió el gesto y le espetó: “Señor vicepresidente, estoy hablando”. Provocó un clamor a favor de Harris en las redes. 

Un debate económico

Los aspirantes llegan empatados a todos los efectos en las encuestas. Según la última, publicada por el New York Times y el Siena College, 48% a favor del republicano frente al 47% con la demócrata. 

Pero hay nubarrones para los demócratas: la ventaja es mayor para Trump en los estados clave. Harris solo lidera en uno de ellos, Wisconsin, y por un magro 3%, según la media de encuestas del The Washington Post. Se ha frenado ya el impulso ascendente en la intención de voto que Harris vivió tras la renuncia por sorpresa de Joe Biden y la luna de miel de la Convención Demócrata. Ahora los votantes exigen conocer quién es realmente.

¿Es Kamala Harris una demócrata más, que defiende las ideas clave del partido sin más, como hasta ahora? ¿O tiene personalidad política propia? Su equipo la ha mantenido alejada de los medios todo lo que ha podido para minimizar riesgos mientras la preparaba. Solo ha concedido una entrevista a la CNN. Y lo hizo junto a su vicepresidente, Tim Walz. No salió bien del todo: Harris no consiguió mostrar un ideario político propio. 

Ahí estará su principal debilidad. No tiene un personaje público claramente definido. Ha sido la número dos de Biden y, por tanto, responde de todas sus políticas. Pero no las ha ideado. Trump, por su parte, y a pesar de que ha sido presidente, va a poder seguir vendiéndose como alguien sin responsabilidad en la situación actual del país. La atacará por la inflación (aunque se ha moderado) y por la inmigración (que se ha disparado), dos asuntos que los votantes sienten de cerca. 

Viaje al centro de Harris

Trump intentará retratarla como izquierdista radical. Su nuevo valido, el multimillonario Elon Musk, el hombre más rico del mundo y dueño de la red social X, usó una imagen falsa de inteligencia artificial falsa en la que mostraba a Harris vestida de dictadora comunista. 

Ella ha emprendido un viaje exprés al centro. En el debate, probablemente subrayará los recortes de impuestos que ha anunciado, que incluye bajar el tipo impositivo máximo para los más ricos hasta solo el 28%, frente a la propuesta de cerca del 40% de Biden. 

“Probablemente tras el debate tendremos a la izquierda demócrata muy soliviantada contra Harris por sus comentarios sobre migración o defensa. Será la señal de que ha conseguido lo que iba a buscar”, opina Senserrich. “Un 47% de los votantes creen que es demasiado progresista, aunque en realidad no lo es, ni mucho menos”. 

El debate será a muerte política. Un debate acabó con Joe Biden hace tan solo un par de meses (por sus balbuceos y sus incoherencias argumentales). El de este martes podría impulsar a Harris si consigue definir su personalidad política; o acabar con sus opciones si pierde los nervios ante Donald Trump o se queda en tierra de nadie en los asuntos clave. Su mejor baza: tiene a un condenado por la justicia frente a ella. Su mayor riesgo: mostrar falta de claridad en las ideas cuando no tiene un teleprompter delante.

Tan solo seis días después del enfrentamiento, el día 16 de septiembre, se abren las urnas presenciales para los votantes del Estado más importante de todos: Pensilvania. Muchos irán a echar la papeleta con las palabras de Trump y Harris aún resonando en su cabeza.