Conflicto en Oriente Próximo

La Cisjordania ocupada sufre la peor operación militar israelí desde la Segunda Intifada

"Espero que esto no sea parte de nuestra vida para siempre", denuncia un joven palestino de Tubas, localidad que, junto a Yenín, Tulkarem y sus respectivos campos de refugiados, está sufriendo las redadas del Ejército hebreo que ya han matado a 18 palestinos

Blindados israelíes circulan por el campo de refugiados de Nur Shams, en Tulkarem, este jueves.

Blindados israelíes circulan por el campo de refugiados de Nur Shams, en Tulkarem, este jueves. / MAJDI MOHAMMED / AP

Andrea López-Tomàs

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Los más veteranos recuerdan días parecidos. Aquellos palestinos que sufrieron la Segunda Intifada (2000-2005) ya conocen esta realidad. Campamentos de refugiados convertidos en campos de batalla, barrios enteros arrasados, tropas enemigas patrullando sus callejuelas, detenciones masivas, vidas perdidas. Los que hoy empuñan armas crecieron con esa violencia en sus calles. Son los hijos de la Segunda Intifada quienes vuelven a defender sus hogares y los de sus antepasados. La más brutal operación militar israelí desde entonces, iniciada este miércoles, trata de eliminarlos. Con 18 víctimas mortales y unos 25 detenidos, centenares de soldados, parapetados por excavadoras militares y blindados israelíes, continúan sus letales redadas en Tulkarem, Yenín y Tubas, al norte de la Cisjordania ocupada. Desde el pasado 7 de octubre, han muerto en estos territorios 664 palestinos, entre ellos 152 menores.

No es novedad que el Ejército israelí irrumpa en localidades palestinas y en sus campos de refugiados. Las redadas son prácticamente diarias y se han intensificado desde el 7 de octubre, pero la magnitud del ataque actual –con bombardeos aéreos, cientos de soldados desplegados, artillería y excavadoras militares destruyendo infraestructura civil– plantea ciertos interrogantes sobre el momento y los motivos. Ya el año anterior nuevos grupos palestinos se unieron a la resistencia armada ante un panorama desolador para su pueblo. La creciente y violenta presencia de los colonos israelíes en los territorios palestinos, sumada a la falta de perspectivas laborales y de futuro para una población cada vez más joven, exasperada por la ausencia de conversaciones de paz desde hace años, les hacían constatar que no tienen nada que perder.

Ahora, la guerra contra Gaza, que ha supuesto la muerte de 40.600 palestinos, ha venido a agravar este sentimiento y en los últimos meses, más y más jóvenes se han unido a estos movimientos de resistencia armada. El pasado 19 de agosto, un ataque suicida en Tel Aviv reivindicado por Hamás, que no provocó víctimas mortales más que la del atacante, suscitó preocupación en el sistema de seguridad israelí. A su vez, el frente israelí con la milicia libanesa Hizbulá parece haberse calmado después de los ataques cruzados de la semana pasada. En Gaza, los combates siguen, pero no a tanta intensidad. En este contexto, las autoridades israelíes han activado este tercer frente.

Al menos 25 detenidos

"Es el peor momento desde el 7 de octubre", denuncia Jamil, residente de Tubas. "Es como si estuviéramos lidiando con esto y acostumbrándonos" a la situación, explica este joven palestino a El Periódico, de Prensa Ibérica. "Espero que esto no sea parte de nuestra vida para siempre; nos quedamos en casa todo el tiempo y no vamos a ningún lado debido a la situación", confiesa este profesor que perdió a su primo el pasado diciembre después de que una bala israelí acabara con su vida mientras se encontraba en el balcón de su casa. Desde la madrugada del miércoles, Tubas y su campo de refugiados Al Far’a están bajo ataque constante, al igual que Yenín y su campo de refugiados, y Tulkarem y el campo adyacente Nur Shams. A su paso, el Ejército israelí ha levantado carreteras, destrozado infraestructuras civiles e incendiado hogares.

Por el momento, 18 palestinos han perdido la vida a causa de las redadas israelíes. Entre ellos, se cuenta el comandante del Batallón Tulkarem, Mohamed Jaber, también conocido como Abu Shuja’a, y otros cuatro combatientes palestinos, que han muerto en el campo de Nur Shams. Allí, las fuerzas israelíes siguen sitiando el campamento por todos lados y llevan a cabo extensas operaciones de búsqueda en casas de civiles. Cinco hogares han sido incendiados, pero las tropas hebreas impiden que los equipos de rescate y la Media Luna Roja Palestina entren en el campo para apagar los fuegos y evacuar a los heridos. Una veintena de personas han resultado heridas y otros 25 palestinos han sido detenidos en las últimas 24 horas en el norte de la Cisjordania ocupada.

Hospital sitiado

En Yenín, las tropas israelíes han sitiado el hospital gubernamental, también conocido como hospital Jalil Suleiman. El doctor Wissam Abu Bakr ha denunciado a Middle East Eye que los vehículos militares israelíes rodean el centro médico y que se han desplegado unidades de francotiradores en los edificios adyacentes y con vistas al hospital, restringiendo el movimiento de los residentes y los pacientes. El Centro Palestino de Derechos Humanos, la oenegé palestina Al Haq, y el Centro Al Mezan de Derechos Humanos han advertido sobre la escalada de violencia en la Cisjordania ocupada y el uso de tácticas militares israelíes que el mundo ya ha presenciado en Gaza. El propio ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, habló el miércoles de "guerra" y pidió actuar igual que en Gaza, "incluida la evacuación temporal de los residentes palestinos y cualquier medida que sea necesaria".

"Lo último que queremos es que este tipo de desplazamiento masivo también se produzca en Cisjordania", ha dicho Kenneth Roth, ex director ejecutivo de Human Rights Watch, a Al Jazeera. "Francamente, 'el sueño' de los ministros de extrema derecha del Gobierno del [primer ministro, Binyamín] Netanyahu es 'resolver el problema' de Cisjordania, simplemente deshaciéndose de los palestinos", ha añadido, tachándolo de "crimen de guerra masivo". "Estos peligrosos acontecimientos están alimentando una situación ya explosiva en la Cisjordania ocupada y socavando aún más a la Autoridad Palestina", ha denunciado el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Israel sigue haciendo oídos sordos a la comunidad internacional. En julio, la Corte Internacional de Justicia emitió un fallo histórico que decía que la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este, es ilegal y debe terminar "lo más rápidamente posible". Pero las autoridades israelíes, cada vez más radicalizadas por la presencia de colonos y políticos de extrema derecha, continúan a la suya.

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