Guerra en el este de Europa

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Joe Biden saluda a Volodímir Zelenski, durante las celebraciones por el 80 aniversario del Desembarco de Normandía.

Joe Biden saluda a Volodímir Zelenski, durante las celebraciones por el 80 aniversario del Desembarco de Normandía. / LUDOVIC MARIN / REUTERS

Ricardo Mir de Francia

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Volodímir Zelenski vuelve a estar en todas partes. El presidente ucraniano lleva dos semanas embarcado en una gira que le ha llevado desde Madrid y Lisboa hasta Singapur y Filipinas, pasando por Qatar y de vuelta a Europa para participar en las celebraciones del Día D en Francia, donde se ha dirigido este viernes al Parlamento francés, una intervención que repetirá el martes que viene ante el Bundestag alemán. La gira diplomática busca reforzar el compromiso de sus aliados con la defensa de Ucrania, que vuelve a solidificarse tras meses de titubeos, pero también obtener el máximo respaldo político para la Cumbre por la Paz que se celebrará el 15-16 junio en la localidad suiza de Lucerna. Una cita en la que Kiev aspira a recabar el máximo de adhesiones internacionales a los términos que ha planteado para una "paz justa" con Rusia.

"La cumbre de paz inaugural podría dar pie a un formato que sirva para acercarnos a un final justo para esta guerra", dijo Zelenski ante la Asamblea francesa, donde equiparó la lucha que los aliados de Ucrania libran hoy contra la agresión rusa con la batalla contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. "Pero para una paz justa, hay que hacer más", apostilló el líder ucraniano. La cumbre suiza no es una cumbre de paz al uso. Rusia no ha sido invitada y, por tanto, no habrá ningún tipo de negociación entre las partes. "Está claro para nosotros que no se firmará un acuerdo de paz al final de la conferencia", reconoció este viernes la presidenta suiza, Viola Amherd, cuyo país ejerce de anfitrión del encuentro.

El objetivo pasa más bien por recabar apoyos a la Fórmula de Paz ucraniana presentada por Zelenski en el otoño de 2022 y fijar posiciones comunes que puedan servir eventualmente de punto de partida para el diálogo entre las partes. Un proceso que pocos anticipan que vaya a comenzar pronto, dada la delicada situación que Ucrania afronta en el campo de batalla, lo que le impediría negociar desde una posición de fuerza. "Kiev no está en condiciones de negociar ahora", asegura a este diario el profesor de estudios sobre la guerra Anthony King. "Creo que durante los próximos 10 meses los ucranianos van a tratar de infligir a Rusia el máximo daño posible e impedir que sigan tomando territorio para empujarles a buscar un compromiso negociado".

Ausencias notables

De momento, más de 80 países han confirmado su asistencia a la cumbre, aproximadamente la mitad de los invitados, según la presidencia suiza. De los confirmados, cerca de la mitad son europeos, el resto de África, Sudamérica y Asia, lo que garantiza cierta presencia del Sur Global. Eso incluye al francés Emmanuel Macron o el alemán Olaf Scholz, pero no al estadounidense Joe Biden, que prevé asistir esos días a un evento de recaudación de fondos para su campaña en Hollywood (California). La Casa Blanca enviará en su lugar a la vicepresidenta Kamala Harris y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, lo que no ha gustado a Zelenski, quien ha dicho que la espantada de Biden será un regalo para Rusia.

Tampoco China enviará representación, debido a la ausencia de Moscú, el mismo motivo esgrimido por Arabia Saudí. Cualquier conferencia de paz, ha dicho la cancillería china, "debe contar con el respaldo de Ucrania y Rusia, con la participación igualitaria de todos los países". La cumbre no solo acusará la ausencia de los líderes de algunas de las principales potencias mundiales. Ucrania también ha tenido que rebajar las expectativas sobre el contenido de las discusiones. No se trabajará sobre los 10 puntos del plan de paz de Zelenski, que exige entre otras cosas la retirada rusa de todos los territorios ocupados, compensaciones por los daños causados o la rendición de cuentas ante la justicia de los responsables de la invasión, con Vladímir Putin a la cabeza.

Agenda reducida

Para lograr el mayor número de participantes la agenda se ha reducido a tres grandes asuntos: la seguridad nuclear, particularmente en torno a la planta nuclear de Zapoiriya, ocupada por las tropas rusas; las exportaciones alimentarias, un tema también importante para los países africanos; y el futuro de los miles de niños ucranianos deportados a Rusia por las autoridades ocupantes. "Queremos generar confianza y buscar soluciones para estos asuntos, que son importantes para la población civil y la paz mirando adelante", ha dicho la presidenta suiza.

Al término de la cumbre a orillas del lago Lucerna se espera que se publique un comunicado con la posición común de los participantes, que se trasladará a las autoridades del Kremlin. "Rusia podría de este modo estar presente en una posible conferencia posterior", añadió este viernes Viola Amherd con ciertas dosis de optimismo.

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