Elecciones EEUU 2024

El posible regreso de Trump a la Casa Blanca acentúa la polarización de América Latina

El atentado contra Trump frente a los espejos de lo sucedido con Bolsonaro y Cristina Kirchner

El fallido atentado catapulta las aspiraciones de Trump y sume a Estados Unidos en un escenario de confrontación absoluta

Javier Milei y Jair Bolsonaro, el pasado 7 de julio durante la Conferencia de Acción Política Conservadora en Camboriu, Brasil.

Javier Milei y Jair Bolsonaro, el pasado 7 de julio durante la Conferencia de Acción Política Conservadora en Camboriu, Brasil. / EVARISTO SA / AFP

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si el debate entre Joe Biden y Donald Trump fue percibido en América Latina como un sonoro traspié del demócrata en su intento de mantenerse en la Casa Blanca, el impacto político y simbólico del reciente atentado contra el magnate, el pasado sábado, ha terminado por despejar otras incógnitas: su victoria parece en estos momentos asegurada. Noviembre todavía queda lejos en el calendario. Sin embargo, en distintos países de la región comienzan a imaginarse un 2025 con el candidato republicano otra vez al frente de Estados Unidos. Ese horizonte genera aprensiones y también un entusiasmo que el domingo 14 de julio se hizo escuchar en la avenida Paulista. "Trump vive", gritaron los seguidores más radicales del expresidente Jair Bolsonaro. Como era de esperar, también lanzaron invectivas contra Luiz Inácio Lula da Silva y el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, quien encabeza algunas de las investigaciones que cercan al capitán retirado del Ejército.

Bolsonaro fue más entusiasta. Llamó a Trump "el mayor líder del mundo" y escribió en X: "Nos vemos en la toma de posesión". El bolsonarismo no se demoró en establecer una analogía entre el balazo que rozó la oreja de Trump cuando participaba de un mitin en Butler, en el estado de Pensilvania, y las escenas del 6 de septiembre de 2018 en el estado de Minas. Allí, un hombre con problemas de salud mental perforó el abdomen del entonces aspirante a la presidencia con un cuchillo. Bolsonaro ganó la contienda de baja médica y sin participar de los debates que no le favorecían. Las fuertes críticas que recibía se atenuaron y favorecieron su triunfo.

Para la ultraderecha brasileña, un eventual retorno de Trump al poder tiene la fuerza de una bendición política. Quiso festejar esa oportunidad cada vez más fuerte como mejor sabe hacerlo: con una fake news. Publicó un vídeo falso en el cual el multimillonario envía un mensaje a Bolsonaro señalando que el ataque del cual había sido objeto fue similar al que tuvo lugar cinco años atrás en Minas. "Bolsonaro, amigo mío. Intentaron cocinarme igual que a ti. Están en todas partes, pero no va a seguir siendo así". El vídeo es real, pero el doblaje es una mentira tan grande como el territorio brasileño. El diario 'Folha' encontró el vídeo original, grabado por Trump y publicado por Bolsonaro en vísperas de la primera vuelta de las elecciones brasileñas de 2022. En él, el estadounidense declaraba su apoyo a la reelección del capitán retirado. El video fake fue compartido en TikTok y tuvo 286.000 vistas, hasta que quedó en evidencia que se había tratado de un fraude.

Preocupación en Lula

Lula no se demoró en condenar el intento de asesinato de Trump. "En lugar de que nos pongamos a analizar si alguien gana o pierde con esto, lo que tenemos que tener claro es que la democracia pierde." Lula fue objeto de un atentado en abril de 2018, cuando todavía no había sido arrestado y recorría el país como candidato del Partido de los Trabajadores. Por eso su repudio de lo ocurrido en Estados Unidos fue inmediato: "Si todo se resuelve a base de golpes, violencia, puñetazos, peleas, disparos, cuchillos, ¿hacia dónde va la democracia?".

En octubre se celebran en Brasil los comicios municipales. El Gobierno tiene en esa cita una prueba de fuego. El bolsonarismo siente que un nuevo horizonte de perspectivas se abrirá a medida que se acerque la anhelada llegada de Trump al Despacho Oval. Cerca de Lula temen que lo sucedido días atrás durante un mitin en Butler refuerce internamente el discurso de que la derecha y sus expresiones más ultra son objeto de persecución. Esa narrativa podría fortalecer los reclamos en favor de que se levante la suspensión que pesa sobre Bolsonaro para aspirar a cargos electivos hasta 2030 por haber puesto en duda la transparencia del sistema electoral en los comicios de 2022.

El factor Milei

Lula se ha mostrado abiertamente a favor de la reelección de Joe Biden. En septiembre pasado lanzaron juntos la Coalición Global para el Trabajo en defensa de los derechos laborales. Siempre con un ojo puesto en los grandes temas internacionales, Lula y sus más estrechos colaboradores empezaron semanas atrás a analizar cómo sería un mundo y América Latina en particular con Trump otra vez presidente. El pasado lunes llamó a consultas al embajador de Brasil en Buenos Aires, Julio Bitelli. El presidente debió tener interés especial en conocer de primera mano de qué manera la ultraderecha argentina palpita los acontecimientos en Estados Unidos. El presidente Javier Milei ya hizo público su primer acto desafiante cuando días atrás realizó un viaje relámpago al estado de Santa Catarina, en el sur brasileño, para participar de una cumbre de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Allí aseguró que Bolsonaro es un "perseguido judicial", para embeleso de una audiencia que tiene a Trump como uno de sus estandartes.

Milei no se demoró en atribuir el atentado contra Trump a una izquierda imaginaria. De acuerdo con Iván Schargrodsky, director del portal 'Cenital', el anarcocapitalista se maneja "con la hipótesis de que el republicano es el virtual ganador". La diatriba contra la izquierda global, así como "las dudas sugeridas respecto del carácter democrático de la próxima elección estadounidense reafirman un alineamiento político absoluto, que podría dejar al presidente muy mal parado si el Partido Demócrata fuera a imponerse en noviembre". Si Trump ganara, y con Lula todavía en el poder, Argentina podría ser su aliada más cercana y fiel en la región. Los libertarios confían en que, de confirmarse en las urnas el deseo proclamado a cuatro vientos, Trump volverá a ser un gestor personal de préstamos para Buenos Aires, como lo hizo en 2018 cuando logró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) girase 45.000 millones de dólares para salvar a su amigo y presidente Mauricio Macri de la bancarrota financiera. El FMI, por el momento, no se inclina a complacer los anhelos de Milei más allá de saludar una bajada de la inflación. De nuevo dinero fresco no quiere hablar, y menos cuando avizora una mayor caída de la economía argentina, del 3,5%.

Frontera caliente

El entusiasmo que embriaga a Milei no contagia al colombiano Gustavo Petro ni al chileno Gabriel Boric, otros dos exponentes del progresismo latinoamericano. Tampoco a México. Claudia Sheinbaum, la heredera de Andrés Manuel López Obrador, tomará posesión como presidenta el 1 de octubre. López Obrador ha hecho saber que considera casi cierta la victoria de Trump. No solo la cuestión fronteriza se recalentará más de la cuenta. Lo que se teme, además, es un aumento de los discursos antimexicanos en las bases más radicales del trumpismo. Venezuela es una incógnita. De ganar en las urnas el 28 de julio, Nicolás Maduro ya sabe que le espera una nueva temporada de malas relaciones con Washington. Pero nada puede asegurarse todavía sobre su suerte electoral. La crisis interna de Cuba es tan profunda que un cambio de signo político en Estados Unidos no modificará sustancialmente su deriva.

Suscríbete para seguir leyendo