Comicios cruciales

El Reino Unido acude a las urnas en unas elecciones marcadas por el hartazgo con el Partido Conservador

Los 'tories', al borde del abismo tras 14 años en el Gobierno por las promesas incumplidas y las divisiones internas

El Partido Laborista acaricia el poder en el Reino Unido con una apuesta por la moderación

Elecciones Reino Unido 2024, en directo hoy: resultados, votos, escrutinio y última hora del Partido Laborista y el Conservador

El primer ministro británico, Rishi Sunak, durante un mitin en Londres.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, durante un mitin en Londres. / JAMES MANNING / PA WIRE / DPA

Lucas Font

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El Reino Unido acude a las urnas este jueves en unas de las elecciones generales más decididas de los últimos tiempos. Todos los pronósticos apuntan a una aplastante victoria del Partido Laborista, que recuperará previsiblemente el poder tras 14 años de gobiernos del Partido Conservador marcados por las políticas de austeridad, el Brexit, las divisiones internas y las promesas incumplidas. Según la última encuesta de YouGov, publicada este miércoles, los laboristas obtendrían 431 de los 650 asientos en la Cámara de los Comunes, frente a los 102 de los conservadores, que registrarían uno de los peores resultados de su historia. En caso de confirmarse, esta será la mayor diferencia de representantes entre los dos partidos desde 1832.

Los 'tories' se enfrentan al voto de castigo de una población golpeada por el aumento del coste de la vida y por el deterioro de los servicios públicos, incluidos la sanidad y la educación. El primer ministro, Rishi Sunak, ha sido incapaz de cumplir con su objetivo de frenar la llegada irregular de inmigrantes –una de las principales promesas del Brexit– y a nivel económico el país avanza más despacio de lo previsto, con un ligero crecimiento del 0,7% en el primer trimestre del año tras entrar en recesión técnica a finales del año pasado. Sunak ha tratado de convencer a los electores con bajadas de impuestos y con la promesa de retomar la senda del crecimiento, pero sus propuestas se han visto empañadas por una campaña turbulenta.

Campaña accidentada

La confirmación de la fecha electoral a finales de mayo por parte del propio Sunak, bajo una intensa lluvia frente al número 10 de Downing Street, fue un mal presagio de lo que iba a acontecer a partir de entonces. El primer ministro consiguió presentar algunas de sus propuestas en los primeros días de la campaña, entre ellas ventajas fiscales para los pensionistas y una nueva reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social, pero su decisión de abandonar antes de tiempo los actos de conmemoración del Día D para asistir a una entrevista y los escándalos de las apuestas sobre la fecha electoral –que han salpicado a media decena de miembros de su partido– han desviado el foco y han desdibujado la estrategia de los 'tories' en el último tramo de la campaña.

Consciente de la necesidad de pasar al ataque, el Partido Conservador ha apartado el foco de sus propias propuestas y ha dedicado los últimos días a alertar sobre los riesgos de una supermayoría del Partido Laborista, algo que ha sido interpretado como una forma de tirar la toalla antes de la celebración de los comicios. Algunos miembros del Gobierno han llegado a reconocer públicamente la derrota, a pesar de los intentos de Sunak por demostrar que no está todo perdido. "Sólo necesitamos que 130.000 personas cambien su voto y nos den su apoyo para evitar la supermayoría de los laboristas", ha asegurado el todavía primer ministro en uno de sus últimos actos de campaña. Está previsto, sin embargo, que una parte importante del voto conservador más moderado recaiga en el Partido Liberal Demócrata, que según las últimas encuestas pasará de los 11 representantes actuales a más de 70.

Sunak ha contado, como último recurso, con el apoyo del exprimer ministro Boris Johnson, quien ha aparcado –al menos temporalmente– las diferencias con su sucesor y ha participado este martes en su primer acto de esta campaña con el Partido Conservador. La irrupción de Johnson en el tiempo de descuento tiene por objetivo lanzar un mensaje de unidad y apelar al voto de los electores que dieron su confianza al ex primer ministro en 2019, a pesar de que su popularidad cayó en picado tras el escándalo del 'Partygate' y del rechazo que su imagen genera entre una parte importante del electorado. Johnson ha insistido en el mensaje de que el regreso al poder de los laboristas supondrá una subida de impuestos para las familias, a pesar de que el líder de la formación, Keir Starmer, ha negado las acusaciones en repetidas ocasiones. 

Hartazgo de la población

A diferencia de los conservadores, el final de campaña para el Partido Laborista ha estado exento de contratiempos. Starmer ha logrado consolidar su giro al centro y ha afianzado un discurso a favor de la moderación y de la estabilidad económica, al mismo tiempo que ha evitado tocar asuntos polémicos como el cambio climático, las políticas de identidad de género o el Brexit. El líder laborista ha logrado capitalizar el hartazgo de la población tras una etapa de gobiernos conservadores que ha dejado cinco primeros ministros y un país que, en muchos aspectos, está en peores condiciones que cuando los 'tories' accedieron al poder en 2010. Las encuestas también pronostican un gran resultado del partido de Starmer en Escocia, con un Partido Nacional Escocés (SNP) en horas bajas tras 17 años en el Gobierno de la región.

Pero más allá del aumento del apoyo a Starmer, gran parte del previsible éxito del Partido Laborista este jueves recaerá en el auge del partido de derecha populista Reform UK, al que las encuestas sitúan como tercera fuerza política con un 16% de los votos. El partido, liderado por Nigel Farage, ha logrado atraer a los votantes más radicales del Partido Conservador con un discurso de mano dura contra la inmigración. A pesar de que el sistema electoral británico impedirá que logre más de una decena de representantes en la Cámara de los Comunes, la formación populista provocará una división del voto de derechas y facilitará la victoria de los laboristas en muchas circunscripciones.