Relaciones internacionales

Bielorrusia acumula fuerzas en la frontera con Ucrania: ¿puede Lukashenko sumarse a la guerra?

Kiev advierte que tomará medidas para alejar a las tropas bielorrusas de sus lindes si Minsk sigue concentrando efectivos junto al país eslavo

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia.

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia. / IRENE SAVIO

Àlex Bustos

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Ucrania tiene muchos problemas y parece que le crecen los enanos en su frontera con Bielorrusia, donde Minsk acumula fuerzas y vehículos blindados desde hace muchas semanas. Las maniobras de los militares de Alexandr Lukashenko han hecho saltar las alarmas en Kiev. Las autoridades ucranianas advirtieron el pasado domingo a sus homólogas bielorrusas que adoptarán medidas para defender su frontera si Lukashenko se niega a alejar a sus tropas de las lindes ucranianas para dejarlas fuera del rango de alcance de las armas bielorrusas.

El mismo líder bielorruso apuntó que un tercio de sus Fuerzas Armadas se desplazaron a la frontera este verano. Lukashenko explicó que se trataría únicamente de maniobras militares, pero este movimiento recuerda al de febrero de 2022, cuando tropas rusas y bielorrusas realizaron ejercicios conjuntos justo antes del inicio de la invasión. Días más tarde esos mismos soldados rusos salieron en dirección a Kiev para conquistarla y lanzar la "operación militar especial" que desde el Kremlin se esperaba que durara unos pocos días .

Con ese recuerdo en la retina, Ucrania ha advertido a su vecino del norte que, si no respeta la frontera entre ambos Estados, Kiev "tomará todas las medidas necesarias para ejercitar su derecho a la autodefensa", según señalaron las autoridades de Kiev en un comunicado. En el mismo documento, añadieron que "todas las tropas concentradas, instalaciones militares y rutas de suministro en Bielorrusia se convertirán en objetivos legítimos de las Fuerzas Armadas ucranianas". Además de los efectivos regulares de Minsk y fuerzas especiales, la inteligencia ucraniana apunta a que habría también contingentes de los infames mercenarios de la compañía Wagner en la frontera sur de Bielorrusia.

Antes de la invasión ucraniana de la provincia de Kursk a principios de agosto, ya se rumoreó con que las tropas bielorrusas podrían sumarse de forma directa a la guerra rusoucraniana, algo que cobró fuerza este mes de agosto. Pero algunos analistas dudan de que sea un escenario plausible. "Sería suicida para las tropas de Minsk. Los ucranianos han preparado importantes líneas de defensa en su frontera con Bielorrusia", asegura a EL PERIÓDICO analista militar y consultor Denys Kolesnyk.

Desde el mismo sur de Bielorrusia entraron las tropas rusas que buscaban asaltar la capital ucraniana a principios de la guerra en febrero de 2022. Pero que ahora lo hagan los hombres de Lukashenko parece algo más improbable. La relación entre ambos países eslavos no pasa por su mejor momento, tal y como evidencia la queja del mismo presidente bielorruso por un dron ucraniano que habría entrado en su espacio aérero a mediados de agosto o los comunicados del Gobierno ucraniano a su vecino al norte. "Lukashenko hará todo lo posible para evitar unirse a la guerra, porque hacerlo podría ser el final de su mandato", remarca Kolesnyk.

Hermanos de armas

Lukashenko es un aliado fiel de su homólogo ruso, Vladímir Putin. Algunos incluso lo tildan de "vasallo", aunque el mismo dirigente siempre insistió que para él, el presidente ruso, es como un "hermano mayor". La familia puede ser complicada y este caso no es una excepción. A pesar de la intención del bielorruso de mantener el control total de su feudo, sus decisiones suelen necesitar el visto bueno de Moscú. Cuando las tropas ucranianas entraron en Kursk, saltaron también las alarmas en Minsk. Algunos incluso hablaron de la posibilidad de que Bielorrusia entrara en la guerra para apoyar al hermano mayor en el frente.

Además de la guerra convencional, en la llamada guerra híbrida Bielorrusia también es un actor clave. Repetidamente se ha convertido en un nodo para los migrantes que vienen de Oriente Próximo y África aprovechando las facilidades de Moscú y Minsk para acabar siendo utilizados por ambos países en la desestabilización de vecinos como Polonia, Lituania y Finlandia. Las fuerzas de seguridad les facilitan el camino hasta la frontera, pero cuando los guardias fronterizos no les permiten entrar en la UE, no se les deja tampoco regresar a Rusia o Bielorrusia. Este tipo de acciones se han repetido en diferentes ocasiones anualmente desde 2021, año en el que se produjo el mayor incidente de esta naturaleza.

En aquel momento, antes de la guerra y las sanciones posteriores, Lukashenko ya debía su supervivencia política a Putin. En 2020, cuando las protestas prodemocracia hicieron que su régimen se tambaleara, el apoyo ruso fue clave para que se mantuviera en el poder. Además, el país depende económicamente de Rusia, que le facilita materias primas a coste reducido y créditos blandos que dan oxígeno al país.  

Salvoconducto de sanciones

Aunque desde 2022 ha compartido muchas de las sanciones con Rusia por su apoyo al lado ruso en la guerra, Bielorrusia está menos sancionada que su vecina oriental. De ahí que Minsk se haya convertido en uno de los accesos a Rusia de los productos sancionados. Un flujo que no es nuevo. Ya en 2014, con las primeras sanciones contra Moscú por la anexión ilegal de la península de Crimea, Bielorrusia se convirtió en exportador de marisco y pescado (reetiquetado con origen en la UE) a Rusia.

El deseo de muchos rusos que no pueden ir a Turquía o la UE de seguir consumiendo marcas occidentales favoreció la existencia de tours organizados. Autobuses provinientes de las provincias rusas acuden a centros comerciales de la capital bielorrusa con la promesa de poder comprar productos de compañías occidentales. Algunos de estos tours incluso se promocionan con gancho de obtener una tarjeta bancaria que pueda usarse en todo el mundo, a diferencia de las rusas, que desde 2022 solo pueden emplearse en territorio ruso por la desconexión del país euroasiático del sistema Swift.

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