Nueva investigación

HRW denuncia que Hamás y otras milicias palestinas cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad el 7 de octubre

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Gaza: una guerra decimonónica en el siglo XXI

Visita al kibutz Holit, en el sur de Israel, atacado por Hamas

Visita al kibutz Holit, en el sur de Israel, atacado por Hamas / MANUEL BRUQUE / EFE

Andrea López-Tomàs

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Nurit Hunwald aún recuerda el rastro de sangre que tiñó las calles de su adorado kibbutz Be’eri el pasado 7 de octubre. "No puedo borrarla de mi mente toda la sangre", declara. Ese día cambió la historia reciente de Oriente Próximo. Centenares de miembros de Hamás, y de otras milicias palestinas con presencia en la Franja de Gaza, destrozaron la verja que les separaba de Israel y atacaron a civiles y soldados en las comunidades fronterizas del sur. Al menos 1.139 personas murieron y unas 250 fueron secuestradas. El Ejército israelí no tardó en responder con la guerra más feroz sobre el enclave palestino que llega hasta el día de hoy. Nueve meses después de aquel trágico ataque, Human Rights Watch (HRW) publica una nueva investigación que denuncia los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos aquel día.

Se ha hablado mucho del 7 de octubre. La magnitud de la masacre y el factor sorpresa que aún genera interrogantes sacudieron para siempre a la sociedad israelí. Nueve meses de investigación han permitido a esta organización internacional arrojar mayor luz a lo ocurrido aquel sábado negro. "Uno de los aspectos más importantes de nuestros hallazgos es la identificación clara de al menos cinco grupos armados que estuvieron involucrados en los ataques y la posibilidad de vincular algunos de estos grupos a los sitios específicos que atacaron, ya que cuando se trata de rendir cuentas a las víctimas, la clave es identificar a los perpetradores”, declara Belkis Wille, la directora asociada de la división de Crisis, Conflictos y Armas y principal investigadora de este nuevo informe de 236 páginas.

"Todos estos grupos armados involucrados, antes del 7 de octubre, habían sido parte de esta sala de coordinación y operaciones conjuntas dentro de Gaza, lo que lleva a otro hallazgo: lo increíblemente bien planificado y organizado que estuvo este ataque”, explica Wille a EL PERIÓDICO.

El nivel de planificación de la ofensiva por tierra, mar y aire que demuestra la investigación rompe con algunas concepciones que se han lanzado en los últimos meses. "Tanto Israel como Hamás han usado la narrativa de que quienes cometieron los peores abusos del 7 de octubre fueron los civiles de Gaza que lograron cruzar la valla", apunta. El análisis de más de 280 fotografías y vídeos tomados el día del ataque les ha permitido concluir que, incluso aquellos vestidos de civil, estaban “completamente coordinados” con los combatientes, "usando 'walkie-talkies', recibiendo órdenes y portando armas".

Corte Penal Internacional

Además de la observación de todo este material gráfico, HRW entrevistó a 144 personas, incluidos 94 israelíes y otros ciudadanos que presenciaron el ataque, familiares de las víctimas, miembros de los equipos de primera respuesta y expertos médicos. Su investigación se ha centrado en los 26 puntos civiles que fueron atacados, dejando fuera a las bases militares.

"La coherencia de las tácticas usadas en todos esos lugares nos permite concluir que fue un ataque generalizado contra la población civil, que fue ampliamente planificado y pensado para llevar a cabo asesinatos y toma de rehenes, por lo que constituyen crímenes contra la humanidad”, declara la representante de HRW a este diario, haciendo hincapié en que son la "primera organización que llega a una conclusión legal de que ese día ocurrieron crímenes contra la humanidad" y no sólo crímenes de guerra.

En mayo el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de arresto para los líderes militares de Hamás, Yehia Sinwar y Mohammed Deif, y el jefe del buró político del grupo, Ismail Haniyeh, por crímenes de guerra y contra la humanidad. Con estos nuevos hallazgos, HRW exige que se incluya en el caso a responsables de los otros grupos armados que participaron en la masacre del 7 de octubre.

Además de las Brigadas al Qassam, ala militar de Hamás, las insignias que portaban los militantes aquel día les han permitido identificar a miembros de las Brigadas Quds, el brazo armado de la Jihad Islámica Palestina; las Brigadas de Resistencia Nacional o Fuerzas Omar al Qasim como ala militar del Frente Democrático para la Liberación de Palestina; las Brigadas Mártir Abu Ali Mustafa como brazo armado del Frente Popular para la Liberación de Palestina; y las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, anteriormente vinculadas a la facción política Fatah.

Violencia sexual

Durante su exhaustivo informe, la organización internacional también aborda el tema de la violencia sexual cometida aquel día que tanto se ha debatido en los últimos meses. "Hemos encontrado con mucha claridad que tuvieron lugar actos de violencia sexual y de género que incluyen la desnudez forzada y la publicación de imágenes sexualizadas en las redes sociales sin consentimiento", señala Wille.

"Cuando se trata específicamente de las acusaciones de violación, que son las que han sido más politizadas, somos muy francos y honestos al reconocer que no pudimos identificar ni entrevistar a las supervivientes", confiesa. Para sus conclusiones, confían en los resultados de la comisión de investigación sobre violencia sexual de Naciones Unidas. "Consideran que hubo casos de casos de violación, incluidas violaciones en grupo en múltiples lugares", concluye.

Pese al gran volumen de información disponible, realizar una investigación de estas características no ha sido fácil. "Las autoridades israelíes no nos dieron acceso a ninguno de los sitios atacados", denuncia Wille. En estos nueve meses de investigación, el equipo de HRW sólo pudo acceder al kibbutz Be’eri, pero no a ningún otro de los 26 lugares civiles atacados.

"Mientras estuvimos en Israel durante un mes, de octubre a noviembre, no tuvimos ningún tipo de interacción directa con el Gobierno más allá de estas solicitudes de acceso, que no tuvieron éxito", apunta. Tras finalizar su informe, mandaron cartas a varias agencias gubernamentales israelíes. "En ellas, hacíamos muchas preguntas sobre qué evidencia habían reunido, pero no respondieron sustancialmente a ninguna de ellas", concluye Wille.