Cumbre europea

Los líderes de la UE se conjuran para cerrar un acuerdo rápido sobre el reparto de altos cargos

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen / EPC

Silvia Martinez

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Cuando los líderes de la UE seleccionaron en 2019 a los altos cargos que han gobernado las instituciones europeas esta última legislatura, Ursula von der Leyen no figuraba en ninguna quiniela. Cinco años después, y tras la victoria del Partido Popular Europeo (PPE) en las elecciones del 9 de junio, el nombre de la alemana se ha consolidado de forma indiscutible como pieza central de un rompecabezas en el que también figuran el socialista portugués Antonio Costa y la liberal estonia Kaja Kallas. La sensación entre los 27 Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que han empezado a negociar este lunes en Bruselas, es que hay prisa por acordar el nuevo reparto y que es necesario un acuerdo “rápido”, aunque la cena informal de este lunes ha terminado sin acuerdo y lo volverán a intentar en el próximo Consejo Europeo del 27 y 28 de junio.

"Ha sido una buena conversación. Creo que va en la buena dirección pero no hay un acuerdo esta noche, en este momento", anunciaba pasada la medianoche el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "Estaba absolutamente claro desde el principio, y no ha sido una sorpresa, que el objetivo de hoy no era tomar una decisión", ha añadido sin confirmar el grado de consenso que ha generado el trío de nombres sobre la mesa. "Lo clarificaremos la próxima semana pero esta conversación ha sido un paso útil para preparar el próximo Consejo Europeo", ha explicado pidiendo "unidad" y "transparencia" tras una cena de trabajo de carácter informal de tres horas. El primer ministro de Países bajos en funciones, Mark Rutte, ha explicado que las consultas entre los negociadores de las familias políticas continuarán en los próximos días pero no se espera que se produzca la gran "tómbola" de hace cinco años..

Los líderes europeos aterrizaron este lunes en la capital comunitaria con la intención de acelerar el proceso para nombrar a la nueva cúpula de la UE. “Es importante que las decisiones se tomen ahora con rapidez y celeridad porque vivimos tiempos difíciles y ­es importante saber qué depara el futuro a Europa”, decía a su llegada a la sede del Consejo el canciller alemán Olaf Scholz, negociador de la familia socialista junto al presidente español, Pedro Sánchez. Para preparar el terreno, ambos se han reunido antes del inicio de la cumbre tanto co­­n los negociadores de la familia liberal --el primer ministro belga Alexander de Croo y el presidente francés Emmanuel Macron— como con los populares, el polaco Donald Tusk y el griego Kyriakos Mitsotakis, lo que ha retrasado el inicio de la cumbre hora y media.

Negociaciones a tres bandas

Los seis, en nombre de los tres partidos que forman parte de la ‘gran coalición’ que ha liderado esta legislatura la Eurocámara, se reunían posteriormente a seis bandas tras hacer balance del resultado de las elecciones europeas con las presidentas de la Comisión y el Parlamento Europeo, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola, con quienes se han reunido por separado y por espacio de media hora con cada una.

La sensación antes y después de estos primeros contactos es que el consenso entre los dirigentes europeos emerge entorno a los cuatro nombres favoritos que llevan semanas circulando: la popular alemana von der Leyen para repetir como presidenta de la Comisión Europea, el socialista portugués como presidente del Consejo Europeo, la liberal estonia como alta representante para la política exterior y seguridad de la UE y la conservadora maltesa, Roberta Metsola para repetir al frente del Parlamento Europeo.

Escollo de Costa y Kallas

Un puzzle que cuadra, ya que respeta el siempre necesario equilibrio político, geográfico, de tamaño y de género, aunque algunos dirigentes europeos han mostrado sus dudas tanto sobre Costa como Kallas. El portugués cuenta con el aval de la familia socialdemócrata y de Lisboa, pero antes de ponerle la alfombra roja el PPE quiere aclarar el “contexto legal” al que se enfrenta el ex primer ministro portugués, según ha avisado el primer ministro de Polonia. En el caso de la dirigente estonia, aunque cuenta con el apoyo de Varsovia –“entiende la realidad ucraniana y rusa muy bien”— y de los liberales hay quien ve necesario ser “cuidadosos” con quien representa a la UE a nivel internacional. “Necesitamos una persona que calme la situación porque hay mucha tensión”, ha recordado el presidente de Eslovaquia, Peter Pellegrini.

“Son equilibrios muy complejos, pero no pinta mal la cosa”, aseguraban a media tarde fuentes de la delegación española sobre una negociación compleja. La percepción es que “se está relativamente cerca” aunque como siempre en este tipo de negociaciones “nada está acordado hasta que todo está acordado”.

El PPE pide más

Los dirigentes populares arrancaban la jornada defendiendo a capa y espada a von der Leyen y subiendo su apuesta en el tradicional mercadeo que supone el reparto de altos cargos, pidiendo no solo la presidencia de la Comisión Europea sino reclamando para la familia popular, vencedora de los comicios europeos, la mitad del mandato del Consejo Europeo. Se trata de un puesto que se elige por dos años y medio renovables pero que nunca hasta ahora se ha repartido. “Si a nosotros nos dan dos años y medio la presidencia de la Comisión Europea”, han deslizado con ironía fuentes de los socialistas que sitúan la petición como parte del tira y afloja habitual.

“La realidad es que las tres familias tienen que ponerse de acuerdo, independientemente de cuantos escaños tenga uno u otro. Los números no salen si no están los tres a bordo. Los liberales vienen mucho más débiles que la otra vez pero todos asumimos que son igual de necesarios que la otra vez”, señalan fuentes conocedoras de unas negociaciones que de momento quieren limitar a los cuatro altos cargos que toca ahora renovar, sin poner en la balanza el relevo de la secretaría general de la OTAN o del Banco Europeo de Inversiones porque de abrirse ese melón también habría que poner sobre la mesa el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional.