El mayor ataque desde el 7 de octubre

Hizbulá lanza 170 proyectiles contra Israel tras el asesinato de un alto comandante

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Una avioneta de los bomberos israelíes participa en la extinción de un incendio en el norte de Israel provocado por cohetes de Hizbulá, este miércoles.

Una avioneta de los bomberos israelíes participa en la extinción de un incendio en el norte de Israel provocado por cohetes de Hizbulá, este miércoles. / ATEF SAFADI / EFE

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

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La frontera entre el Líbano e Israel prende en llamas. El asesinato de un alto comandante de Hizbulá en el sur del país de los cedros, Taleb Sami Abdalá, este martes por parte del Ejército hebreo ha provocado una respuesta sin precedentes de la milicia libanesa en lo que va de guerra. Una lluvia de proyectiles, alrededor de 170, ha sorprendido este miércoles el norte de Israel, sin provocar víctimas mortales, aunque sí que ha desencadenado varios fuegos. "Aumentaremos la intensidad, fuerza, cantidad y calidad de nuestros ataques", ha prometido Hashem Safieddine, alto funcionario de Hizbulá, en el funeral de Abdalá. Israel y Hizbulá llevan desde el 8 de octubre enfrentándose a diario en la frontera que comparten ambos países mediterráneos, con presencia de tropas de Naciones Unidas.

Israel consideraba a Taleb Sami Abdalá "uno de los comandantes más importantes de Hizbulá en el sur del Líbano" ya que "planificó, avanzó y llevó a cabo un gran número de ataques terroristas contra civiles israelíes", según ha confirmado el Ejército este miércoles en un comunicado. Abdalá murió junto a otros tres luchadores de Hizbulá en Juwya, en el sur del Líbano, en el enésimo ataque de precisión lanzado por el Ejército israelí en suelo libanés. Los más de ocho meses de enfrentamientos entre ambos bandos han provocado al menos 400 muertos en el país de los cedros. Al menos 80 fueron víctimas civiles, que se suman a las pérdidas materiales de casas y cultivos en un país en debacle económica. Decenas de miles de personas de las aldeas fronterizas siguen desplazadas a ambos lados de la Línea Azul.

En respuesta al asesinato de Abdalá, Hizbulá ha lanzado un total de tres bombardeos sucesivos de 90, 70 y 10 proyectiles respectivamente, según ha denunciado el Ejército israelí. Varios fueron interceptados pero otros impactaron dentro de Israel, provocando incendios en partes del norte. Los judíos tuvieron que interrumpir su celebración de la festividad del Shavuot para correr a los refugios, incluso en Tiberíades, donde la guerra aún no había llegado. La pérdida del comandante de mayor rango hasta la fecha ha motivado a Hizbulá a apuntar a varios sitios militares israelíes, como la base de control de tráfico aéreo de Meron y el campamento de Amiad, ubicado a unos 20 kilómetros de la frontera, así como la fábrica de Plasan. A medida que las temperaturas se han disparado en los últimos días, los intercambios de disparos han provocado incendios forestales en ambos lados de la frontera.