Elecciones en Alemania

La ultraderecha desafía a la democracia alemana como primera fuerza en Turingia y segunda en Sajonia

La derecha radical logró su primera victoria en un 'Land' alemán, con un 32,4 % en Turingia, dos puntos más de lo que pronosticaban los sondeos

La CDU resiste en Sajonia, pero AfD es la fuerza más votada en las elecciones de Turingia

La CDU resiste en Sajonia, pero AfD es la fuerza más votada en las elecciones de Turingia. En la foto, el principal candidato de extrema derecha de AFD, Björn Höcke. / Wolfgang Rattay / REUTERS / VÍDEO: EUROPA PRESS

Gemma Casadevall

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La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) materializó su desafío a las fuerzas democráticas de ese país, al convertirse en la fuerza más votada en un 'Land', Turingia, y quedar en segundo lugar en el vecino de Sajonia, ambos en el este del país. "No van a poder seguir llamándonos extremistas de derechas. Somos el partido más votado", afirmó el líder de la AfD en Turingia, Björn Höcke, representante del ala más radical de ese partido. "No se pueden llamar demócratas quienes aplican el cortafuegos (cordón sanitario) a la fuerza más votada", añadió, en un aparte ante los medios desde el Parlamento de Turingia, protegido por una muralla de guardaespaldas.

Las proyecciones de voto de la televisión pública ARD situaban a la AfD dos horas después del cierre de los colegios en un 32,4 % %, dos puntos por encima de lo pronosticado, y en un 30,7 % en Sajonia.

No es previsible que Höcke pueda convertirse en primer ministro, ya que el resto de los partidos descartan toda cooperación con él. En Sajonia, la vencedora será la conservadora CDU, que con un 31,8 % tiene buenas opciones para defender la coalición que hasta ahora lideraba su primer ministro, Michael Kretschmer, con verdes y socialdemócratas.

En Turingia la formación del siguiente gobierno se presenta compleja, pero también ahí tiene las mejores cartas la CDU, que obtuvo .un 23,8 %. Precisa atraerse, entre otros, a la nueva formación del izquierdismo populista que capitanea Sahra Wagenkneckt (BSW), que también descarta cooperar "con los nazis", según su líder. El partido, nacido hace cinco meses, se disparó al 15 por % en Turingia y al 11,5 en Sajonia. Su triunfo es a costa de la defenestrada Izquierda, el partido del que se escindió la BSW y al que pertenece Bodo Ramelow, primer ministro de Turingia en las últimas dos legislaturas. En Sajonia quedó incluso fuera de la cámara regional, lo que es un duro golpe para un partido que tras la reunificación alemana tuvo sus bastiones en esa parte del país.

El este alemán propinó asimismo un duro golpe al Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, que quedó en un 7,8 % en Sajonia y bajó al 6,2 % en Turingia. Sus socios de coalición en Berlín verdes están en la cuerda floja del 5 % en Sajonia, mínimo para tener escaños, y será extraparlamentario en Turingia, mientras que el tercer miembro de su gobierno, los liberales, quedan fuera de ambas cámaras.

Pese a tratarse de comicios regionales, la expectación en toda Alemania era enorme. Era la primera prueba en las urnas tras las elecciones europeas, en que la AfD fue ya la fuerza más votada en el este del Alemania. Entonces se podía interpretar que se debió, en parte, al llamado voto de protesta o de la crispación, mientras que ahora se trataba de elegir a un futuro gobierno.

El Parlamento regional de Erfurt, la capital de Turingia, fue este domingo un hervidero de periodistas, por ser el único lugar previsto para captar las reacciones de Höcke tras los resultados. Era sin duda el triunfador de la noche, rodeado de sus guardaespaldas y decenas de cámaras en cada uno de sus movimientos. La AfD había prohibido el acceso a los periodistas a su fiesta electoral. El partido ha hecho suyo uno de los lemas del movimiento islámofobo Pegida, que se refería sistemáticamente a los medios como ‘Lügenpresse’ o prensa mentirosa.

Batacazo para la coalición de gobierno

Para el tripartito de Scholz se confirmó un batacazo que parecía programado. Las promesas del canciller de acelerar deportaciones y recortar subsidios a solicitantes de asilo en espera de expulsión se han percibido como soluciones a la desesperada. Tampoco han sido muy convincentes o incluso jurídicamente inviables las fórmulas propuestas por la CDU, primera fuerza a escala nacional tras las europeas, para negar el asilo de forma general a sirios y afganos.

El impacto del atentado a cuchilladas de Solingen, en el oeste del país, cometido el 23 de agosto por un sirio que se dice ‘soldado’ de Estado Islámico, ha marcado la recta final de estas regionales. La reanudación hace unos días de las deportaciones a Afganistán, interrumpicas desde el retorno de los talibanes al poder en 2021, es solo un primer paso. Al grupo de 28 afganos que fueron entregados a Kabul, por mediación de Catar, deben seguir otras medidas, según le exigen al tripartito de Scholz el conjunto del espectro político. Es decir, desde la oposición conservadora a la AfD, además de la izquierdista BSW, que en materia de asilo defiende una línea dura similar a la ultraderecha.  

Victoria regional con connotaciones históricas

La posición de primera fuerza en Turingia es de alto valor simbólico para Höcke, cuyo radicalismo y cercanía al neonazismo le ha costado enfrentamientos con la cúpula nacional de su partido, pero que ahora ha logrado un hito para la ultraderecha. La ciudad de Weimar, la segunda de ese ‘Land’, se identifica no solo con los grandes clásicos, como Goethe y Schiller, sino también con la república de entreguerras que derogó Adolf Hitler tras su llegada al poder, en 1933. Tres años antes, Turingia se había convertido en la primera región donde los nazis entraron en un gobierno.

Son muchos los símbolos, aunque desde el punto de vista histórico se coincide en que la ‘República de Berlín’, como a menudo se denomina políticamente a la Alemania actual, no es una democracia débil y frágil, como lo fue la de Weimar.