Crisis en el país sudamericano

Lula dice que "Venezuela vive un régimen muy desagradable"

"Es un gobierno con un sesgo autoritario, pero no es una dictadura", asegura el presidente brasileño

Nicolás Maduro y Lula da Silva, en mayo de 2023, durante un encuentro en Brasilia.

Nicolás Maduro y Lula da Silva, en mayo de 2023, durante un encuentro en Brasilia. / Europa Press / Contacto / Frederico Brasil

Abel Gilbert

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"Venezuela vive un régimen muy desagradable. Es un gobierno con un sesgo autoritario, pero no es una dictadura como la conocemos en muchos países del mundo". Luiz Inacio Lula da Silva subió este viernes la apuesta de sus diferencias con Nicolás Maduro después de que rechazara la sugerencia que el presidente de Brasil ha compartido con su colega colombiano, Gustavo Petro, de la convocatoria a nuevas elecciones en el país con fronteras comunes para resolver su aguda crisis interna.

Lula habló con Radio Gaúcha durante su visita a Rio Grande de Sur, el estado que fue azotado por las inundaciones, meses atrás, y esta vez utilizó palabras más duras para referirse al heredero de un aliado político como era Hugo Chávez. Los términos de su pronunciamiento apuntan a una misma dirección conocida: el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe dar a conocer las actas, mesa por mesa, para saber si la victoria de Maduro es legítima. "Necesitamos saber si son verdad los números. ¿Dónde están esas actas?". Mientras eso no suceda, la oposición liderada por María Corina Machado, seguirá reivindicando la victoria de Edmundo González Urrutia. "Solo puedo reconocer que el proceso fue democrático si presentan las pruebas".

Lula lamentó que ni al Palacio de Miraflores ni a Machado les "gustara" la idea propuesta el pasado jueves de organizar una nueva contienda. Y si bien reiteró el deseo de Brasil y Colombia de ayudar a resolver el conflicto, remarcó no obstante que la salida del laberinto "depende única y exclusivamente del comportamiento de los venezolanos". Además de sus gestiones y las de Petro, "creo que hay muchos países dispuestos a ayudar a que vivamos en paz en Sudamérica". Mencionó en ese sentido el papel que puede desempeñar su colega mexicano Andrés Manuel López Obrador, aunque este último se ha distanciado del eje Brasilia-Bogotá.

Más allá de los profundos desacuerdos entre las facciones venezolanas, Lula descarta un escenario violento. "No creo en una guerra civil en Venezuela. No creo en ella porque pienso que hay muchos países dispuestos a ayudar para que podamos vivir en paz. La guerra no conduce a nada. Solo lleva a la destrucción. La paz lleva al crecimiento económico y a la distribución de la riqueza. Eso es lo que espero para Venezuela".

Las posiciones asumidas por Lula públicamente y entre bambalinas, lo que incluye charlas con el mismo Maduro, le traen por estas horas más costos políticos que beneficios. De un lado, la oposición de derecha y ultraderecha le reclama una ruptura completa con el madurismo. Pero, a la vez, se le ha abierto un foco de malestar dentro del Partido de los Trabajadores (PT), que fundó hace cuatro décadas y saludó a Maduro apenas fue proclamado vencedor por el CNE. El mandatario reconoció al respecto que no está de acuerdo con la posición que ha fijado el PT. Los dos problemas convergen para el Gobierno porque en dos meses se celebrarán elecciones municipales y el oficialismo puede llegar a perder en algunas ciudades importantes.

Documento conjunto de EE.UU, la UE y otros países

Sobre la base de las conclusiones de los expertos de la ONU, Estados Unidos, la UE y otros países como Argentina y Chile, estos últimos ideológicamente equidistantes, también pidieron la "inmediata publicación" de las actas electorales "originales", un calificativo que no formaba hasta ahora parte de las tomas de posición de la comunidad internacional y que desliza la posibilidad de una anomalía nunca antes insinuada de esta manera. A la vez, el documento, al igual que lo habían hecho Brasil y Colombia, pide la "verificación imparcial e independiente de esos resultados" para "garantizar el respeto a la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas". Pero, también, en vísperas de nuevas movilizaciones opositoras y el conocimiento más detallado de un proyecto parlamentario contra las oenegés, llamaron a que "se respeten los principios democráticos, así como los derechos humanos y las libertades fundamentales" y, en particular "el derecho a manifestarse pacíficamente y a ejercer la libertad de expresión".

El rechazo de Maduro

El presidente se tomó casi todo el jueves para medir su respuesta a Lula y Petro. "Cada presidente sabe, cada Estado, cada país sabe qué debe hacer con sus asuntos internos", dijo y aludió a contactos bilaterales que no salen a la luz. "Nosotros en privado hablamos muchos temas siempre. Nos llamamos por teléfono y hablamos muchos temas también. Pero jamás con Colombia practicaría la diplomacia de micrófono. Nunca, no lo voy a hacer jamás. Venezuela es garante de la negociación de paz y jamás voy a dar opiniones sobre qué debe hacer Colombia para superar la guerra que está terrible, cada vez peor. No, yo nunca voy a decir: Colombia, su Gobierno debe hacer esto, esto, esto y sacar en mis redes sociales un consejo".

Sobre Brasil dijo que cuando Jair Bolsonaro intentó impugnar las elecciones que le dieron el triunfo a Lula, en octubre de 2022, a su Gobierno no se le habría ocurrido opinar al respecto. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) brasileño dirimió de inmediato la cuestión al ratificar la victoria del PT. En ese sentido, Maduro se preguntó cuál es la diferencia entre lo que sucedió en el vecino país y lo que ocurre en Venezuela, donde el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se apresta la semana entrante a dar la "última palabra" sobre la contienda del 28 de julio en virtud de un recurso presentado por el mismo presidente. Diversos analistas y opositores señalaron a propósito que la credibilidad interna e internacional del TSE y el TSJ no son las mismas. La principal instancia judicial venezolana siempre ha funcionado como un apéndice del Gobierno.

La propuesta de nuevas elecciones en Venezuela también tuvo su capítulo de comedia porque en principio Joe Biden pareció respaldarla y después la diplomacia corrigió esa postura. De todas maneras, Maduro consideró que Washington lleva adelante una política "intervencionista" en asuntos "que solo nos competen a los venezolanos. Entonces él da una opinión y a la media hora lo desmienten unos voceros del Departamento de Estado. ¿Quién lleva la política exterior de Estados Unidos? ¿Qué el presidente dice algo y después su propia Cancillería y la propia Casa Blanca lo desmienten?".

Sin salidas a la vista

El madurismo y la oposición vuelven este sábado a las calles para presentarse, cada uno por su lado, como los "verdaderos" ganadores de los comicios. Más allá de las manifestaciones, queda en el aire la pregunta sobre la eficacia de las gestiones de Brasil, Colombia y México para darle un cauce a la crisis. De acuerdo con el analista Luis Vicente León, se abren dos posibles alternativas, "una que intente reducir los costos de salida a Maduro y el sistema chavista para provocar el reconocimiento del triunfo opositor y permitir la transición" y otra que "intenta conseguir de Maduro las mejores condiciones para permitir que la oposición pueda seguir su lucha a futuro, cuando se asume que su permanencia en poder es el escenario más probable". En el primer caso, "la posibilidad de éxito solo sería posible si Maduro creyera que sus costos de permanencia son superiores a sus costos de salida". Esa probabilidad es "extremadamente baja". Respecto a la segunda hipótesis, "que plantea pedir a Maduro algunas concesiones, sabiendo que se queda", es, de acuerdo con León, "claramente inviable" porque no la aceptarían Machado ni Washington.

"Está claro que sin resultados verificables, nada de esto será suficiente para parar la lucha de la oposición, ni llevará al reconocimiento del Gobierno, pero podría generar nuevos espacios de negociación y evitar el colapso de las relaciones de Venezuela con Brasil, Colombia y México, abrir las puertas al fortalecimiento de la lucha democrática de la oposición a futuro, y la posibilidad de evitar que el país vaya a un escenario aún más difícil de aislamiento y profundización de sanciones".

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