Reino Unido

Los trabajadores británicos podrán tener derecho a trabajar cuatro días a la semana

El plan de Starmer prevé poder concentrar la jornada laboral semanal pero no recortarla

Keir Starmer, primer ministro británico.

Keir Starmer, primer ministro británico. / Christoph Soeder/dpa

Agencias

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El Gobierno laborista de Keir Starmer se plantea conceder a los británicos el derecho a solicitar trabajar cuatro días a la semana en vez de cinco a fin de facilitar el empleo flexible, según adelantan este viernes los medios locales. Los empleados, no obstante, deberán trabajar la jornada laboral semanal completa para recibir el total de su salario, pero tendrían la opción de comprimirlas en los cuatro días semanales.

Se espera que este plan sea dado a conocer en detalle tras el comienzo la próxima semana del curso parlamentario y estaría contenido en un proyecto de ley sobre derechos de los trabajadores. Un portavoz del Ministerio de Comercio y Negocios resaltó que "cualquier cambio en la legislación laboral será consultado, trabajando en asociación con las empresas".

En virtud de la actual legislación, los empleados tienen derecho a solicitar trabajo flexible, que puede incluir trabajo a tiempo parcial, horarios de entrada y salida flexibles o trabajo desde casa, pero los empleadores pueden denegarlo en ciertas circunstancias, como puede ser si tiene un coste adicional para la compañía. 

 Esa propuesta de flexibilidad laboral sin coste empresarial se incluye en el paquete de estrategias que el laborista pretende implementar para mejorar el crecimiento económico, que se tambalea tras el Brexit. Starmer anunció esta semana que el Presupuesto del próximo ejercicio, que se presentará el próximo 31 de octubre, será "doloroso" por las decisiones "impopulares" que el Ejecutivo deberá adoptar para hacer crecer la economía.

Las soluciones laboristas para enmendar la economía distan mucho de parecerse a una agenda próxima a postulados progresistas y está más bien marcada por la ortodoxia económica liberal. En un discurso pronunciado en los jardines de Downing Street -sede del Ejecutivo-, Starmer prometió que se centrará en la creación de riqueza y en el crecimiento económico nacional aunque, para ello, tendrá que tomar "medidas duras". El líder laborista dijo que su Ejecutivo adoptará "decisiones que no son populares si esto beneficia al país en el largo plazo" y avisó que la situación en las finanzas del país "tendrá que empeorar antes de mejorar".

Las medidas de Starmer

Entre algunas de esas medidas controvertidas figura la retirada de un subsidio de ayudas para afrontar facturas energéticas durante el invierno a aquellos pensionistas en mejor situación económica, una decisión que, según Starmer, "se ha tenido que adoptar" y que justificó alegando que "está costando al país una fortuna" y es inviable si se quiere hacer crecer la economía. El político culpó a los conservadores del "caos y ruina" que han dejado en las arcas públicas y para los que no existen remedios rápidos. "Hemos heredado no solo un enorme agujero negro económico de 22.000 millones de libras (26.000 millones de euros) sino un agujero negro en la sociedad y eso es por lo que hemos adoptado medidas para hacer las cosas de manera diferente", apuntó. La receta que pretende implementar Starmer está dirigida a los recortes en el gasto público y no a medidas de política monetaria expansiva. En materia laboral, la estrategia de Starmer no es diferente. Mientras en España, por ejemplo, se negocia el recorte efectivo de la jornada laboral con el mismo salario, en Reino Unido se plantea una mayor flexibilidad desde la perspectiva que el empleador no sufra más costes salariales ni obligación de incrementar la productividad por la vía de nuevas inversiones en medios de producción.