Bloqueo político en Francia

La izquierda rechaza acudir a la nueva ronda de consultas de Macron tras la negativa a su candidato

El Nuevo Frente Popular prepara una jornada de movilizaciones para el 7 de septiembre ante el "golpe de fuerza" del presidente francés

El presidente francés, Emmanuel Macron, este martes en el Elíseo.

El presidente francés, Emmanuel Macron, este martes en el Elíseo. / THOMAS PADILLA / AP

Leticia Fuentes

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La pesadilla política para Francia empezó el pasado 9 de junio, tras el triunfo histórico de la extrema derecha en las elecciones europeas. El presidente Emmanuel Macron se vio obligado a adelantar las elecciones legislativas con el objetivo de aclarar la situación política y encontrar estabilidad. Lejos de eso, las elecciones legislativas trajeron más incertidumbre e inestabilidad al país. 

Sin mayorías claras en la Asamblea Nacional, el país iniciaba el camino hacia el bloqueo político a pocos días de los Juegos Olímpicos de París y con una preocupante situación económica. Macron se agarró al comodín de la "tregua olímpica" para ganar tiempo, pero tampoco funcionó. La burbuja olímpica estalló y la incertidumbre volvió a instalarse en los pasillos del Palacio del Elíseo. 

Ahora, después de varios días de consultas con los líderes parlamentarios, el presidente francés cierra la puerta a un posible gobierno con la izquierda y extiende, de nuevo, este martes la ronda de conversaciones. Una decisión que ha hecho explotar al Nuevo Frente Popular, esa unión de izquierdas creada para hacer barrera a la extrema derecha en las pasadas legislativas, y socialistas, insumisos y verdes se han negado a participar en estas nuevas conversaciones con Macron.

"No vamos a continuar con estas consultas falsas con un presidente que de todos modos no escucha... y está obsesionado con mantener el control. No está buscando una solución, está tratando de obstruirla", afirmó la líder de los ecologistas, Marine Tondelier.

El presidente francés, quien se ha ganado en las últimas semanas la etiqueta de incomprendido, justifica su rechazo a la izquierda asegurando que un gobierno formado por el Nuevo Frente Popular sería "inmediatamente censurado por el resto de partidos", y el objetivo es obtener "estabilidad institucional de Francia". Mientras el presidente rema en dirección a dicha estabilidad, parece que el país tiene otros planes y se instala, por momentos, en un bloqueo político difícil de resolver.

Sin mayorías claras y en un país sin tradición de coaliciones, y sin predisposición a romper con esa norma, muchos ven en un ejecutivo técnico la solución a este bloqueo. 

Coaliciones imposibles

Por la primera ronda de consultas pasó la unión de izquierdas y los aliados del presidente: Renaissance, Horizons y MoDem, quienes suman un total de 166 diputados. Los aliados macronistas no están ni siquiera cerca de la mayoría relativa, pero son de los pocos dispuestos a formar una coalición con otras agrupaciones como Liot, con 22 diputados. 

Sin embargo, una coalición de gobierno entre los cinco partidos tampoco permitiría alcanzar una mayoría en la Asamblea Nacional, por lo que el escenario actual obliga a una entente entre izquierdas y derechas, ya que una unión de centro-derecha tampoco parece estar cerca de suceder. "El Partido Socialista, los ecologistas y los comunistas no han propuesto en este momento formas de cooperar con otras fuerzas políticas. Ahora les toca a ellos hacerlo", afirma el Elíseo.

Hasta ahora, el principal escollo a superar era encontrar al candidato perfecto a primer ministro de Francia, pero a medida que pasan los días y la incertidumbre se enquista, el problema se convierte en algo más de fondo, y se centra cómo el presidente Macron está gestionando esta crisis política. 

Moción de censura y manifestaciones

La Francia Insumisa anunció en un comunicado que el partido presentará una moción de censura contra Macron: "Será presentada por los diputados insumisos en la Asamblea Nacional basándose en el artículo 68 de la Constitución", para oponerse, según dicen, a "un abuso de poder". 

Este artículo permite destituir al presidente por "incumplimiento de sus funciones manifiestamente incompatible con el ejercicio de su mandato". Algo que el presidente ya esperaba, y que lo toma más como una amenaza para el propio Nuevo Frente Popular que para él mismo. Esta decisión abriría una brecha entre las izquierdas. 

La paciencia se agota y la solución parece lejos de estar cerca. Macron ya ha agotado el comodín de disolver la Asamblea Nacional, y no puede volver a convocar elecciones legislativas hasta el próximo año. Con un gobierno en funciones y unos presupuestos urgentes bloqueados, el país se desespera, mientras la izquierda ya ha organizado su primera jornada de movilizaciones para el próximo 7 de septiembre contra "el golpe de fuerza" de Macron.