Espionaje

Berlín acusa a China de ciberataque en un organismo esencial para infraestructuras críticas

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Gemma Casadevall

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Las sospechas alemanas sobre acciones del espionaje chino contra sus infraestructuras críticas se plasmaron el miércoles en un comunicado del ministerio del Interior relativo a un ciberataque contra la Agencia Federal de Cartografía (BKG). Le siguió la convocatoria del embajador chino ante el departamento de Exteriores para transmitirle la protesta formal del Gobierno de Olaf Scholz. Es una dinámica inédita entre China y Alemania, que hasta ahora consideró a Moscú como el principal "emisor" de hackeos contra sus intereses.

El caso se remite a 2021 y procede de "actores estatales" chinos, según un portavoz de Exteriores. El departamento de Protección de la Constitución, o servicio de espionaje de Interior, tiene ahora la certeza de que se produjo un ataque contra la BKG, agencia encargada de recabar datos cartográficos, topográficos, geológicos y estadísticos.

Sus tareas son esenciales para la protección de infraestructuras básicas o críticas, incluido el seguimiento de los efectos de la crisis climática. Su ámbito de actuación afecta tanto instalaciones públicas como privadas y los datos presuntamente recabados con el ataque "comprometen" también, según Exteriores, a empresas y ciudadanos.

Complejidad tecnológica

A diferencia de lo que ocurre entre Berlín y Moscú, cuyas tensiones bilaterales han derivado frecuentemente en rifirrafes diplomáticos, es la primera vez que se recurre a esa medida con Pekín desde la represión de las protestas de 1989 en la plaza de Tiananmén.

"Es un grave ataque que evidencia el peligro de los ciberataques procedentes del espionaje chino", afirmó la titular del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser. Existe la "certeza“ de que el ataque es responsabilidad de actores estatales, dada la complejidad tecnológica y forma como se llevó a cabo, según la ministra.

La intervención de ambos ministerios, de Interior y de Exteriores, supone un salto cualitativo en medio de las crecientes tensiones con Pekín por casos de espionaje. En los últimos meses, la justicia alemana ha dictado órdenes de detención contra varios espías presuntamente al servicio de China.

El caso más destacado fue el de un empleado del eurodiputado de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Maximilian Krah. La detención y registros de sus oficinas provocaron un gran revuelo en la campaña para las europeas, ya que Krah era el cabeza de lista de la AfD. A las sospechas de espionaje se sumaron las de su presunta implicación en campañas de desinformación orquestadas desde Moscú.

La propia cúpula de la AfD optó por apartar de la campaña a su candidato, que además había blanqueado a las SS hitlerianas en declaraciones a un medio italiano. Pese a esos escándalos, la AfD se alzó con la segunda posición en las europeas, solo superada por el bloque conservador y por delante de los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz.