Reforma descentralizadora

El modelo autonomista de Meloni tensa la división norte-sur en Italia

Meloni logra la aprobación de la reforma autonómica "rompe-Italia" que da más poder a las regiones

La ciudad de Milán bajo una niebla de contaminación.

La ciudad de Milán bajo una niebla de contaminación. / Reuters

Irene Savio

Irene Savio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El rico norte y el frágil sur, las dos Italias que conviven —sin entenderse mucho— en un país que apenas tiene 163 años de historia, han entrado en colisión directa esta semana. El enfrentamiento no había sido tan frontal en mucho tiempo. La razón ha sido la aprobación parlamentaria de una reforma que permitirá a las regiones despojar al Estado central de numerosas competencias (y dinero, en síntesis) para quedárselas. Era lo que pedía el norte —sobre todo a través de la Liga de Matteo Salvini—, y ha apoyado en bloque el Gobierno de Giorgia Meloni. "Es la secesión de los ricos", han respondido los detractores de la reforma.

Carlo Marino, presidente de la sureña región de Campania para la Asociación Nacional de Ayuntamientos (ANCI), se encuentra en esta línea. "Es una catástrofe. El país corre el riesgo de colapsar. Es una reforma que debilitará a los más débiles, acrecentará la brecha entre norte y sur, y dañará la unidad del país", opina el también alcalde de Caserta. "En el sur, están en riesgo los servicios públicos, en particular la educación y la salud, aunque también los servicios a ancianos, discapacitados y vulnerables", añade.

Por ello, como Marino, regidores de distintas formaciones del sur ya han anunciado que darán batalla. No son los únicos. Los partidos de la oposición —todos unidos— también han anunciado un referéndum para abolir la iniciativa legislativa y más manifestaciones en las calles. El Vaticano también ha expresado sus reservas ("en juego está la unidad del país"), al igual que la Comisión Europea ("riesgo para la cohesión y finanzas públicas").

Incluso ha habido críticas del gobernador regional de Calabria, Roberto Occhiuto, también vicepresidente de Forza Italia, formación de centroderecha que a nivel nacional apoya a Meloni. "Es un error", ha dicho sin más Occhiuto.

Riqueza asimétrica

La ley ha levantado ampollas por distintos motivos. Uno de ellos es que, de lograrse su puesta en vigor —el Parlamento ya la ha aprobado de forma definitiva, pero falta aún la firma del presidente, Sergio Mattarella, y los decretos de actuación—, las regiones tendrían la posibilidad de solicitar las 23 competencias que prevé la iniciativa legislativa (desde medioambiente, bienes culturales, sanidad, deportes, alimentación, energía, etcétera). Pero no están obligadas a hacerlo, o podrían solicitar solo algunas competencias y no todas, lo que supone una asimetría —con incertidumbre sobre el cómo se gestionará— en la arquitectura institucional del país.

Pero este es sólo uno de los problemas. Otro mayúsculo tiene que ver con la falta de solidaridad en el reparto de la riqueza del país, uno de los ejes de la unidad nacional, según señala Carmelo Petraglia, profesor de Economía en la Universidad de Basilicata. "La iniciativa prevé, por ejemplo, que las regiones que lo pidan puedan legislar sobre los salarios de los docentes. Esto significa que los más ricos podrán ofrecer salarios más altos y atraer así a los más capacitados, con una consecuente migración de estos profesionales de sur a norte, y el empeoramiento de la enseñanza en el sur", dice Petraglia.

"Lo mismo ocurre con el sistema sanitario, que en el sur también recibirá menos fondos y todo ello después de que la pandemia demostrara la importancia de un Estado central fuerte", afirma. El caso de Campania, en este sentido, es uno de los más preocupantes. Según cálculos de ANCI, estarían en riesgo al menos 5.000 millones de euros destinados al sistema sanitario que esta región recibe del Estado central a través de contribuciones procedentes sobre todo del norte del país (donde se pagan más impuestos al ser más alta la renta per cápita). 

En desventaja

Y, además, esto ocurriría sobre la base de una situación ya difícil: un monto de apenas 2.050 euros al año destinado a cada ciudadano para su salud en Campania (2.104 euros es el promedio nacional). "Difícil ganar un partido si tu contrincante lo empieza con cinco puntos de ventaja", ironiza Petraglia. "La descentralización no es un mal en sí, pero si todos partimos con las mismas condiciones, y no es el caso", resume. 

En desventaja por el argumento de siempre: el relato que el industrializado norte, para correr, necesita desprenderse del sur, como siempre ha dicho la Liga, una formación que sepultó su sueño de (una real) secesión por la petición de mayor autonomía. Con una novedad: el hecho de que, justo en los últimos años, el PIB de la Italia del sur había empezado a crecer de nuevo, presumiblemente por las inversiones públicas y europeas. En concreto, el PIB del llamado Mezzogiorno aumentó un 1,3% en 2023, por encima del promedio nacional, que fue del 0,9% E incluso del norte, que se situó en torno al 1%, según cifras de Svimez, un instituto que estudia el sur.  

El desenlace de la pugna está aún por conocerse, mientras aumenta la ira de parte del país. Lo recordaban esta semana algunos carteles con listas parlamentarios del bloque de derecha y originarios de la Italia meridional que habrían votado a favor de la medida. "Traidores", se leía.