Guerra en el este de Europa

Ucrania tiene ahora permiso para atacar Rusia con armas de la OTAN: ¿cambiará el curso de la guerra?

Biden autoriza a Ucrania a llevar a cabo ataques limitados dentro de Rusia usando armas de EEUU

¿Qué países apoyan que Ucrania utilice armas occidentales para atacar a Rusia?

Nuevos reclutas del Ejército ucraniano desfilan en una base cercana a Kiev.

Nuevos reclutas del Ejército ucraniano desfilan en una base cercana a Kiev. / EFREM LUKATSKY / AP

Ricardo Mir de Francia

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Ucrania podrá utilizar las armas de muchos de sus aliados de la OTAN para atacar territorio ruso. La autorización que llevaban meses reclamando las autoridades ucranianas finalmente se ha hecho realidad, después de que Alemania y Estados Unidos aparcaran sus temores a una escalada bélica ante la creciente amenaza rusa sobre Járkov, la segunda ciudad del país. El visto bueno de más de una docena de aliados llega, sin embargo, con condiciones, ya que algunos países solo han autorizado el empleo de su armamento contra objetivos militares en Rusia que estén siendo utilizadas por el Kremlin en su ofensiva sobre el noreste del país. Falta saber si las nuevas medidas permitirán a Ucrania cambiar el curso de la guerra, una guerra en la que se ha impuesto el pesimismo.

Kiev lleva meses en una situación muy delicada. Superada en armamento y en número de tropas, ha perdido la iniciativa en el campo de batalla y sigue teniendo serias dificultades para movilizar reemplazos para sus exhaustas unidades. Ha tenido que esperar más de medio año para que el Congreso de EEUU aprobara el último paquete de ayuda militar y ahora vuelve a verle las orejas al lobo ante el avance ruso en la provincia de Járkov, donde lleva semanas acumulando tropas a ambos lados de la frontera. “A veces pienso que deben estar riéndose de la situación. Para ellos es como ir de caza, pero cazando personas. Entienden que nosotros les vemos pero no podemos alcanzarles”, ha dicho el presidente Volodímir Zelenski en una entrevista a ‘The Guardian’ para expresar su frustración con las reticencias de sus aliados.

Pero esa situación está a punto de cambiar, después de que Washington, Berlín y Ottawa se sumaran a las capitales que ya habían dado su visto bueno para que Ucrania utilice sus armas en territorio ruso, como Londres y París, que no han puesto limitaciones sobre el alcance de los ataques. “Creo que ha habido dos factores determinantes. Por un lado, EEUU teme que Rusia pueda ganar la guerra o, como mínimo, poner a Kiev en una posición de enorme desventaja a corto plazo”, afirma Anthony King, profesor de Estudios de la Guerra en la universidad británica de Warwick. “Por otro, Ucrania ha lanzando ataques sobre Rusia desde el verano del 2022 y algunos de ellos han enfurecido a Washington. De modo que esto sería una forma de controlarlos, asegurándose de que solo atacan objetivos militares cerca de la frontera”.

Salto cualitativo para el ejército ucraniano

Los golpes ucranianos en territorio ruso no son nuevos, pero en gran medida se han limitado a ataques con artillería cerca de la frontera o con drones en las profundidades del territorio ruso, como los que sobrevolaron el Kremlin en mayo del año pasado. De ahí que el salto cualitativo pueda ser sustancial. “Esto incrementará significativamente nuestra capacidad de contrarrestar los intentos rusos de amasar tropas en la frontera”, ha dicho el portavoz de Zelenski, Serhii Nykyforov. Ucrania podrá utilizar misiles como los británicos Storm Shadow o los franceses Scalp, capaces de cubrir distancias de hasta 250 kilómetros. También los Himars estadounidenses, si bien la Casa Blanca habría mantenido el veto respecto a los sistemas Atacm, de mayor alcance.

Desde el Ukranian Security and Cooperation Center, su presidente, Serhii Kuzan, sostiene que el nuevo armamento permitirá a Kiev atacar desde las líneas de suministro rusas a los elementos logísticos esenciales para su ejército. Desde trenes a depósitos de armas, pasando por puentes, almacenes o aeródromos. “Un ejército tan voluminoso como el ruso necesita grandes cantidades de recursos. Sin ellos, no podrán seguir luchando o se verán obligados a ralentizar su ofensiva”, afirma en una entrevista a este diario. Para ilustrar la importancia de la nueva medida, Kuzan compara la situación en el este y el sur de Ucrania. “En el este estamos bajo ataques constantes y perdiendo terreno porque no podemos golpear la retaguardia rusa. Pero en el sur, donde no tenemos estas limitaciones, no han sido capaces si quiera de capturar las pequeñas aldeas”.

Riesgos sobre el Donbás

El comandante de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksandr Syrskyi, dijo recientemente que Rusia no tiene todavía suficientes fuerzas para lanzar un asalto a gran escala sobre la provincia de Járkov y su valiosa capital. Lo que no quita que la preocupación en el país y en los cuarteles de la OTAN sea notoria. “Dudo que los rusos estén pensando seriamente en tomar Járkov. La preocupación más bien estriba en que logren arrastrar a las tropas ucranianas hasta allí dejando desguarnecido el Donbás, lo que facilitaría sus avances en la provincia de Donetsk, uno de sus objetivos”, opina King, quien no cree que la nueva medida vaya a ser capaz de cambiar sustancialmente el curso de la guerra. “La idea es destruir las concentraciones de tropas rusas para neutralizar su ofensiva en Járkov para que los ucraniano se centren en defender el Donbás”, añade el analista británico.

Como era de esperar, Rusia ha reaccionado de forma airada a la decisión de los miembros de la OTAN. Putin dijo esta semana que habrá “serias consecuencias”, particularmente para los “pequeños países” de Europa. A estas alturas, sin embargo, está bastante claro que, así como la Alianza Atlántica no quiere entrar en una guerra directa con Rusia, tampoco Moscú está interesado.

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