Proceso histórico en EEUU

Tensión en la recta final del juicio a Trump

El juez saca a la prensa de la sala para lidiar con el irrespetuoso comportamiento de un testigo de la defensa

En su último día en el estrado, Michael Cohen admite que robó 30.000 dólares a la Organización Trump

Donald Trump.

Donald Trump. / AFP/ TIMOTHY A. CLARY

Idoya Noain

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El juicio penal contra Donald se acerca a su recta final y este lunes ha dejado un día lleno de tensión en el tribunal de Nueva York donde el expresidente y candidato de facto republicano está siendo juzgado por 34 cargos por la falsificación de documentos para ocultar los pagos para silenciar a Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016.

El juez Juan Merchan, un hombre que raramente pierde la compostura incluso cuando está visiblemente molesto, este lunes ha entrado en cólera con el abogado Bob Costello, un testigo de la defensa que ha considerado que le estaba faltando al respeto con interjecciones y gestos fuera de tono y con miradas desafiantes.

El magistrado ha ordenado salir al jurado y, tras echar una reprimenda al testigo y amenazar con declararle en desacato y con eliminar su testimonio del sumario, ha llegado a obligar a la prensa a abandonar por unos minutos la sala para acabar de lidiar con la situación. Aunque luego se ha reanudado el juicio, lo ocurrido ha sacudido un proceso donde, habitualmente, el espectáculo está fuera de la sala, el lugar donde tras lo sucedido Trump ha acusado a Merchan de ser un "tirano".

La jornada había arrancado en el mismo lugar con la habitual llegada de Trump rodeado por un séquito, al que esta vez, además de políticos republicanos, se habían sumado figuras como un líder de los Ángeles del Infierno con antecedentes penales o un antiguo comisionado de la policía de Nueva York, Bernard Kerik, que fue condenado por fraude fiscal y otros delitos e indultado por Trump.

La admisión de Cohen

Una vez iniciados los procedimientos, y conforme la fiscalía se disponía a concluir su caso, en el estrado seguía como en las tres jornadas anteriores del juicio Michael Cohen. El antiguo abogado y muñidor de Trump es el testigo estrella para el ministerio público, el único que puede vincular al acusado con la trama para pagar 130.000 dólares a la estrella del porno y ocultarlo luego, pero es también vulnerable.

La defensa incidía este lunes en sus esfuerzos por retratar a Cohen como un mentiroso patológico movido solo por su deseo de venganza y por el interés propio. Y Todd Blanche, principal abogado de Trump en este caso, lograba que Cohen confesara con un “sí señor” que había robado a la Organización Trump.

Concretamente, Cohen ha reconocido que facturó 50.000 dólares por el pago a una empresa contratada para mejorar la posición de Trump en una encuesta sobre los principales líderes empresariales del siglo. En ese sondeo de CNBC el magnate inmobiliario no salía bien parado y la compañía contratada por Cohen logró elevarlo hasta el noveno puesto.

En realidad el abogado solo había pagado (en efectivo y en una pequeña bolsa de papel marrón) 20.000 dólares de su propio bolsillo porque CNBC abandonó el sondeo y Trump se negó a pagar.

Cuando la fiscalía ha podido preguntar a Cohen sobre esa admisión, el antiguo abogado la ha justificado como una compensación después de que Trump hubiera recortado sus honorarios extra de 150.000 dólares a solo 50.000. “Sentí que era casi como autoayuda”, ha dicho.

Con ese interrogatorio de la fiscalía, que también ha llevado a Cohen a reiterar que no habría pagado a Daniels si no lo hubiera autorizado Trump y a subrayar que no es quien está siendo juzgado en este caso, se ha cerrado la presentación del ministerio público.

Luego han llegado los dos testigos convocados por la defensa, incluyendo Costello, un abogado cercano al exalcalde neoyorquino y aliado de Trump Rudy Giuliani con el que Cohen consultó en 2018, cuando el FBI hizo registros en su oficina, su casa y su habitación de hotel. Según Costello, Cohen le dijo entonces que no tenía trapos sucios de Trump.

Trump casi seguro no testificará

Costello será, según ha indicado uno de los abogados de Trump, el último testigo al que convoquen, lo que sugiere que definitivamente el republicano no testificará en su propia defensa.

Eso hace inminente la fase final del proceso. Dado que el tribunal no hace sesiones los miércoles, que el viernes tampoco habrá por un compromiso de un jurado, y que el lunes es festivo en Estados Unidos, Merchan ha anticipado que la presentación de los argumentos finales se realizará el próximo martes. Después, el caso quedará en manos del jurado para deliberar.