Gobierno de ultraderecha

Siete de cada 10 niños argentinos son pobres y crece la indigencia infantil

La pobreza en general llegó al 54,9% durante el primer trimestre, cuando comenzó a sentirse el impacto del programa de ajuste y la devaluación del 118% de la moneda nacional dispuesta por el Gobierno de ultraderecha.

Archivo - El presidente de Argentina, Javier Milei

Archivo - El presidente de Argentina, Javier Milei / Europa Press/Contacto/Daniel Bustos - Archivo

Abel Gilbert

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"A esta hora exactamente/ Hay un niño en la calle". La canción de Armando Tejada Gómez llegó en 1967 a los argentinos a través de la voz de Mercedes Sosa. Corría 1967 y los oyentes eran señalados en la letra como portadores de una obligación moral. No podía haber ni "uno" de los chicos a la intemperie urbana.

"Es honra de los hombres proteger lo que crece/ Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles". 57 años más tarde, no solo esa escena singular se ha multiplicado exponencialmente en este país. El abandono es una de las manifestaciones de un problema mayor. El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) acaba de revelar que siete de cada 10 niños viven en hogares pobres, y tres de cada 10 en un entorno familiar de indigencia porque no se alcanza a cubrir la Cesta básica de la compra.

La pobreza en general llegó al 54,9% durante el primer trimestre, cuando comenzó a sentirse el impacto del programa de ajuste y la devaluación del 118% de la moneda nacional dispuesta por el Gobierno de ultraderecha. Hay regiones del norte argentino, como la periferia de Resistencia, capital de la provincia del Chaco, a 935 kilómetros de la capital, donde el índice de pobreza es casi del 80%. Un año atrás, este flagelo afectaba al 40,1% de la población y la indigencia al 14,6%.

El deterioro de las condiciones de vida de los argentinos ha sido gradual, pero sostenido desde 1975, un año antes del golpe militar que se toma como punto de corte en la historia de este país. Cuando, en 2012, Mercedes Sosa volvió a grabar "Un niño en la calle", acompañado por Residente, el portorriqueño incorporó en el texto la nueva pintura social del paso de los años, hablando como si fuera él mismo un niño: "Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz… Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra… Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino". Esa descripción ya forma parte de una geografía social que no se ajusta a la realidad, según los propios informes de la UCA que no distan demasiado de los que Unicef reveló meses atrás.

Los padres de esos niños son los que enfrentan circunstancias que se aproximan a la gran crisis de 2002 o los niveles de pauperización derivados de la pandemia. El PIB caerá este año 3,5%, según el Fondo Monetario Internacional. Los niveles de actividad se aproximan a los de 14 años atrás. La inflación del primer semestre orilla el 80%. En julio, las ventas de las pequeñas y medianas empresas cayeron 15,7 puntos. El poder de compra de la ciudadanía se redujo un tercio. La crisis laboral también guarda parentescos con la de 22 años atrás, cuando el derrumbe entre la paridad entre el peso y el dólar arrastró al mundo del trabajo. Entre noviembre de 2023, cuando Javier Milei ganó las elecciones en el segundo turno, y abril de 2024, momento en que el rigor del ajuste empezaba a mostrar sus efectos, se perdieron 110.000 puestos de trabajo en el sector privado. La "motosierra" con la que el mandatario ha podado el empleo público así como los despidos en las fábricas y comercios a partir de mayor llevan la destrucción de los puestos de trabajo cerca de 200.000.

Miedo al presente

Un reciente estudio revela que nueve de cada 10 personas tiene miedo por el presente y el futuro económico. Desde que asumió la presidencia, el pasado 10 de diciembre, Milei presagió meses de extrema dureza, pero dijo "ver" una luz al final del túnel. El presidente que llama a sus cinco perros "hijos", no deja de repetir que la justicia social es una "aberración" y que la solución a las lacerantes situaciones que enfrentan las familias argentinas, y en particular los niños, provendrán exclusivamente del mercado. La otra variante es punitiva. Los niños de la calle deben ser alcanzados por el brazo de la ley. El Gobierno promueve un nuevo Régimen Penal Juvenil que permita bajar de 16 a 13 años la edad de imputabilidad. Otros sectores de la ultraderecha quieren que una reducción más drástica. "La edad de 16 genera un tratamiento inadecuado de delitos graves cometidos por menores que la mayoría de la sociedad y el derecho comparado consideran que deberían ser imputables", explicó Alberto Nanzer, subsecretario de Política Criminal. El niño resentido, la novela publicada a fines de 2023 en la que César González cuenta su historia de infancia paupérrima, con una madre adicta, un padre borracho y él lanzado al mundo de la precoz criminalidad y odio no parece estar en las bibliotecas de los funcionarios. González fue a la cárcel antes de convertirse en adolescente. En prisión encontró a la literatura y el arte como un modo de superar su marca de origen. El libro ha producido un fuerte impacto por dar cuenta de esa Argentina lacerada.

La paciencia con Milei

Los niveles de aceptación de la figura del anarco capitalista se mantuvieron estables, incluso entre los sectores sociales menos favorecidos. Una reciente encuesta de la consultora Circuitos consigna, sin embargo, que ha caído un 7,9%. La imagen positiva del presidente es del 41,4%. Lo notable del sondeo de Circuito tiene que ver con los jóvenes. Un 80% de los entrevistados califica de "malo" o "regular" el presente. No obstante, un 65,5% de ellos volvería a votar al extertuliano televisivo cuya infancia estuvo marcada por privaciones, aunque no del tipo económico. Milei. Historia del presente, el libro del periodista Ernesto Tenembaum, de reciente aparición, reconstruye los años de inenarrable maltrato físico y psicológico paterno que padeció el hombre que gobierna Argentina.

El miedo a caer en la pobreza atraviesa a muchas familias. De acuerdo con una encuesta de la consultora Trendsity, seis de cada 10 argentinos recurre a sus ahorros en dólares para afrontar los gastos mensuales. Se cumple al respecto la predicción del ministro de Economía, Luis Caputo, formulada semanas atrás: "el objetivo siempre fue secar la plaza de pesos (la moneda local). Lo digo desde la primera entrevista, pero bueno, todavía algunos no se convencen. ¡La realidad probará que en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos y el peso va a ser la moneda fuerte!".

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