Justicia internacional

La justicia internacional condena al 'comandante Lobo', de la guerrilla UÇK de Kosovo, a 18 años por crímenes de guerra

El expresidente kosovar Hashim Thaçi se declara no culpable de crímenes de guerra

La condena ha vuelto a dar visibilidad a las torturas que sufrieron civiles en una antigua fábrica ubicada en Kukës, donde el Ejército de Liberación de Kosovo había instalado su cuartel general

El ex comandante kosovar Pjeter Shala asiste al pronunciamiento de la sentencia del juicio de su caso en el Tribunal de Kosovo, en La Haya (Países Bajos).

El ex comandante kosovar Pjeter Shala asiste al pronunciamiento de la sentencia del juicio de su caso en el Tribunal de Kosovo, en La Haya (Países Bajos). / PIROSCHKA VAN DE WOUW / POOL

Irene Savio

Irene Savio

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Entre mayo y junio de 1999, el Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK, por sus siglas en albanés), una oscura guerrilla albanesa que se levantó contra las tropas serbias, instaló su cuartel general en una antigua fábrica ubicada en Kukës, en el sur de Kosovo. Una de las funciones del sitio era el reclutamiento y la logística. Pero algunos milicianos también llevaron a cabo maltratos y torturas contra personas, en su mayoría albanokosovares. Les acusaban de simpatizar con los serbios. Ahora, en una nueva sentencia de reparación histórica, el Tribunal Especial de Kosovo (TEK) ha condenado a 18 años de cárcel por crímenes de guerra a Pjeter Shala, miembro del grupo paramilitar y conocido como el 'Comandante Lobo'.

Shala, hoy de 60 años, ha defendido su inocencia durante todo el juicio. Unos de sus principales argumentos fue que no estaba presente cuando ocurrieron los hechos. Sin embargo, según los jueces del TEK, es la verdad y por ello se ha dictaminado que "más allá de toda duda razonable", Shala era parte del grupo criminal que detuvo y maltrató gravemente al menos a 18 personas a las que consideraba espías o colaboradores de los serbios. "Las víctimas fueron predominantemente albanokosovares, que sufrieron a manos de otros albanokosovares", ha subrayado el tribunal.

En al menos un caso que se ha podido documentar estos maltratos acabaron con la muerte del detenido. Le ocurrió que a un hombre que no sólo fue disparado por un paramilitar del UÇK, sino que después no recibió tratamiento médico alguno. Shala, según el tribunal, "participó" en este homicidio. En otros casos, los detenidos fueron sometidos a maltratos que los marcaron de por vida, al perder "la capacidad de ganarse la vida o mantener a sus familias", ha indicado asimismo el TEK.

Intimidaciones a testigos

Durante el juicio contra Shala, que había sido arrestado en 2021 en Bélgica y fue condenado por detención arbitraria, tortura y homicidio, se oyeron a 22 testigos, lo que se integró con "declaraciones escritas, pruebas documentales y pericias". Sin embargo, como ya ha ocurrido en otros procesos de este tipo sobre el levantamiento kosovar, "el juicio se llevó a cabo en un contexto de persistente intimidación de los testigos", explicó el tribunal. 

El proceso contra Shala, que no era un oficial de alto rango en el UÇK, es uno más de las decenas de casos abiertos sobre uno de los momentos más sangrientos de la violencia interétnica en esta región, en la que perecieron una cifra estimada de 13.000 personas, que se produjo tras el levantamiento de Kosovo de 1998-1999 contra la Serbia que entonces gobernaba Slobodan Milosevic. Él mismo hallado muerto en su celda en 2006 cuando estaba siendo juzgado por crímenes de guerra ante Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), una corte independiente del TEK.