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Del camión de Amri al cuchillo de cocina de Solingen

El atentado de la semana pasada es el primero que reivindica Estado Islámico en Alemania desde la matanza navideña de 12 personas en 2016

La Fiscalía alemana decreta prisión para el presunto autor del atentado de Solingen e investiga sus vínculos a EI

Una mujer, frente al memorial improvisado por las víctimas de Solingen.

Una mujer, frente al memorial improvisado por las víctimas de Solingen. / ROBERTO PFEIL / AFP

Gemma Casadevall

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El 'despertar' de Estado Islámico (EI) en Alemania lo plasmó el viernes 23 pasado el atentado contra una fiesta popular de Solingen, en el oeste del país, con tres muertos y ocho heridos, del que se confesó autor un sirio de 26 años. Hasta entonces, el único precedente reconocido fue la matanza cometida por el tunecino Anis Amri el 19 de diciembre de 2016 contra un mercadillo navideño de Berlín, con 12 muertos y unos 70 heridos. El arma utilizada entonces fue un camión de gran tonelaje, robado a punta de pistola a un transportista polaco, horas antes de embestir con él a la gente congregada en el mercadillo. La que usó ahora Issa al Hasan fue un cuchillo de cocina, de unos 15 centímetros de hoja, con el que se dirigió desde su albergue de refugiados a la llamada 'Fiesta de la Diversidad', a unos 200 metros. En ambos casos, siguieron la consigna de EI a sus 'soldados': mata a cuantos más infieles puedas, no importa con qué arma; causa el máximo terror con los medios a tu alcance.

Entre el atentado de Amri y el Solingen hubo otros casos similares, unas veces atribuidos a yihadistas infiltrados entre solicitantes de asilo, otras a peticionarios radicalizados en Alemania y otras a raptos de locura. Pero sin vínculos verificados con EI.

Los casos de Amri y al Hasan sí los tienen. El primero entró en Alemania en 2016, un año después de la crisis migratoria en la que el país recibió un millón de refugiados. Llegó a tener 12 identidades falsas distintas, se movió por todo el país y se le tuvo bajo observación por sus contactos con 'predicadores del odio' de mezquitas. Unos meses antes de su atentado, los servicios secretos marroquís advirtieron a Alemania de los contactos de Amri con EI. Siguió adelante, favorecido por unas administraciones y fuerzas de seguridad desbordadas con la llegada incesante de solicitantes de asilo. Tras su matanza, huyó por media Europa durante varios días hasta acabar abatido en Milán en un control de rutina policial.

Issa al Hasan pasó desapercibido a todos los radares. Estaba en Alemania desde 2022, donde llegó vía Bulgaria. Se le habría entregado a las autoridades búlgaras en 2023, pero el día planificado para su deportación no le encontraron en casa. Como no había cometido delitos ni se le había observado una radicalización, no hubo una nueva citación.

La austeridad se vuelve en contra

Como explicaba la experta jurídica de la televisión pública ZDF, Sarah Tacke, seguir los pasos de los 'lobos solitarios' en Europa es ahora más complejo que cuando pasó lo de Amri. Entonces, sus vínculos solían tejerse a través de los predicadores de odio, a los que se podía vigilar con infiltrados policiales. Ahora su radicalización discurre silenciosamente vía Telegram. No precisan salir de casa y están permanentemente conectados. Sus chats son identificables por los servicios de espionaje, especialmente los de Estados Unidos e Israel. Pero sus homólogos alemanes no tienen suficiente personal cualificado en ese ámbito. El ciberespionaje alemán depende de la inteligencia aliada. El populoso 'land' de Renania del Norte-Westfalia, donde se encuentra Solingen, viene reclamando más recursos. Pero el dogma de la austeridad alemana ha dejado muchas asignaturas pendientes, tanto en digitalización, como en infraestructuras y en seguridad.

Tras la detención de Issa al Hasan, se cuestionó la autenticidad del comunicado difundido por 'Amaq News Agency' atribuyéndose el atentado. Disipó las dudas otro video posterior con el mismo 'soldado' hablando a cámara, en tres partes. En la última aparecía en Solingen, con el mismo 'botón' de 'Amaq', el canal de EI, sobre la imagen.