Nueva legislatura

Populares, socialistas y liberales ultiman el cordón sanitario a la extrema derecha en el Parlamento Europeo

Roberta Metsola (PPE) busca este martes la reelección en la constitución del Parlamento Europeo en un voto en el que la Izquierda Europea presenta como candidata a Irene Montero

El hemiciclo vacío del Parlamento Europeo en Estrasburgo, este lunes.

El hemiciclo vacío del Parlamento Europeo en Estrasburgo, este lunes. / FREDERICK FLORIN / AFP

Silvia Martinez

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La primera tarea que tendrán que completar los 720 eurodiputados que ocuparán un escaño en la décima legislatura del Parlamento Europeo, que se constituye este martes en Estrasburgo (Francia), será elegir a la persona que estará al frente de la institución hasta 2027, un puesto al que el PPE presenta a la conservadora maltesa Roberta Metsola, que opta a la reelección en una Eurocámara que estará más polarizada que nunca, con ocho grupos políticos diferentes, tres de ellos ultraconservadores y de extrema derecha, y un panorama altamente tensionado tanto a nivel interno como externo.

Además del PPE, el grupo de la Izquierda Europea también ha decidido presentar como candidata a la presidencia de la cámara a la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, aunque el movimiento es más bien simbólico dado el pacto a tres bandas entre populares, socialistas y liberales. Según han informado fuentes del grupo, Montero será la candidata "para la defensa de la paz, el fin del genocidio en Palestina, los derechos feministas y LGTBI y una Europa que rompa la coalición de guerra" y ha sido designada "por aclamación.

Además de elegir presidente, por mayoría absoluta en una votación de carácter secreto, los eurodiputados que se estrenan este martes también tendrán que seleccionar (igualmente en voto secreto) a los 14 vicepresidentes y cuestores de la Cámara, que al igual que la presidencia se elegirán por un mandato de dos años y medio. Un reparto de altos cargos en el que la llamada gran coalición, formada por los partidos proeuropeos de centro (populares, socialdemócratas y liberales), intentarán excluir a los grupos de extrema derecha para minimizar su influencia política durante la nueva legislatura.

El objetivo es aplicar este cordón sanitario a los dos grupos de extrema derecha formados esta legislatura para que no ostenten ninguna vicepresidencia ni accedan a puestos de responsabilidad en las comisiones parlamentarias que se formarán en los próximos días en las que se distribuirán los 720 eurodiputados por familias políticas y no por nacionalidades. En primer lugar, a los Patriotas por Europa, convertida en tercera fuerza con 84 escaños y que lideran las formaciones del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, la francesa Marine Le Pen y el italiano Matteo Salvini.

Patriotas y soberanistas

Se trata del grupo en el que se sentarán los seis eurodiputados de Vox que, en la pasada legislatura, compartieron bancada con los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni y del partido Ley y Justicia (PiS) polaco a quienes no se aplicó ningún tipo de cordón. En segundo, con 25 eurodiputados según el último recuento, los miembros de Europa de las Naciones Soberanas, el grupo más pequeño en el hemiciclo impulsado por Alternativa por Alemania (AfD).

"Quiero recordar que representamos a millones de ciudadanos europeos que tienen derecho a ser escuchados. Este no es un cordón sanitario contra nuestro grupo sino contra millones de ciudadanos europeos. No es democrático y esperamos que no se aplique", avisaba el pasada viernes el portavoz del grupo Patriotas por Europa, Alonso de Mendoza, recordando que de aplicarse estrictamente la ley D’Hondt les corresponderían dos vicepresidencias en una Eurocámara que, en esta nueva legislatura debe reflejar, a ojos de este grupo, que muchos votantes están "en contra del pacto verde europeo" y del "pacto de asilo e inmigración".

El papel de ECR

Tampoco el grupo de Meloni, que sí ha formado parte del organigrama de puestos estos últimos cinco años y aspira a liderar dos comisiones parlamentarias, incluida la de agricultura, no es partidario de aplicar el cordón sanitario a nadie. "Estamos a favor de aplicar el sistema D’Hont a todos, de no excluir a nadie" porque aplicar un cordón sanitario "podría discriminar a millones de votantes" cuando el objetivo debería ser "incluir a todas las voces" y "no apartar a nadie", justificaba el portavoz del grupo, Michael Strauss, para quien dejar fuera del reparto de altos cargos de la cámara a los grupos del ala más derechista significaría "discriminar a unos 30 millones de votantes". El grupo coincide con los Patriotas en que los electores "han votado para terminar con los excesos del pacto verde" y están preparados "para apoyar los cambios que sean necesarios".

La gran coalición de centro que encarnan populares (188 escaños), socialdemócratas (136) y liberales (77) no comparten su visión (tampoco los Verdes) y son partidarios de excluir a ciertos grupos en un Parlamento Europeo en el que los tres seguirán marcando la pauta, pese al viraje hacia la derecha del hemiciclo y a la mayor fragilidad con la que afrontan el nuevo mandato. "Estamos en discusiones con los socialistas y con Renew (liberales) para aplicar el cordón sanitario a los eurodiputados propuestos por los grupos que están en la extrema derecha y los amigos de (Vladímir) Putin. No queremos que estos eurodiputados representen a la institución, es la principal razón", explicaba a finales de la semana pasada el portavoz del Partido Popular Europeo, Pedro López de Pablo.