Gobierno ultraderechista

Meloni logra la aprobación de la reforma autonómica "rompe-Italia" que da más poder a las regiones

La propuesta legislativa, promovida por la Liga de Matteo Salvini, supone cambios de sistema para el país y el peligro de que se agigante la brecha entre el rico norte y el más frágil sur

Meloni logra otro paso para dar más autonomía a las regiones de Italia entre críticas de la oposición

Diputados de la oposición muestran banderas de Italia durante la votación de la ley autonómica, este miércoles en la Cámara baja.

Diputados de la oposición muestran banderas de Italia durante la votación de la ley autonómica, este miércoles en la Cámara baja. / MAURO SCROBOGNA / LAPRESSE

Irene Savio

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La brecha entre el sur y el norte de Italia es una de las más profundas de Europa. El PIB per cápita de Trentino-Alto Adigio, la parte septentrional, es de 40.000 euros al año; la de Calabria —que sufre una falta de industrialización, huida de cerebros y pobreza—, de apenas 16.000 euros. Desde la posguerra, nadie lo ha resuelto, lo que ha provocado grandes migraciones sur-norte, y el terrible distanciamiento incluso se ha incrementado. Podría crecer ahora más todavía, con el Gobierno de Giorgia Meloni en el poder, denuncia la oposición. Este miércoles, el Ejecutivo de la ultraderechista ha logrado la aprobación final en el Congreso de una disruptiva reforma que cambiará Italia, dando a las regiones la facultad de quedarse con parte de los impuestos que transferían al Estado. Solo falta la firma del presidente de la República, Sergio Mattarella.

Si eso ocurre, la ley de "autonomía regional diferenciada", básicamente una propuesta descentralizadora e inspirada en el modelo federalista, será publicada en el Boletín Oficial y entrará en vigor, aclararon fuentes del Congreso italiano a EL PERIÓDICO. La aprobación, con 172 votos a favor, 99 en contra y una abstención, fue festejada a viva voz por la Liga de Matteo Salvini, la principal impulsora del proyecto de ley y que nunca —ni con Silvio Berlusconi que, por el contrario, en parte frenó los impulsos secesionistas de la formación fundada en 1989— había obtenido tanto.

"Es un día histórico", ha dicho el legüista. "Me tiemblan las piernas por la emoción", ha añadido Roberto Calderoli, de la vieja guardia, en un día en el que también se han visto en el hemiciclo las banderas de Padania, la inventada nación que la Liga pretendió crear en el norte del país. "Vergüenza", ha sido el grito al unísono de las oposiciones, que desde meses denuncian que la legislación implantará un sistema de autonomías asimétrico que ampliará la brecha entre norte y sur. La iniciativa ya había sido aprobada en enero por el Senado

Mattarella, el último obstáculo

Las alternativas para evitar que la propuesta se convierta en ley son ahora de facto muy limitadas. En concreto, el presidente Mattarella tiene ahora 30 días para decidir si promulga o no la iniciativa legislativa. En caso de que opte por no hacerlo (justificando su decisión, por ejemplo, en que la norma supera la Constitución), el texto de la propuesta sería reenviado al Parlamento; tras eso, si la Cámara vuelve a aprobarlo, Mattarella estaría obligado a dar su visto bueno, a lo que le seguiría la publicación en el Boletín Oficial y su puesta en vigor. 

La reforma, que Meloni prometió a la Liga en el inicio de su mandato, propone cambios de sistema para Italia. En síntesis, contempla que las regiones puedan asumir competencias en numerosas áreas, como educación, medioambiente, bienes culturales, sanidad, deportes, alimentación energía, investigación científica, puertos y aeropuertos civiles, y amplios aspectos económicos. La propuesta ha sido criticada por Svimez, el instituto que estudia el desarrollo de la parte meridional del país. "Se trata de una peligrosa propuesta de ley que prevé que el Estado sea reemplazado por las regiones", dijo Adriano Giannola, el presidente de la entidad, en una reciente audiencia en el Parlamento. 

Sin cohesión

Según Giannola —aunque su opinión es compartida por diversos observadores—, los motivos por los que la iniciativa es nefasta son múltiples. Los principales: no favorece la cohesión del país, es difícil de llevar adelante desde un punto de vista financiero, no prevé fondos para reducir la brecha y además "cristaliza el gasto histórico", en lugar de buscar mecanismos para resolver el problema. Y esto a pesar de que una de las principales justificaciones de los promotores de la legislación es que el objetivo es reducir el déficit fiscal del norte. 

La propuesta también ha sido criticada por diversas patronales de la pequeña y mediana empresa. "Están en riesgo los servicios en el sur", han dicho Confindustria, la principal organización de empresas del país. Otros han sido más directos. "Esta reforma rompe Italia", ha afirmado el líder del Movimiento 5 Estrellas. "Las regiones más desfavorecidas empeorarán, quedarán cada vez más atrás", ha añadido. En la misma línea se ha manifestado la líder del Partido Democrático, la principal formación de la oposición, Elly Schlein: "es una ley descabellada […] Continuaremos oponiéndonos de todas las maneras, en el Parlamento y en las calles".