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Protesta contra los recortes del gobierno de Javier Milei el 14 de marzo en Buenos Aires, Argentina.

Protesta contra los recortes del gobierno de Javier Milei el 14 de marzo en Buenos Aires, Argentina. / AFP/LUIS ROBAYO

Abel Gilbert

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"¿Qué se puede hacer salvo ver películas? ", cantaba Charly García en 1977. La canción formaba parte de un disco grabado en el momento más crudo de la dictadura militar argentina. 'Películas' daba cuenta de la perplejidad y el horror de manera sutil. La portada mostraba la fachada de un cine que exhibía 'Trama macabra', de Alfred Hitchcock. García es una de las figuras señeras de la música popular de este país. Si tuviera que rescribir la canción, del estribillo solo quedaría una pregunta sin su respuesta incluida hace más de cuatro décadas: "¿Qué se puede hacer?". Ir al cine, parece que no. Esta ha dejado de ser una alternativa para 2,1 millones de espectadores en mayo y se espera que en junio la situación empeore. La caída de las ventas de entradas ha sido brutal. A lo largo de los primeros cinco meses de este año se vendieron 10.860.000 entradas, contra 17.530.000 en el mismo período del año anterior.

Hubo un tiempo, acaso lejano, donde "ver películas", como sugería Charly, era una actividad de masas. La calle Lavalle, en el centro de la ciudad, donde funcionaban numerosas salas, una frente a otra, se volvía intransitable a ciertas horas que coincidían con la entrada y salida de sus respectivos públicos. El ritmo del desplazamiento era el de una nutrida movilización. Lavalle está desolada desde hace tiempo. En los viejos cines funcionan ahorra templos evangélicos que prometen el cielo en la tierra.

Buenos Aires 19 de junio 2024 Cine Gaumont

Buenos Aires 19 de junio 2024 Cine Gaumont / Andrade Stracuzzi

Si bien primero el negocio del video y luego las plataformas quitaron a los cines una centralidad en los pasatiempos, el derrumbe en Argentina y en Buenos Aires, una ciudad cinéfila por naturaleza, obedece a razones que no solo tienen que ver con los nuevos usos del tiempo libre derivado de las tecnologías. La disminución de la asistencia a las salas del 56% en mayo es consecuencia también de la crisis económica.

Desde que asumió el Gobierno de ultraderecha, la pobreza, según una medición de la Universidad Católica (UCA) azota al 55,5% de la población, 11,5 puntos más que en diciembre de 2023.  La inflación acumulada en seis meses es del 97%. Se han perdido casi 100.000 puestos de trabajo. A lo largo de mayo, los argentinos consumieron el 16% menos que el mismo mes de 2023. El cine salió del horizonte de las posibilidades de millones de personas. Por las noches, en las puertas de las salas, se advierten las marcas sociales del presente: ahí duermen los que no tienen dónde ir.

Una industria sin financiación

El cine, por otra parte, se ha convertido en uno de los blancos de las autoridades. Para el Gobierno, es una actividad innecesaria y, a la vez, "adoctrinadora". Milei ha dispuesto la virtual paralización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Ha dejado de funcionar su estructura organizativa, se redujo su personal y podó por completo el presupuesto para financiar nuevos filmes. La Ley Bases que acaba de aprobar el Senado y debe ratificar la cámara de Diputados, deja a una industria reconocida en el exterior prácticamente a la intemperie.

"Creer que lo que está ocurriendo en nuestro país desde hace ya muchas décadas con la pulverización de la educación, del trabajo real o la cantidad de gente que está por debajo de la línea de pobreza (todas cosas muy lamentables y muy horrorosas), dependen del sector artístico, de los actores, las actrices, los directores… es un delirio", dijo en abril el reconocido actor Ricardo Darín. Días atrás volvió a levantar la voz. "Responsabilizar a los artistas cuando las cuentas (públicas) no cierran era perverso, imprudente e injusto".

Prédica irracional

El cine argentino estuvo presente en el reciente festival de Cannes con cuatro títulos, de los últimos que han recibido el respaldo del INCAA. 'Simón de la montaña' ganó el Grand Prix de la Semana de la Crítica. Su director, Federico Luis, señaló que el reconocimiento es una respuesta a "los que dicen que en Argentina hacemos un cine que nadie ve". Lorenzo Ferro, el protagonista de la historia, también tuvo algo que decir al recibir el premio. "Necesitamos el apoyo de todo el mundo para mantener vivo el fuego del cine argentino". ¿Puede hacerlo su público natural?

Hernán Rosselli participó en Cannes con 'Algo viejo, algo nuevo, algo prestado'. "En Argentina existe un cine de clase media, incluso media-baja, y eso es realmente una excepción en Latinoamérica, donde generalmente filman los hijos de los viejos hacendados, nuevos empresarios o el Opus Dei. Es la clave de su vigor. Y todo eso fue posible gracias al consenso que existía entre las principales fuerzas políticas de la Argentina", dijo. Sin embargo, llegó Milei "con una prédica irracional pero legitimada por una crisis innegable que se agravó con la pandemia y una tendencia de la derecha global". Las salas vacías reflejan eso que llaman una trama macabra.

María Alché es una de las directoras de 'Puan'. La película, cuya historia transcurre en la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires, se estrenó en 2023 con el signo de una profecía: hacia el final, la casa de altos estudios cierra por falta de presupuesto. "El Gobierno ha emprendido una cruzada contra la cultura, la ciencia y la educación", dijo Alché. "Parece regocijarse en desmantelar las industrias culturales, privando a Argentina de su identidad y atacando una fuente de empleo vital para decenas de miles de familias". Si se profundiza la tendencia, no solo el destino del cine está en juego, sino el de muchas salas: se convertirán en nuevos templos o supermercados.

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