Acontecimiento deportivo

Seguridad, bloqueo político, sostenibilidad...: Los retos que enfrenta París a 5 días del arranque de los JJOO

La alcaldesa de París cumple su promesa y se baña en el río Sena para demostrar que está listo para los JJOO

La Torre Eiffel de París decorada con los aros olímpicos.

La Torre Eiffel de París decorada con los aros olímpicos. / CHRISTOPHE PETIT TESSON / EFE

Leticia Fuentes

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A tan solo cinco días de que arranquen oficialmente los Juegos Olímpicos de París, la capital francesa ya ha empezado a experimentar sus primeros cambios y restricciones. Desde el pasado jueves hasta el 27 de julio, día después de la ceremonia de inauguración, no será posible acceder libremente al corazón de la capital. 

Para Francia, que se encuentra en alerta máxima antiterrorista, la seguridad de este acontecimiento deportivo es uno de sus mayores retos, pero no el único. En el país de la revolución, las huelgas, la crisis política o los problemas sociales mantienen en vilo a las autoridades. Desafíos que, hasta el último día, el Gobierno buscará mantener a raya para que estos Juegos Olímpicos sean históricos. 

Seguridad 'online' y 'offline'

Seguridad 'online' y 'offline'

Desde hace unas semanas, las calles de la capital francesa se han llenado de vallas, policías y militares. El objetivo: blindar París y proteger a los más de 15 millones de visitantes que llegarán a la ciudad para la competición deportiva más seguida. Un protocolo de seguridad inédito con más de 15.000 soldados repartidos por todo el territorio, 5.000 de ellos solo en París, y cerca de 20.000 agentes de seguridad. Además, Francia cuenta con la colaboración de las fuerzas del orden de otros países, como España, Chile, Eslovaquia o Qatar.

Ese es el protocolo visible, pero hay otro que preocupa mucho más a las autoridades y que pasa desapercibido para los ciudadanos: la ciberseguridad. Un ciberataque durante los Juegos Olímpicos podría suponer su colapso, puesto que gran parte del evento funciona mediante tecnología, desde el acceso a los estadios, la compra de tickets hasta el recuento de resultados deportivos. 

El Gobierno francés es consciente de los peligros de la cibercriminalidad y por eso a finales de 2023 el entonces ministro de Transición Digital, Jean-Noël Barrot, presentó el plan CYBER PME, por el que se destinarían 1.000 millones de euros y se doblarían de 37.000 a 75.000 los profesionales en ciberseguridad para proteger los JJOO. 

"El mayor riesgo y el que tendría mayores consecuencias es la emisión de entradas falsas en cantidades importantes. Las consecuencias serían una pérdida de ingresos para los organizadores, demasiada gente en los estadios con problemas de aglomeraciones y un duro golpe para la imagen de la organización de los Juegos Olímpicos y de la industria europea de 'software' seguro", afirma la experta en ciberseguridad, Corinne Henin, a EL PERIODICO.

En el último año, este tipo de ataques han crecido un 30% en Francia, especialmente el 'phishing' o suplantación de identidad, que se extiende y que no solo afecta a los ciudadanos, sino también a pequeñas y grandes empresas. 

"El 'phishing' podría tener más éxito durante los Juegos Olímpicos porque se dirigirá en especial a las personas que caerán en estas estafas y que correrán el riesgo de ser engañadas. Las técnicas utilizadas seguirán siendo las mismas de siempre (hacerte creer en algo demasiado bonito o asustarte)", afirma Henin. 

Con el aumento del presupuesto y una estrategia basada en "cero incidentes", el Ministerio del Interior quiere hacer de París una capital segura 'online' y 'offline'.

Bloqueo político y tensión social

Bloqueo político y tensión social

Tras el adelanto de las elecciones legislativas, el bloqueo político preocupa a los organizadores y visitantes de los Juegos Olímpicos. Con un país sumido en la inestabilidad institucional, algunos dudaron de la celebración de estos Juegos. Incluso los servicios de inteligencia, junto con el Ministerio del Interior, mostraron días antes de las elecciones su intranquilidad por la posible victoria de la extrema derecha y la llegada de su candidato, Jordan Bardella, al Palacio de Matignon, la sede del Ejecutivo francés. Su falta de experiencia, su desconocimiento sobre el plan de seguridad de los Juegos y, por supuesto, su ideología, preocupaba en las altas esferas del Gobierno. 

El Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen finalmente no ganó las elecciones, pero persiste una preocupación: algunos temen que ante la falta de mayorías claras en la Asamblea Nacional y un Gobierno en funciones la clase política utilice el foco de los Juegos Olímpicos para "promover sus agendas".

A esta inestabilidad se une la tensión en la calle y el anuncio de una posible huelga de la CGT-Spectacle, que representa a los bailarines y artistas que participan en la ceremonia de inauguración. "Lamentamos anunciar un preaviso de huelga para el espectáculo del 26 de julio", anunció este viernes el sindicato. "Confiamos en que la organización de París 2024 lo solucione cuanto antes y no afecte a la ceremonia, en la que llevamos años trabajando", afirmó Maud Le Pladec, directora y coreógrafa de la ceremonia inaugural de los Juegos. 

Una huelga que podría causar un efecto llamada en otros sectores, como el de los transportes, en el que desde hace meses han realizado paros puntuales para pedir mejoras laborales

¿Juegos ecorresponsables?

¿Juegos ecorresponsables?

Carriles bici, comidas vegetarianas, hacer del Sena un río apto para el baño, limitar al máximo las emisiones de CO2… Estos Juegos Olímpicos tienen un reto añadido centrado en "tener un impacto ambiental positivo". Los organizadores se han puesto como meta no superar el umbral de 1,5 millones de toneladas de CO2, es decir, la mitad que en Tokio 2021. 

Además, el 95% de las infraestructuras que se utilizarán en la competición ya existen o serán reutilizables, tan solo un 5% de las construcciones son nuevas, incluida la Villa Olímpica, que en este caso es ecorresponsable gracias al uso de la madera. Además, según la ley antirresiduos para la economía circular (AGEC), que entró en vigor en enero de 2023, durante los Juegos no estará permitida la distribución gratuita de botellas de plástico de un solo uso en espacios y eventos públicos, a excepción de las zonas de competición, donde sí se repartirán para evitar intoxicaciones.  

A pesar de todas estas mejoras, según la oenegé Carbon Market Watch, "siguen siendo insuficientes", puesto que uno de los motivos por los que estos Juegos Olímpicos no serán ecorresponsables es el desplazamiento de 15 millones de visitantes.

Alerta ante un posible aumento de la prostitución infantil

Alerta ante un posible aumento de la prostitución infantil

Ante la llegada de millones de turistas para la competición, las autoridades temen una explosión de la prostitución en la capital. Existen antecedentes de otros eventos deportivos, como el Mundial de 2006 en Alemania o en el Mundial de Brasil de 2014, que experimentaron un aumento de la prostitución del 30%. 

A pesar de la presión policial que existe en estos momentos en las zonas donde hay más comercio sexual, y aunque la prostitución en Francia es completamente ilegal, las oenegés ya han levantado la mano y han señalado una preocupación en concreto: el aumento de la prostitución infantil durante los Juegos en las zonas más desfavorecidas de la región parisina. 

Según la asociación Amicale du Nid, el número de trabajadoras sexuales menores de edad se ha duplicado en los últimos años, y actualmente se calcula que en Francia hay entre 7.000 y 10.000 niñas de entre 13 y 16 años explotadas. Este aumento afecta especialmente a la zona de Seine-Saint-Denis, la más pobre de la región de Ile-de-France. "Este aumento afecta principalmente a Saint-Denis y, en particular, a las ciudades que acogen sedes olímpicas", explica Hanitra Andriamandroso, trabajadora en Amicale du Nid, desde donde ya han empezado a notar un aumento de anuncios publicitarios y movimientos relacionados con la prostitución infantil. 

París cuenta con precedentes en este tema. En 2020, las autoridades desmantelaron una red de prostitución infantil en la capital, en la que los proxenetas captaban a las menores a través de redes sociales para posteriormente gestionar el negocio mediante anuncios colocados en Airbnb o en portales de reserva de hoteles. En Francia, mantener relaciones sexuales con menores de 18 años supone una pena de siete años de prisión y una multa de 100.000 euros.

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