Francia inaugura los Juegos Olímpicos con una ceremonia pasada por agua

“Nos esperábamos más ambiente, pero aún es pronto”, afirman Sebastián, Luís y Marcos, tres jóvenes españoles que hacen parada en París para ver los Juegos Olímpicos, pero que continuarán su viaje por toda Europa. 

A primera hora de la mañana, el “atentado masivo” contra varias líneas de trenes de alta velocidad en el norte y este del país, y la amenaza de lluvia parecía que iban a empañar uno de los días más importantes para Francia, y que podría sentar precedente para el resto de Juegos Olímpicos. Es la primera vez que se lleva a cabo una ceremonia inaugural fuera de un estadio, al aire libre, y los retos son igual de grandes que las expectativas. Nadie quiere perderse esta ceremonia, a pesar de los contratiempos y la tensión por la amenaza terrorista, aunque hasta bien entrada la tarde, la ciudad no ha conseguido.

"Desde California"

“Venimos desde California. No queremos perdernos el oro de Sha'Carri Richardson”, afirma una familia estadounidense mientras pasean por los Campos Elíseos, e insisten para EL PERIODICO: “Jamás he visto tanta policía en una ciudad. Algunos agentes imponen bastante”.

Ya entrada la tarde, miles de personas caminaban por los Campos Elíseos con banderas, gorras y todo tipo de “gadgets” patrióticos. Algunos con la suerte de acudir a una ceremonia memorable, en la que actúan estrellas internacionales, como Lady Gaga junto a los bailarines del Moulin Rouge, o Aya Nakamura. Otros con menos suerte se conformaban con pasear por el centro de la capital y acudir a alguna de las 25  ‘fan zone’ habilitadas para turistas y ciudadanos. Parecía que el ambiente olímpica iba calentando motores.

Pasado y multiculturalidad

“Venimos de Colombia. Son nuestros primeros Juegos Olímpicos pero también nuestra primera vez en Europa. Veremos algunas pruebas y luego nos iremos a viajar por otros países”, afirma Armando, que ha venido con su mujer y su hija para apoyar a su país. Minutos después, empezaba el diluvio en la capital francesa que obligaba a despejar las principales avenidas y refugiarse en portales, restaurantes o tiendas. En ese momento, aumentaba la preocupación: la ceremonia no estaba pensada para la lluvia. Ni los espectadores, ni los artistas están bajo un techo que les refugie del chaparrón. Además, según los expertos, las fuertes lluvias podían provocar un aumento del caudal del río e impedir que los barcos pudieran desfilar por el río Sena con las 205 delegaciones. 

A pesar de la lluvia, que no ha sido poca, durante cuatro horas de ceremonia, Francia ha intentado demostrar su potencial organizando ceremonias, uniendo su pasado histórico con la multiculturalidad, la diversidad y la moda parisina, pero sin generar demasiado entusiamo entre los suyos, y menos entre los de fuera, quienes habían puesto las expectativas aun más altas en este espectáculo. Los Juegos Olímpicos de París parece que, por el momento, no han conseguido despertar ese espiritu olímpico tan ansiado, en una Francia sumida desde hace meses en una apatia colectiva.