Conflicto en Oriente Próximo

Vuelos suspendidos y cortes de carreteras en la huelga general contra Netanyahu en Israel

El gobierno de extrema derecha de Netanyahu se enfrenta a múltiples acciones a lo largo y ancho del Estado hebreo en la primera acción nacional de este tipo desde el inicio de la guerra

Huelga en el aeropuerto de Tel Aviv para presionar a Netanyahu por los rehenes de Hamás

Huelga en el aeropuerto de Tel Aviv para presionar a Netanyahu por los rehenes de Hamás / GIL COHEN-MAGEN | AFP | VÍDEO: EFE

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La presión aumenta en Israel. Gran parte del país se ha volcado en una huelga general para exigir al primer ministro, Binyamín Netanyahu, que llegue a un acuerdo de tregua que logre sacar al centenar de rehenes israelíes de la Franja de Gaza. Miles de personas están deteniendo el tráfico en las carreteras hebreas, a la vez que el aeropuerto Ben Gurion paraliza su actividad. La noche del domingo centenares de miles de israelíes tomaron las calles en unas manifestaciones masivas que terminaron con al menos 25 detenciones en Tel Aviv. Unas 500.000 personas participaron en las protestas más masivas desde el inicio de la guerra sólo en esta ciudad. Las plazas hebreas se han convertido en el escenario de la confrontación política con partidarios de la derecha interrumpiendo acciones de los huelguistas para manifestarse en defensa de una mayor presión militar sobre Hamás en Gaza.

Mientras, en Tel Aviv y otras grandes ciudades, la gente se va uniendo a las protestas por un acuerdo de intercambio de rehenes con el grupo palestino, en otros rincones de Israel no ha habido apenas seguimiento de la huelga. “Detener la economía es un premio para Hamás”, han gritado decenas de miembros del derechista Foro de Heroísmo que está compuesto por familiares de personas muertas en el ataque del 7 de octubre y que defienden un aumento de la presión militar. “Esto fomenta el terrorismo; todos debemos estar juntos contra el terrorismo y no contra el gobierno”, ha dicho un manifestante por un megáfono a la entrada de una contraprotesta contra la huelga nacional frente a la oficina del primer ministro en Jerusalén. Defienden que el gobierno requiere apoyo de la población para el uso de presión militar “hasta que se logre la victoria”, con la idea de que los militantes palestinos acaben cediendo a las exigencias israelíes, lo que posiblemente conducirá a más rescates exitosos y, en última instancia, aniquilará al grupo.

Histadrut, el mayor sindicato de Israel, ha convocado la primera huelga general desde el inicio de la guerra. Con esta acción masiva, buscan cerrar o interrumpir importantes sectores de la economía, incluidos los bancos, la atención médica y el principal aeropuerto del país. Durante dos horas, toda actividad se ha detenido en Ben Gurion, a las afueras de Tel Aviv, y ningún vuelo ha salido del país. Este domingo muchos comercios, como cines, restaurantes o tiendas, han cerrado más pronto en solidaridad con la acción nacional. Muchos ayuntamientos y oficinas gubernamentales también se han unido a la huelga, limitando el transporte público. A las puertas del inicio del año escolar, muchos municipios de la zona central de Israel, incluida Tel Aviv, han reducido los horarios escolares y se ha cancelado la apertura de guarderías públicas.

Cuatro habrían sido liberados

En cambio, otras localidades, como Jerusalén, no han participado en la huelga. Además, el Estado ha recurrido a un tribunal laboral para que la cancelara, alegando que tenía motivaciones políticas. Esta acción inédita en los últimos meses viene propiciada por la trágica recuperación este domingo de seis cadáveres de rehenes israelíes secuestrados el pasado 7 de octubre. Los medios israelíes han informado que al menos cuatro de ellos iban a ser liberados en la primera fase del acuerdo de rehenes que se ha estado discutiendo entre Hamás e Israel en los últimos meses. Los familiares de los casi 100 cautivos que aún quedan en el enclave –un tercio de los cuales se sabe que están muertos– culpan al inmovilismo de Netanyahu y de su gobierno de extrema derecha que insisten en continuar la guerra y no llegar a ningún acuerdo, a medida que siguen añadiendo nuevas condiciones alejando la posibilidad de un pacto.

Durante el ataque de Hamás del 7 de octubre, que acabó con la vida de 1.139 israelíes, también secuestraron a 250 personas. Las operaciones militares hebreas sólo han conseguido traer vivos a ocho, aunque se han cobrado centenares de víctimas mortales palestinas. Más de 100 fueron liberados durante un alto el fuego en noviembre a cambio de la liberación de palestinos encarcelados por Israel. En diciembre, las tropas israelíes mataron por error a tres israelíes que lograron escapar del cautiverio. De otros, si algún día se llega a un acuerdo, sólo podrán recuperar sus cuerpos después de morir a causa de los feroces ataques israelíes que también han matado a casi 41.000 palestinos en los últimos 11 meses.