Exiliados políticos

Decenas de artistas europeos se movilizan para impedir que Serbia extradite un activista a Bielorrusia

El país balcánico, candidato a entrar en la UE, mantiene detenido desde octubre pasado a Andréi Gnyot, periodista y opositor que participó activamente en las protestas contra Aleksandr Lukashenko en 2020

Protesta en Barcelona, el pasado 25 de agosto, para pedir la liberación del activista Andréi Gnyot.

Protesta en Barcelona, el pasado 25 de agosto, para pedir la liberación del activista Andréi Gnyot. / CEDIDA

Irene Savio

Irene Savio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Decenas de cineastas, actores y escritores europeos, bielorrusos y rusos han solicitado, en una carta abierta a las autoridades serbias, que no extraditen a Bielorussia al activista Andréi Gnyot. Los firmantes alertan que el videoperiodista y crítico del régimen de Aleksandr Lukashenko está siendo "perseguido políticamente" y, de aceptarse su extradición, Gnyot se enfrentará "a torturas y, eventualmente, también a la pena de muerte". 

"Andréi fue detenido en octubre de 2023 nada más llegar a Serbia, ya que Belgrado accedió a cumplir una orden de arresto internacional de Interpol solicitada por Bielorrusia por fraude fiscal", ha explicado a EL PERIÓDICO la abogada Maryia Kolesava Hudzilina, integrante del equipo legal de Gnyot. "Por eso decimos que es un caso político. Acusar a opositores de delitos económicos es una treta usada por las autoridades bielorrusas desde hace tiempo", ha puntualizado. 

"Serbia no sólo lo arrestó y lo retuvo en prisión durante siete meses (hasta junio), sino que el Tribunal Superior de Belgrado ya dictaminó que debe ser extraditado a Bielorrusia", ha añadido. "Esto ha puesto su integridad en serio riesgo, por lo que estamos luchando con él ante el Tribunal de Apelación", ha informado Kolesava Hudzilina.

Apoyo de las asociaciones de periodistas

De hecho, si esta segunda corte también aprueba la extradición —una audiencia se llevó a cabo el pasado martes, pero el tribunal tiene 30 días para decidir—, sólo quedaría un último paso antes de que la extradición se haga efectiva: la firma de la ministra de Justicia serbia, Maja Popović, quien debe autorizar en última instancia la medida según la legislación del país balcánico.

De ahí que el caso reactivara la campaña del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), a la que ahora se han sumado también los artistas. Entre ellos: la actriz francesa y presidenta de la Academia de Cine Europeo, Juliette Binoche; la premio Nobel bielorrusa Svetlana Alexievich, el director ruso Kirill Serebrennikov; y el director ucraniano Oleh Sentsov, antiguo preso político en Rusia. 

Sin embargo, el caso también vuelve a poner en el punto de mira a Serbia, candidato a entrar en la Unión Europea, por sus ambiguas relaciones con Bielorrusia y Rusia, de donde provienen muchos de los exiliados que actualmente viven en el país balcánico. 

Activo contra el régimen de Minsk

Según la versión de los activistas, Gnyot —que actualmente se encuentra en arresto domiciliario con una tobillera electrónica— se habría convertido en blanco de Lukashenko por su papel en las protestas en Bielorussia en 2020, cuando realizó una serie de vídeos con deportistas críticos con el Gobierno. Sin embargo, a diferencia de otros exiliados con mayores recursos, Gnyot no habría tenido acceso a una red de protección que le alertara de la posibilidad de que podía ser detenido en Serbia.

"Después de las protestas, Gnyot se exilió en Tailandia y allí vivió hasta que le ofrecieron un trabajo en Belgrado. Así fue como lo arrestaron", ha indicado la abogada Kolesava Hudzilina. "Desde entonces hemos intentado explicar a las autoridades serbias que corre peligro si lo extraditan y también hemos logrado que Interpol eliminara la 'red flag' de sus ficheros", ha precisado. 

En febrero de 2024, Interpol bloqueó temporalmente el acceso a los datos de Gnyot en su base de datos, a la espera de verificar que las fuerzas de seguridad bielorrusas cumplían la normativa de Interpol. Sin embargo, nada de eso sirvió para detener su caso judicial en Serbia, a pesar de que Bielorrusia sea el tercer país con más periodistas encarcelados en el mundo (28), según el último censo del CPJ de 2023.