Perímetro comprometido

El dispositivo de seguridad de los Juegos Olímpicos de París ahoga a sus comerciantes y restauradores

Seguridad, bloqueo político, sostenibilidad...: los retos que enfrenta París a 5 días del arranque de los JJOO

Una gendarme revista los códigos QR de turistas en la entrada de la zona gris frente al Museo del Louvre de París, este lunes.

Una gendarme revista los códigos QR de turistas en la entrada de la zona gris frente al Museo del Louvre de París, este lunes. / EMMANUEL DUNAND / AFP

Leticia Fuentes

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Al intentar pasar el primer control de seguridad para acceder al centro de París, zona restringida durante los Juegos Olímpicos, una cola de turistas se agolpa frente al cordón policial preguntando por dónde pueden acceder al Museo del Louvre. El agente no consigue darles una solución: "Por aquí no. Esta entrada es solo para trabajadores del museo. Inténtelo más adelante por la otra entrada". 

Prácticamente, todo el centro de París que rodea los bordes del río Sena forma parte del perímetro de seguridad de los JJOO dividido en dos zonas: la zona roja, donde solo los ciudadanos pueden pasear a pie, y la zona gris, a la que solo pueden acceder aquellos que tienen una acreditación QR extendida por la prefectura de París. Una situación que ha puesto entre las cuerdas a vecinos, comerciantes y restauradores, especialmente, a los que se encuentran en la isla Saint Louis, situada en medio del Sena a unos pasos de la catedral de Notre Dame.

"Una persona del distrito 17 no puede venir a nuestro restaurante. Necesita el pase QR (...). Ya lo ves, todo vacío. Ahora nos queda esperar a que lleguen los turistas de los Juegos Olímpicos", afirma uno de los trabajadores del restaurante Les Deux Palais para EL PERIODICO, mientras limpia vasos con un restaurante que, en estas fechas, si no fuera por el acontecimiento deportivo , estaría completo. 

No es el único, el gerente del restaurante 6 New York, situado en el Puente del Alma, empieza a sufrir los efectos de estas medidas de seguridad que ha confinado a todo el centro de París: "Esta noche tenía 56 cubiertos, y en el primer día de este perímetro, ya cuento con 32 anulaciones. (...) Se suponía que los juegos eran una fiesta, y para nada. Son una pesadilla". Su crítica en forma de vídeo, publicado el pasado viernes en la red social X, ya acumula más de 3,1 millones de visualizaciones. 

En algunas zonas de la capital, se pueden ver terrazas y restaurantes encajados entre vallas resistiendo con la esperanza de que esta semana empiecen a llegar los 15 millones de turistas olímpicos que se las autoridades han prometido. Sin embargo, los comercios han preferido cerrar. No hay ninguno abierto, y menos cerca de la Torre Eiffel, centro de la celebración de los Juegos Olímpicos. 

No solo los empresarios, también los vecinos se quejan de no haber recibido apenas información y de vivir un 'deja vu': "Pensé que no volvería a vivir un confinamiento. Puedo salir y entrar con el código QR, pero todos los comercios de mi zona están cerrados. No tiene sentido", cuenta Anne, una vecina de Île Saint-Louis e insiste: "Hay vecinos que no les ha llegado el código QR hasta hoy lunes". 

Unos metros más adelante, un grupo de jóvenes españoles que hacen parada en París en su viaje con interraíl han conseguido ver el lado positivo de la situación, y cuentan para EL PERIODICO: "En nuestro caso, que contamos con el código QR, es un privilegio poder ver el centro de París vacío. Aunque, en nuestro hotel nos han dicho que han tenido muchas cancelaciones por este tema, y se nota. No hay nadie en los restaurantes". 

Según afirma el presidente del sindicato de hostelería de París, Frank Delvau: “Las tasas de ocupación son muy bajas en el caso de los hoteles, 15 puntos por debajo respecto al año anterior (...). En el caso de la restauración, roza los 20 puntos”. 

Este lunes, la ministra de deportes, Amélie Oudéa-Castéra, prometió “el fin de las restricciones al tráfico” el día después de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. "A partir del sábado por la tarde no habrá más restricciones para peatones y ciclistas", declaró.

Los ciudadanos vulnerables, los más afectados

"Algunos vecinos mayores, ni siquiera sabían de la existencia de este código QR", afirma Laurence, una vecina del barrio quien lleva días denunciando a través de su cuenta de TikTok las dificultades que enfrentan los parisinos afectados por las restricciones de seguridad de los Juegos.

Para ayudar a las personas más vulnerables, la start up Solinum ha creado una línea directa a través de Whatsapp (07 57 91 67 11), donde los ciudadanos pueden escribir en cualquier idioma para consultar todo tipo de información y ser orientados mediante "un diagnóstico presocial para identificar sus necesidades".

Se calcula que cerca del 14% de las entidades solidarias de la región de París se verán afectadas por las medidas de seguridad, como es el caso del centro Amarres, situado en el Quai d’Austerlitz, que ha tenido que cerrar sus puertas. 

Dispositivo policial inédito

"Sabemos que hay riesgo de atentado y de ciberataques, pero en todo caso está todo listo para que todo esté bajo la máxima seguridad posible", afirmó este lunes el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en una entrevista para France 2, aunque el presidente Emmanuel Macron dejó claro hace unas semanas de que "el riesgo cero no existe".

Para estos Juegos Olímpicos, que buscan ser los más ecológicos hasta el momento y en los que se utilizará la propia ciudad para las competiciones, como nado y triatlón en el mismo río Sena, el dispositivo de seguridad también es inédito. Más de 45.000 policías y gendarmes, y 5.000 militares están movilizados por toda la capital para proteger una de las competiciones deportivas más seguidas del mundo. Además, Francia cuenta desde hace días con el apoyo de las fuerzas del orden extranjeras de países como Chile, Eslovaquia, Corea del Sur, Qatar o España, que ha enviado 228 policías nacionales y 140 guardias civiles.