Suministrador del Ejército

El jefe de Palantir, contratista clave (y proisraelí) de Defensa, viene a España en plena crisis Madrid-Tel Aviv

Alex Karp.

Alex Karp. / Archivo

Juan José Fernández

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Alex Karp, copropietario y principal dirigente de Palantir, la firma especialista en inteligencia artificial (IA) y proceso de millones de datos en operaciones militares, viene a Madrid este fin de semana para tomar parte en las reuniones del Club Bilderberg.

El viaje de este CEO, uno de los principales apoyos empresariales internacionales a la campaña de Israel sobre Gaza, ha sido confirmado por la organización del encuentro y se produce en plena ebullición de la crisis diplomática entre los gobiernos español e israelí. Karp es además un suministrador clave del ministerio de Defensa.

Su inclusión en el foro, entre decenas de importantes dirigentes de empresa de nivel internacional, se explica no solo por el telón bélico de fondo que llena la agenda internacional cuando se celebra esta cita: Karp es también uno de los mayores expertos del planeta en la aplicación de la IA a la gestión de las administraciones públicas, y los paneles de discusión que el Club Bilderberg ha colocado en primer lugar en su programación de debates para este fin de semana son “El estado de la IA” y “Seguridad IA”, además de un debate dedicado a la guerra moderna.

Alex Karp y su firma son los vendedores del software Gotham para el ejército español. Es el mismo programa que Palantir solo vende a aliados de Estados Unidos, y que ha procesado datos para Israel en Gaza y ha sido utilizado en la designación de objetivos por el sistema de apoyo militar occidental en el campo de batalla de Ucrania.

Piedras mágicas

Karp es un empresario singular, que ha desarrollado en Palo Alto (California) un emporio desde lo que en 2004 fue startup informática. Su nombre está tomado de ‘El señor de los anillos’. El autor de la saga, J. R. R. Tolkien, imaginó unas piedras oráculo, a las que llamó “palantiri”. Después del refrendo que supuso para la firma su contratación por la CIA y el empleo de sus programas por los Marines en Afganistán, Palantir es hoy el principal desarrollador de software de proceso bigdata para los ejércitos. También es uno de los principales cazadatos de la guerra de Ucrania.

La empresa tiene sede en Estados Unidos, pero sus dirigentes mantienen intensa conexión con Israel. De hecho, en un guiño de apoyo a aquel país, celebraron un simbólico consejo de administración en Tel Aviv en enero pasado, y en el foro de Davos organizaron una reunión en apoyo a los rehenes que tiene cautivos Hamás.

El contrato de Palantir con Defensa se firmó el 8 de octubre de 2023 -tras negociarse en septiembre- y se formalizó en noviembre por un valor de 16,5 millones de euros. Fue, como en tantas otras compras estratégicas de Defensa, una contratación bajo la fórmula “negociada sin publicidad”, en medio de una gran discreción y sin rivales que compitiesen por la adjudicación.

16,5 millones

Hace cinco meses que las Fuerzas Armadas obtuvieron Gotham oficializando la compra con una franquicia de la firma californiana, Palantir Technologies Spain, que tiene sede en el barrio madrileño de Salamanca. El Estado Mayor de la Defensa contrató bajo el epígrafe “solución de fusión y análisis de inteligencia en el ámbito del Sistema de Inteligencia de las Fuerzas Armadas”.

Ese sistema, el SIFAS, es ahora es uno de los motivos de inquietud entre los militares en España por la crisis con Israel, si bien en otros departamentos de la Seguridad del Estado no creen que la situación diplomática vaya a influir si, en el desarrollo de este contrato, el cliente, o sea España, precisara asistencia del proveedor: a Alex Karp se le tiene por un proisrraelí liberal, que apoyó a Hillary Clinton ante Donald Trump y sin lazos con el Likud o cualquier otra ramificación de la ultraderecha israelí.

Pero las fuentes militares consultadas no ocultan esa inquietud. Aseguran que, en general, los oficiales que trabajan en relación con programas de armamento que España ha contratado con empresas israelís (misiles anticarro Spike, lanzacohetes para el sistema SILAM, software de guiado para armas de los cazas Eurofighter, radios para los vehículos de combate 8X8…) no asisten con tranquilidad a las fricciones del Gobierno de Pedro Sánchez con el de Benjamin Netanyahu por el reconocimiento español al estado palestino.

Están en marcha programas de armamento y tecnología que superan los 1.000 millones de euros con las principales firmas de la industria israelí de defensa, entre ellas Rafael y Elbit Systems.

Ambiente bélico

La orientación proisraelí de Palantir está marcando la marcha de la empresa. En marzo pasado, Alex Karp reconoció a Reuters que la firma ha perdido trabajadores que no estaban de acuerdo con su ayuda a Israel. Karp explicó a la agencia: “Veo el apoyo a Israel como una pequeña parte de su creencia en la civilización occidental”.

El hijo de Josh Harris, vicepresidente de Palantir, es el CEO del American Jewish Advocacy (AJC), rama del Global Jewish Advocacy que en tiempos de la pandemia ofreció Palantir a todos los mandatarios europeos para gestionar el Covid.

Pero no solo la agenda del conflicto palestino-israelí es marco temporal de las reuniones del Club Bilderberg en Madrid. La organización ha confirmado la presencia del ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, así como expertos en el mundo ruso como Alexander Gabuev, director del Carnegie Russia Eurasia Center, o Anatoly Chubays, profesor de la London School of Economics.

En la programación de temas de esta 70ª cita del club hay un enunciado corto y elocuente: “El futuro de la guerra”. Sobre ese asunto ha hablado Alex Karp en la última carta a sus accionistas. “La guerra en este siglo se seguirá viendo transformada por el software -dice en su misiva-. Muchos temen la aplicación de la inteligencia artificial en el contexto militar, incluido su potencial para hacer posibles sistemas de armas más autónomos y, de hecho, autodirigidos. Pero ha estado menos de moda señalar que el software, incluidos los sistemas que hoy permiten la selección de objetivos y la planificación de misiones, se ha vuelto tan vital para la eliminación de un adversario como lo es para proteger a inocentes del daño”.

No parece que sea precisamente el caso de Gaza. En la misma carta vuelve a subrayar: “Las plataformas que utilizan nuestros socios de defensa e inteligencia presentan una amenaza muy real para la supervivencia de nuestros enemigos. Pero esos mismos sistemas de software también pueden hacer posible y, de hecho, acelerar el comienzo del fin de una era de guerra total e indiscriminada”.

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