Militarización alemana

Scholz tantea un liderazgo europeo en Defensa, sea como aliado de Harris o con Trump

El canceller Chancellor Olaf Scholz

El canceller Chancellor Olaf Scholz / Michael Kappeler

Gemma Casadevall

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Si algo ha descartado Olaf Scholz, el canciller de Alemania, es "hacer un Joe Biden". Es decir, hacerse a un lado para favorecer a un candidato con más opciones de vencer de cara a las elecciones generales previstas para el 28 de septiembre de 2025. "Me postularé como canciller y para seguir siéndolo", fue el mensaje lanzado por el líder alemán antes de emprender sus vacaciones. Esa fue su respuesta a la primera pregunta que le cayó en su extensa conferencia de prensa pre-vacacional, relativa a si pensaba seguir "el ejemplo" del presidente de Estados Unidos. En su caso, la pregunta no se podía relacionar con dudas acerca de sus capacidades, sino con la caída libre persistente de su Partido Socialdemócrata (SPD) en los sondeos. Tiene 66 años, llevará tres en el poder el próximo diciembre y no se le observa un deterioro físico. Pero las encuestas colocan desde hace meses a la socilademocrata en tercera posición, tras el bloque conservador de Friedrich Merz y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Esa fue la correlación de fuerzas confirmada en las urnas en los comicios europeos.

Insistentemente se baraja como posible relevo la figura de su ministro de Defensa, Boris Pistorius. Frente al poco nervio que se percibe en Scholz, su correligionario Pistorius es exponente de energía. Pistorius es una opción de "relevo virtual" y Defensa el puntal en el que parece creer Scholz para relanzarse. El canciller ve a Kamala Harris "muy capacitada" para ganar los comicios estadounidenses en noviembre. Pero si Donald Trump consigue regresar a la Casa Blanca ello no va a afectar las relaciones con Washington, asegura, dada la importancia que Alemania da al eje transatlántico, uno de los puntales de su política exterior.

Militarización de Alemania

"Alemania lidera en Europa en cuanto a seguridad y defensa. Destinaremos de forma continuada y duradera un 2% de nuestro PIB a Defensa de acuerdo a los criterios de la OTAN. Hemos aumentado el gasto en las fuerzas armadas de los 37.000 millones que se les destinaba del presupuesto nacional antes de mi llegada al ministerio de Finanzas, en 2017, a los 76.000 millones de euros actuales. Y para 2028 planificamos destinar 80.000 millones", ha asegurado Scholz. Se refiere con ellos a los cambios operados desde su gestión en Finanzas, entonces como ministro y vicecanciller de la última gran coalición de Angela Merkel, y acrecentados a raíz de la invasión de Ucrania. Es decir, del "cambio de era" (Zeitwende en alemán) que anunció al iniciarse la agresión a gran escala de Rusia.

Las inversiones en el Ejército se han convertido en el mantra de Scholz desde febrero de 2022. Décadas de recortes dejaron un ejército maltrecho. La austeridad de la era Merkel hicieron estragos no solo en unas infraestructuras impropias de la potencia económica que es, sino también en la seguridad nacional. La Zeitwende venía acompañada del anuncio de un paquete inversor de 100.000 millones. El objetivo queda aún a años vista, pero en la última cumbre de la OTAN se anunció el estacionamiento de misiles de largo alcance de EEUU en territorio alemán. A este propósito siguieron las acostumbradas amenazas de Vladímir Putin, que alertó de la "respuesta" que ello derivaría por parte de Rusia. Pero también las críticas desde la socialdemocracia alemana, Estacionar misiles en Alemania conlleva un "peligro de escalada" con Moscú, ha advertido Rolf Mützenich, jefe de su grupo parlamentario en el Bundestag.

Más directo aún ha sido el representante del sector izquierdista de la socialdemocracia alemana, Ralf Stegner, quien en recientes declaraciones a la televisión pública ARD advirtió de que una decisión de estas características no concernía únicamente a Scholz. Recordó que a un canciller no se le puede atribuir una "infalibilidad papal". La co-presidenta del partido, Saskia Esken, por su parte, aseguró que habrá el debido debate interno y en el Bundestag antes de aprobar ese despliegue.

Scholz da por hecho que el estacionamiento de los misiles se producirá en 2026. Y es un hecho que Alemania está invirtiendo fuertemente en Defensa, ha lanzado a sus socios europeos la iniciativa de escudo aéreo Sky Shield y se está equipando "masivamente", en palabras del canciller, con sistemas Arrow-3, Patriot, IRIS-T y Skyranger. "Pero necesitamos más sistemas disuasorios, además de los misiles que ya tenemos", considera Scholz.

El estacionamiento de misiles de largo alcance levanta ampollas en el SPD y contraviene los principios del pacifismo alemán que Scholz aseguraba compartir cuando llegó al puesto. Curiosamente, tiene de su lado el parecer de su socio, los Verdes, formación de raíces ecopacifistas. Tanto la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, como su colega de Economía y previsiblemente candidado verde a la Cancillería en 2025, Robert Habeck, lo defienden como necesario. El tercer socio, el Partido Liberal (FDP), apoya toda medida que revierta en favor de la industria, en este caso la armamentística. Al menos ahí, no hay disensos entre los socios de la llamada coalición semáforo.