Francia celebra su Día de la Bastilla más incierto: bloqueo político y creciente malestar en la calle

La fachada de la Asamblea Nacional con varias 'Marianes', el icono nacional francés, representando diferentes deportes con motivo de los JJOO de París.

La fachada de la Asamblea Nacional con varias 'Marianes', el icono nacional francés, representando diferentes deportes con motivo de los JJOO de París. / ANDRE PAIN / EFE

Leticia Fuentes

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"La grandeza de Francia no está solo en su historia, sino en su capacidad para forjar alianzas”, afirmaba Emmanuel Macron durante su discurso en el Día de la Bastilla en 2023. Un año después, el país parece que no halla esa capacidad para llegar a pactos y el presidente anunció este viernes que no se dirigirá a la nación como marca la tradición ante una situación política "desastrosa". 

Se cumple una semana de la segunda vuelta de las elecciones legislativas y lo que iban a ser unos comicios para esclarecer la situación política, se han convertido en un preocupante bloqueo con una posible fractura de la unión de izquierdas (el Nuevo Frente Popular), que ya presentaba importantes grietas el día que se fundó, y de parte de la derecha. Una implosión de la que algunos expertos dicen que solo sacará rédito la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional, que desde el pasado 7 de julio observa paciente este "desorden republicano" desde un rincón esperando su momento: las presidenciales de 2027. 

Contra reloj para evitar males mayores, el Nuevo Frente Popular continúa con las negociaciones para conseguir llegar a un consenso y superar el escollo de encontrar a un candidato a primer ministro. La lista de 'posibles' no ha dejado de crecer. En las últimas horas suena una nueva candidata, Huguette Bello, presidenta del consejo regional de La Reunión, fundadora del Partido Comunista de la isla y una figura neutral dentro de esta división de izquierdas, según afirman fuentes cercanas a la coalición. 

Un viaje a tierras desconocidas

"La Revolución Francesa es la génesis de la grandeza moderna de Francia", afirmó Charles de Gaulle en 1945. Un par de años después de este discurso en la Sorbona, De Gaulle fundó la V República para acabar precisamente con las coaliciones parlamentarias y proporcionar una mayor estabilidad al país. En 11 años, entre 1947 y 1958, Francia tuvo 24 gobiernos debido a la falta de mayorías parlamentarias. Una época en la que el país se enfrentó a importantes desafíos políticos y económicos.

Los franceses viven un histórico déjà vu, aunque esta vez el escenario político está abocado a una inusual coalición, un campo desconocido para la política francesa, para evitar el bloqueo. Desde el domingo pasado, el presidente Macron presiona a la izquierda y a los partidos de centroderecha para crear un Gobierno moderado, y conseguir una mayoría relativa que le permita salvar los últimos años de su legislatura, pero en los pasillos de la Asamblea Nacional crecen los rumores contrarios a ese deseo presidencial.

Los números salen pero el consenso no, y ante la falta de acuerdos, el presidente anunció esta semana a través de una carta a los franceses que el Gobierno seguirá ejerciendo sus responsabilidades "y luego se hará cargo de los asuntos de actualidad, como es la tradición republicana". Dejando la puerta abierta a un posible gobierno técnico hasta conseguir formar un ejecutivo sólido.  

Una economía que se resiente

Tras los resultados electorales, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, expresó su preocupación ante un riesgo de declive económico en Francia. Una inquietud compartida por el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), que cree que esta peligrosa situación política llega en el peor momento: el crecimiento es débil y las quiebras empresariales van en aumento. 

Los sindicatos se unen a esta preocupación y afirman que, desde la disolución de la Asamblea Nacional, la economía francesa está "congelada". Es por eso que, las calles francesas empiezan a despertar y ya hay varias concentraciones organizadas para presionar a la clase política. Este 14 de julio, la Unión de Estudiantes se reunirá en plaza de la Bastilla, y el 18 de julio lo harán varios sindicatos frente a la Asamblea Nacional, el mismo día en el que se celebra la primera sesión parlamentaria. 

Unos resultados que no convencen en la calle

Una semana después de los comicios y en plena celebración del Día Nacional de Francia, los franceses se reúnen alrededor de la mesa entre copas de champagne y canapés de foie y se preguntan si realmente han servido de algo estos comicios. Según un sondeo de Odoxa-Backbone Consulting, la mayoría de franceses no están contentos con el resultado de las legislativas y aflora el miedo a una posible recesión económica como efecto de la crisis política. 

"He decidido daros la posibilidad de elegir vuestro futuro parlamentario con el voto", dijo Macron después del batacazo electoral en las elecciones europeas y tras anunciar la disolución de la Asamblea Nacional, pero el presidente en sus cálculos no contaba con la remontada de las izquierdas y dio la espalda a la normalización de la extrema derecha en Francia que se asienta y echa raíces cada vez más profundas en el Parlamento francés. 

Marine Le Pen no solo se afianza en la Asamblea Nacional, pasando de 89 a 143 escaños, sino que ya ha dado su primer ultimátum: "Reagrupamiento Nacional censurará todo aquel gobierno formado por ministros insumisos y/o ecologistas".

Mientras crecen las quinielas sobre qué pasará la semana que viene o quién será el próximo primer ministro, la popularidad del presidente Macron continúa cayendo, aunque insista en su carta en asegurar a los franceses ser el "garante" de la creación de "una nueva cultura política" en Francia.

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