Guerra en Ucrania

La UE choca sobre el uso de munición contra objetivos en Rusia y el entrenamiento de soldados en Ucrania

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en Bruselas.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en Bruselas. / LUKASZ KOBUS / ACN

Silvia Martinez

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Ni adiestrar a los soldados ucranianos directamente en territorio de Ucrania ni utilizar munición y armas de los países aliados contra objetivos situados en Rusia. Los ministros de defensa de la Unión Europea no han encontrado de momento un punto de encuentro sobre dos iniciativas que se han debatido este martes para mejorar la respuesta militar de Kiev a la invasión rusa y tanto el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ven con buenos ojos.

“Rusia ha atacado e invadido otro país. Ucrania, según la legislación internacional, tiene derecho a la autodefensa y (eso) incluye golpear objetivos fuera de Ucrania, objetivos militares en Rusia”, defendía el noruego a su llegada a la reunión de ministros de exteriores, aludiendo a la difícil situación a la que se enfrenta el ejército ucraniano en la región de Járkov, donde no pueden defenderse “si no pueden disparar contra objetivos militares al otro lado de la frontera, lanzamisiles, artillería, aeródromos. Si no pueden atacar esos objetivos será difícil que se defiendan”, ha avisado.

Según Stoltenberg, que los países aliados eliminen las restricciones no les convertiría en parte del conflicto, aunque ha dejado claro que es una decisión nacional. Y la situación, según ha resumido Borrell tras la reunión, es que hay países a favor y en contra, como Italia cuyo ministro de exteriores, Antonio Tajani, afirmaba el lunes que Roma ha decidido que el equipamiento militar italiano no se puede utilizar fuera de las fronteras de Ucrania. Tampoco Bélgica autorizará que los 30 aviones F-16 que suministrará a Ucrania en los próximos 4 años se utilicen contra objetivos en Rusia.

“Nadie puede forzar a un Estado miembro a levantar esa limitación sobre las armas que suministran a Ucrania”, ha recordado Borrell. “Es injusto” pero “no podemos arriesgar el apoyo de nuestros socios y por eso no usamos sus armas para atacar territorio ruso. Por eso les pedimos el permiso”, ha dicho el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, de visita oficial en Bélgica.

¿Cambio de posición?

¿Cuántos países estarían dispuestos a hacerlo?, le han preguntado al jefe de la diplomacia europea. “No podría dar una cifra. Algunos han dicho explícitamente que van a eliminar la limitación. Otros lo han dicho, pero no tan claramente. Otros han dicho sí, pero déjenme pensarlo. Pero los acontecimientos cambian”, ha respondido abriendo la puerta a un cambio de postura en un futuro próximo y poniendo como ejemplo el giro dado por los Veintisiete respecto a Israel. Hace dos meses no hubo consenso para convocar el Consejo de asociación, pese a las peticiones de España e Irlanda de revisar el acuerdo, mientras que este lunes hubo unanimidad para convocar la reunión. “Los eventos cambian y la gente cambia", ha dicho.

En Bruselas, lo mismo que en el cuartel general de la OTAN, son conscientes de que en Moscú eliminar la restricción, que también estudia Estados Unidos, es vista como una escalada. “Claro que Rusia lo considera un paso importante. Ellos pueden atacar Ucrania desde su territorio, considerando que no habrá un ataque contra las instalaciones desde donde atacan. Es una ventaja. Le ataco, pero no me puede atacar. Pero es entendible que los ucranianos quieran hacerlo”, ha explicado Borrell.

De la reunión tampoco ha salido ningún acuerdo sobre la idea de entrenar a soldados ucranianos directamente en territorio ucraniano, tal y como estudian algunos países. “Por el momento no hay consenso”, ha admitido el político español. Algunos países consideran que adiestrar sobre el terreno daría un valor añadido porque permitiría entrenar en situación de guerra. Para otros supondría superar una línea roja. “Algunos Estados miembros piensan que entrenar a gente en el escenario de la guerra tiene ventajas. Otros piensan que enviar instructores que son militares implica un riesgo”, ha añadido. En todo caso, la UE considera que la misión de formación ha sido hasta el momento un éxito. Ha entrenado a 50.000 soldados y espera llegar a los 60.000 para finales de verano. A juicio de países como Estonia el objetivo debería ser llegar a los 100.000 para finales de este año.