'Hillbilly, una elegía rural'

La elegía del Sueño Americano: vuelve a las listas de éxitos el libro que descubrió a Vance

El libro biográfico de J.D. Vance ha vuelto a encaramarse, ocho años después de su publicación, en las listas de más vendidos en Estados Unidos propulsado por la proclamación como candidato a la vicepresidencia republicana

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Hillbilly, una elegía rural, el libro de J.D. Vance

Hillbilly, una elegía rural, el libro de J.D. Vance / EPC

Carol Álvarez

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Cuando en 2016 J.D. Vance publicó sus memorias Donald Trump aún no era presidente de los Estados Unidos: corría el mes de junio y aún faltaban meses para las elecciones, pero el libro 'Hillbilly, una elegía rural' no tardó en convertirse en un superventas empujado por la mediática gira de Vance, que conectaba como hacía tiempo que no hacía nadie con esa América pesimista que no luchaba por cambiar su suerte. 

   Vance se preguntaba en su libro quién iba a querer comprarlo, siendo él un desconocido que lo único que había logrado era licenciarse en la escuela de Derecho de Yale como otras 200 personas hacen cada año y de las que nadie tiene interés en leer sobre sus vidas. «No soy un senador, un gobernador, un secretario de Estado. No he creado una empresa de dos millones de dólares, o una organización para cambiar el mundo, no he hecho nada extraordinario», decía en el prólogo. Y entonces soltaba la carga de profundidad, cuando añadía que quería compartir su historia por haber logrado algo ordinario, un matrimonio con hijos, perros y un trabajo, algo que donde nació, en Middletown, Ohio, es inconcebible. En su entorno, los más afortunados viven de ayudas y los más desgraciados mueren de sobredosis. 

   Criado por sus abuelos, rodeado de ejemplos de fracaso, Vance teje la memoria emocional de una parte importante de estadounidenses de los Apalaches, conocidos peyorativamente como «basura blanca» y que él considera vecinos y amigos que quedaron rezagados ante los cambios industriales del país que los llevó a la pobreza. Aunque ya entonces admitía que las políticas públicas pueden ayudar, también apuntaba que tenían que recuperar por ellos mismos unos valores que han abandonado, la cultura del esfuerzo y otros principios conservadores. «Quiero que la gente sepa lo que se siente cuando estás a punto de perderlo todo y sales adelante, que entienda que los afortunados como yo que hemos vivido el Sueño Americano aún sufrimos los demonios de nuestro pasado».

 El retrato de esta América que desprecia a las élites urbanas, que en el momento de publicar el libro encarnaba como nadie el modelo demócrata de Obama y Clinton, es también el de una América que necesita héroes como no los tienen desde Reagan, y que no los encuentra. Quizá hasta ahora. 

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